El Obispo de Canarias, Mons. Ramón Echarren, hizo un enérgico llamado a denunciar a aquellos que valiéndose del poder en diversos campos sociales, culturales y políticos atentan contra la dignidad humana, sobre todo la de los más débiles, y «degradan la convivencia democrática, intentando amordazar a la Iglesia y a los cristianos»
MADRID, 11 Sep. 05 (ACI).-
El Prelado hizo esta exhortación durante la Misa en honor a la Virgen del Pino, patrona de Gran Canaria, ante diversas autoridades civiles y militares de la región, entre ellos el presidente del Gobierno de Canarias y representante del Rey para la ocasión, Adán Martín.
En su homilía, el Obispo pidió que se denuncie «a los que legislan contra la vida, contra la familia y contra una educación integral» y a «los que legislan, apoyando con leyes injustas, a los grupos de presión que sólo buscan su propio poder y crecer en su bienestar».
Mons. Echarren solicitó a los presentes denunciar «todo lo que denigra y deshumaniza al ser humano para la salvación de esos poderosos cargados de egoísmo». «Nuestra Señora la Virgen del Pino nos dice que denunciemos, llenos de amor, sin agresividad, a los que construyen una política que olvida a los más débiles», dijo.
Asimismo, el Prelado pidió denunciar «a los que, desde los distintos poderes», ya sean sociales, políticos, económicos, judiciales, legislativos y mediáticos, «degradan la convivencia democrática, intentando amordazar a la Iglesia y a los cristianos, negándoles el derecho de expresión y procurando que la doctrina de Jesús no sea proclamada».
Perdón para los que odian a la Iglesia
En una iglesia abarrotada de feligreses y representantes institucionales, Mons. Echarren lamentó que la Iglesia sea incomprendida y «tantas veces denostada y calumniada». Así, arremetió contra «el odio y la incomprensión de no pocos poderosos» que dirigen «su agresividad contra la Iglesia, con el deseo de destruirla y de eliminar los mensajes del Evangelio».
Sin embargo, el Obispo ofreció su perdón, amor y diálogo a «los que odian a la Iglesia» y pidió a los que creen en el Señor que devuelvan «bien por mal» y que dialoguen «sin descanso».