El coste social total del abuso del alcohol supone para el Estado más de 3.800 millones de euros al año, entre gastos sanitarios, valor adicional derivado del absentismo laboral y reducción de la eficiencia
Josu de la Varga
ForumLibertas
28 de septiembre
El coste social total del abuso del alcohol supone para el Estado más de 3.800 millones de euros al año, entre gastos sanitarios, valor adicional derivado del absentismo laboral y reducción de la eficiencia
La cultura del botellón, que fomenta el consumo desenfrenado y la adicción al alcohol entre los más jóvenes, le está saliendo muy cara a la sanidad española: el abuso de alcohol en España supone un coste social total para el Estado de 3.832 millones de euros al año, o sea, el equivalente al 10 por ciento del gasto sanitario del sistema. Esta cifra incluye, además del coste sanitario, el valor adicional derivado del absentismo laboral y la reducción de la eficiencia.
Según los datos del Plan Nacional sobre Drogas, los gastos para el Sistema Nacional de Salud como consecuencia del excesivo consumo de alcohol se elevan a 1.372 millones de euros al año. El coste social indirecto que se deriva de este consumo se estima en 2.460 millones (728,5 millones por absentismo laboral y 1.731,5 millones por la reducción de la eficiencia).
La sustancia más consumida
Tal como informábamos en un anterior artículo publicado el 15 de septiembre pasado, el alcohol es la sustancia tóxica más consumida por los jóvenes, seguida del tabaco, el cannabis y la cocaína. El consumo de todas estas sustancias, en el caso de los adolescentes, empieza a edades cada vez más tempranas. De hecho, en los últimos años, han ido creciendo las consultas médicas por estas adicciones y, en mayor medida, también las visitas a urgencias por todo tipo de intoxicaciones con drogas.
Por lo que respecta al gasto estrictamente sanitario, la mayor parte del coste corresponde a los ingresos en hospitales por consumo abusivo de alcohol (562,9 millones de euros). Las visitas ambulatorias generan 207,9 millones anuales de gasto, las que se hacen a centros hospitalarios 108,4 millones, y las urgencias 63 millones de euros.
La permisiva cultura del botellón
Ante estas cifras, la actual permisividad de las administraciones frente a la llamada cultura del ‘botellón’ se está convirtiendo en un problema para el Estado, no sólo de tipo social, sino también económico.
No es ninguna novedad que el consumo de bebidas alcohólicas está al alcance de todos los jóvenes que quieran probarlo. La tradición cultural de este país ha normalizado a lo largo del tiempo el hecho de que los adolescentes se inicien en el consumo del alcohol, una droga que no es considerada como tal por la mayor parte de la sociedad, desde edades bien tempranas incluso en el seno de la propia familia.
La consecuencia lógica de esta evolución, cuando la sociedad alcanza cotas de permisividad como la actual, es esa cultura del ‘botellón’ de la que participa una gran parte de la juventud. Una norma de conducta para una gran parte de los adolescentes españoles que está empezando a pasar factura, y a qué precio, a la sanidad española.