El 20% de los indigentes que duermen en las calles de Euskadi tienen estudios superiores

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La muestra del estudio coincide, probablemente, con la cifra real de personas que carecen de alojamiento -propio, alquilado o cedido- en el País Vasco. Ésa sería la definición exacta de los 'sin techo' para la estadística y no se debe confundir con la de pobre.

El Eustat censa a 1.833 vagabundos en los comedores sociales, la mitad de ellos inmigrantes.


J. MUÑOZ/BILBAO



Situación de los «sin techo»


El fenómeno de la inmigración, los precios de la vivienda y el aumento de solteros y madres solas con hijos han transformado el perfil de los indigentes en el País Vasco. Un estudio del Instituto Vasco de Estadística (Eustat), el primero realizado en Euskadi sobre este asunto, revela que la mitad de las 1.833 personas «sin techo» atendidas el año pasado en albergues y comedores públicos de la comunidad son inmigrantes, el 20% tiene estudios superiores y el 13% está trabajando, pero con un sueldo mínimo.


El director del Eustat, Josu Iradi, explicó que la muestra del estudio coincide, probablemente, con la cifra real de personas que carecen de alojamiento -propio, alquilado o cedido- en el País Vasco. Ésa sería la definición exacta de los 'sin techo' para la estadística y no se debe confundir con la de pobre. Los datos se han obtenido a través de entrevistas personales y contradicen el tópico del individuo asocial con problemas mentales. No obstante, el grueso de los vagabundos continúan siendo hombres (75%) y, dentro de ese colectivo, personas de 30 a 45 años y solteros o separados.


El informe del Eustat ha sido realizado en colaboración con el Instituto Nacional de Estadística (INE), la Asociación de municipios vascos (Eudel), las diputaciones, los ayuntamientos y Cáritas. Estos organismos se encargaron de poner en contacto a los encuestadores con las personas que utilizaron el año pasado los servicios sociales para alimentarse y dormir. Lo primero que comprobó el Eustat es que el 94% de las mujeres y el 76% de los hombres tenían la tarjeta sanitaria.


No obstante, las entrevistas sacaron a la luz una nueva generación de vagabundos: nacionales y extranjeros en la misma proporción; más preparados (el 71% había cursado estudios secundarios o universitarios) y también más jóvenes (el 46% de las mujeres indigentes tiene de 18 a 29 años). La mayoría de las personas consultadas aseguraron gozar de buena o muy buena salud (55%) y cerca de la mitad (40%) precisaron que eran abstemias y no fumaban ni porros. No podían pagar o alquilar un piso porque estaban en paro (72,5%) o porque su salario era insuficiente (27,5%). Los ingresos medios ascienden a 380 euros y algunas veces proceden de la renta mínima de inserción.


 


Renta familiar


Las personas sin hogar de Euskadi representan el 8,3% de todas las de España. Josu Iradi indicó que la indigencia detectada por el Eustat no es distinta de la europea y, además, tiende a aumentar. De hecho, encaja con otros informes sobre la sociedad española. Ocho millones y medio de ciudadanos españoles viven en condiciones precarias porque no llegan al 50% de la renta media de las familias (ingresos totales de un hogar, descontando los impuestos y sumando las ayudas sociales). Casi dos millones ni siquiera alcanzan el 25% de esa magnitud.


Según Silverio Agea, secretario general de Cáritas, esas cifras están estancadas o tienden a aumentar desde mediados de los años noventa, precisamente cuando el crecimiento económico empezó a ser intenso y continuado en España. Hasta los ochenta, la pobreza había retrocedido -del 22% de la población al 19%-; pero, en plena expansión de la economía, la vivienda se ha convertido en el 'agujero' que puede conducir a ella: perder el piso, tener un empleo precario y carecer de apoyos familiares (un supuesto que se da en algunos divorcios) supone arriesgarse a la exclusión. Amplios sectores sociales se convierten de este modo en vulnerables.


Precisamente, el informe del Eustat desvela que el 65% de las mujeres 'sin techo' convive con sus hijos, mientras que sólo el 7,9% de los varones se encuentra en esa situación. Otro detalle importante es que muchos indigentes han vivido una juventud marcada por la penuria, la enfermedad o los problemas familiares. En el caso de las mujeres es muy común el divorcios de los padres, las peleas entre ellos o la violencia en el hogar.


Josu Iradi indicó ayer que la economía globalizada y el fenómeno de la inmigración también están moldeando a los vagabundos del siglo XXI. El 48% de los 'sin techo' analizados por el Eustat son extranjeros y, dentro de este grupo, el 53% son magrebíes, el 12% latinoamericanos y el 26% europeos. Las pautas laborales difieren por sexos. Los pocos indigentes varones con empleo suelen ser peones en la agricultura, la construcción, la pesca, la industria manufacturera y el transporte. Las mujeres, con menos tasa de paro, trabajan en el sector servicios.