El aborto crimen como el hambre, el paro o la esclavitud.

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Las políticas que generan hambrientos, parados o esclavos, son las mismas que provocan abortos. De esto no dicen nada nuestros parlamentarios. En 10 años, el aborto ha crecido en España un 70%.

España es el único país europeo en el que el aumento del número de abortos ha sido verdaderamente exponencial. Lo más grave ha sido que la manipulación informativa del tema provoque la ambigüedad en nuestra sociedad a la hora de posicionarse con un 40% tolerante con el aborto.

La ciencia revela de manera evidente que hay una vida humana nueva, única e irrepetible desde el momento de la concepción. El aborto es un acto de violencia contra los no nacidos y contra las madres y se han de combatir las leyes injustas que lo permiten hasta abolirlo. Gandhi afirmó: «me parece tan claro como el día que el aborto es un crimen».

Del mismo modo, el doctor Nathanson, defensor del aborto en los Estados Unidos, posteriormente se retractó y afirmó: «La Humanidad hoy se arrepiente de la esclavitud de ayer, y pronto se avergonzará del crimen del aborto».

Desde la despenalización del aborto en España se han eliminado más un millón y medio de personas con gobiernos del PSOE y del PP. Es, por tanto, una hipocresía presentarse como defensor de la vida y querer la vuelta a la anterior ley del aborto.

Julián Gómez del Castillo, luchador por la justicia, afirmó en 2003: «El aborto lo favorecen todos los partidos parlamentarios sin excepción, como lo fue Hitler. Y lo favorece también hoy una izquierda oficial -no hay otra- a base de derechización».

El aborto es siempre un crimen y nunca un derecho. No hay una afirmación más reaccionaria que la del derecho de una persona sobre la vida del hijo no nacido. Es el derecho de propiedad más absoluto concebible, más allá del derecho del amo sobre el esclavo. Por eso debemos exigir la abolición del aborto.

El desarrollo de una nación se mide por cómo se protege a los más débiles: niños, ancianos, enfermos, discapacitados… tenemos el deber solidario de luchar contra todos los atentados sistemáticos contra la vida de las personas y de los pueblos (aborto, guerras, hambre, esclavitud infantil, paro, eutanasia, terrorismo…) que afectan a más del 80% de la humanidad.

La vida humana es un valor supremo e inviolable, desde la concepción hasta la muerte natural. No hay ningún partido político en el Parlamento español que defienda la vida íntegramente.