El pueblo argentino sufre la miseria y la pobreza. Llamada desesperada de una familia…

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Nuestro amigo-corresponsal de Argentina Rodolfo, nos envía este correo urgente sobre el problema de los secuestros y mutilaciones en Argentina. Nos recuerda que no se trata de resolver un problema puntual si no tomar conciencia del problema que sufre Argentina.

LLAMADA DESESPERADA DE GUSTAVO BELLUSCIO Y SU FAMILIA:

Mi hijo Pablo Martín Belluscio de Bs.As. Argentina fue secuestrado el 22 de septiembre a las 0.30 por una banda de delincuentes extorsivos (ya transcurrió más de un mes) y le cortaron y nos enviaron ya 2 falanges del dedo índice de la mano derecha (con videos indescriptibles y «explícitos») y además amenazan con seguir amputándolo y con matarlo, nos piden una cifra imposible de reunir para nosotros, está en manos de sádicos secuestradores extorsivos, hoy es particularmente nuestro amado hijo Pablo Belluscio pero puede ser mañana el hijo de cualquier familia argentina, ya hubo en menos de 2 meses en el país unos 40 casos y la cifra va en aumento.

Todo está rodeado de un silencio sepulcral, necesitamos desesperadamente toda la colaboración posible de todos los padres y madres del mundo entero, no queremos dinero, solo queremos que se entere todo el mundo de esto, debemos difundirlo, no cubrir la realidad con un manto de silencio por espantosa que sea.

El método de ayuda que hoy entendemos como útil es simple y pacífico, mandar emails al Gobierno Argentino, a la Policía Federal, a los Medios de Prensa, a Policía de Provincia, Radios, Diarios, Televisión hasta saturar con pedido de informes a todos los organismos posibles de Argentina con todos los amigos y con los amigos de los amigos, hacer la presión máxima, que esto no se silencie, que no pase desapercibido para nadie, yo Gustavo Belluscio y Familia estaremos eternamente agradecidos, hay grave peligro de muerte para nuestro amado hijo Pablo y que mañana podría ser el hijo de cualquier otra familia.

Es un espanto que una familia se vea obligada a REMUNERAR al los verdugos MUTILADORES de su propio hijo.

Este es un país donde la gente debe pagar por el cercenamiento de miembros de su familia, NO PUEDE SER, NO DEBE SILENCIARSE ESTO, debe ser difundido por el mundo entero y especialmente SATURAR, Prensa, Justicia, Gobierno, Policía, etc. De la república Argentina.

Gracias, no es sólo Pablo es «TODOS Y CUALQUIERA DE LOS HIJOS ARGENTINOS Y/O DE CUALQUIER NACIONALIDAD».

Agradecido de corazón quien quiera que seas Dios te bendiga.
Gustavo Belluscio y familia.
Cristina Belluscio
Rheem S.A.

Para que vean que es Real, les dejo la noticia que salio en Clarín y La Nación donde dice que este mail lo envió el Padre pidiendo ayuda a la población y a los medios:

Clarín

La Nación

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GOBIERNO ARGENTINO ADMITE QUE HAY POLICÍAS SECUESTRADORES
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OSCAR J. SERRAT
Associated Press
Oct. 31, 2003

BUENOS AIRES – Dos altos funcionarios del gobierno del presidente Néstor Kirchner reconocieron que hay algunos policías involucrados en las bandas que realizan secuestros extorsivos, un delito en alarmante aumento que siembre la intranquilidad en la población.

El incremento de los secuestros, particularmente en los populosos municipios que rodean la capital federal, en jurisdicción de la provincia de Buenos Aires, obligó a los gobiernos federal y provincial a adoptar severas medidas de seguridad.

El ministro de seguridad y justicia Gustavo Béliz dijo a la prensa en la noche del jueves que «hay policías que componen bandas de secuestradores…Si uno analiza la composición de algunas de esas bandas comprueba, como lo hemos hecho nosotros, situaciones en las que hay uniformados que las integran»

El jefe del gabinete de ministros, Alberto Fernández, coincidió el viernes con Béliz y confirmó que «muchos policías están involucrados en secuestros. Estamos decididos a no convivir con las mafias y a combatirlas».

La existencia de «policías secuestradores» se relaciona con el problema más general de bien enraizados focos de corrupción en las fuerzas policiales, pero en especial en la de la provincia de Buenos Aires, que con más de 40.000 efectivos es la más numerosa de la Argentina.

Esos actos de corrupción comprenden sobornos a empresas o particulares, así como la participación directa de policías en delitos como el narcotráfico, el robo de automóviles y la explotación de la prostitución y del juego clandestino. Hubo casos en que se comprobó que algunos policías y carceleros permitían que detenidos salieran a robar, para que luego de retornar a la cárcel, repartieran el botín con las fuerzas de seguridad.

Desde que asumió el gobierno el 25 de mayo, Kirchner inició una drástica depuración en las filas de la Policía Federal. Su jefe, el comisario Roberto Giacomino, fue separado de su cargo el 8 de octubre, al comprobarse que había realizado contrataciones ilegales con empresas integradas por sus familiares.

Toda la plana mayor de la policía federal está también bajo investigación, al exigirle el gobierno que justifiquen el origen de sus patrimonios.

El problema de la corrupción es mucho más grave en la provincia de Buenos Aires. Su ex jefe, comisario Alberto Sobrado, fue despedido por el gobernador Felipe Solá hace algunos meses, cuando se comprobó que tenía cuentas bancarias en el exterior por varios centenares de miles de dólares, que no había denunciado en su declaración de impuestos.

Por lo menos 40 oficiales superiores de la policía provincial están bajo investigación y es posible que sean pasados a retiro, si no justifican el origen de sus patrimonios.

Según estadísticas oficiales, hubo este año en todo el país unos 217 secuestros extorsivos. De ellos 207 ocurrieron en el llamado «Gran Buenos Aires», que rodea a la capital argentina, poblado por nueve millones de personas, con las mayores concentraciones de pobreza y desempleo.

El número de secuestros es muy inferior en la ciudad de Buenos Aires, con tres millones de habitantes y objeto de un mayor control por parte de la policía federal.

Béliz informó que hay dos clases de bandas de secuestradores: las formadas por profesionales del delito, dotadas de recursos y que realizan tareas previas de inteligencia para elegir a sus víctimas, y aquellas más improvisadas, generalmente integradas por menores de edad.

Estas últimas suelen elegir a sus víctimas al azar, guiándose por la calidad de sus automóviles o por el nivel económico de sus viviendas.

El caso más preocupante de los recientes secuestros, es el del estudiante Pablo Belluscio, de 22 años, capturado el 22 de septiembre en el vecino municipio de San Isidro.

Los secuestradores exigieron a su familia 300.000 dólares de rescate. Al no recibirlos, amputaron a Pablo dos falanges de un dedo de la mano, filmaron la macabra escena y enviaron el vídeo a sus familiares.