Denuncia el sistema bancario que deja a muchas familias sin dinero para comer.
“El trabajo, fuente de dignidad, debe ser la preocupación central de todos”.
"Cuando una familia no tiene ni para comer porque tiene que pagar el préstamo a los usureros, eso no es cristiano, es inhumano". Así de contundente se mostró el Papa Francisco durante la audiencia general de los miércoles en la Plaza de San Pedro en Roma.
El Pontífice criticó a quienes se aprovechan de los más débiles y arremetió contra la «dramática plaga social» de la usura, que amenaza en la actualidad a tantas familias.
Como cada miércoles, Francisco celebró la audiencia general en una plaza llena a rebosar de fieles y peregrinos procedentes de todo el mundo. Entre quienes escuchaban con atención el mensaje del Papa argentino se encontraba un grupo de obreros italianos de una empresa de Castelfiorentino (en el centro de Italia) que acaban de perder sus puestos de trabajo tras el cierre de la fábrica.
A ellos y a sus familias el Papa les expresó su cercanía y pidió que «los organismos competentes hagan todo lo posible para que el trabajo, que es fuente de dignidad, sea la preocupación central de todos; que no falte el trabajo».
Un alegato en favor del empleo y una condena contra la usura que fueron recibidos con una gran ovación por parte de los peregrinos presentes en la plaza. Aprovechando la presencia de varias fundaciones antiusura que habían acudido acompañadas por el arzobispo de Bari, monseñor Francesco Cacucci, Jorge Mario Bergoglio pidió que las instituciones intensifiquen su compromiso a favor de las víctimas de la usura. «Cuando una familia no tiene qué comer porque tiene que pagar el préstamo, no es humano, y esta dramática plaga social hiere la dignidad inviolable de la persona humana», denunció el Pontífice.
Autor: Soraya Melguizo