El racismo del nacionalismo vasco

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El pasado mes de mayo salió a la luz una muestra del racismo más ignominioso por parte del nacionalismo vasco. El alcalde de Sestao, Josu Bergara, edil del Partido Nacionalista Vasco era denunciado en los juzgados de Baracaldo, por negarse sistemáticamente a empadronar extranjeros.

Aparte, varias familias aportaron una grabación realizada en una reunión de Bergara con responsables de agencias inmobiliarias de Sestao, en la que éste , refiriéndose a los inmigrantes, declaraba textualmente: “¿la mierda a Sestao? ¡Pues no! La mierda ya no viene a Sestao; si no, la echo yo, la echo yo. Ya me encargo yo de que se vayan; a base de hostias, claro”.

El edil vasco fue director de Igualdad y Derechos Ciudadanos de la Diputación foral de Bizkaia, cargo en el que no aprendió mucho por lo que se puede comprobar. Posteriormente a este hecho pidió disculpas, alegando que se refería a “los delincuentes y a los incívicos” que generan inseguridad ciudadana en el municipio. (Por supuesto que no hizo mención a que el índice de delitos de la ciudad vasca es de 56 por cada mil habitantes).

Sin embargo, lo más curioso de este hecho, es la “amnesia” del regidor respecto a la historia de la localidad vizcaína. También podemos estar ante un forofo de las ideas “sabinianas” (lease, de Don Sabino Arana Goiri, fundador del PNV) dándole el título de nuevos “maketos”, culpables de todos nuestros males a los inmigrantes . El caso es que Sestao tiene hoy cerca de 30.000 habitantes y una tasa de paro que roza el 26%. De éstos, 1.883 son extranjeros.

Antaño, antes de la industrialización, la villa era una aldea agrícola que vivía de la recolección del trigo, maíz y legumbres. De esto se sostenían sus 4.729 habitantes en el año 1885. Con la llegada de la industrialización, vinieron infinidad de emigrantes de otras partes de la península, pasando a tener 10.831 habitantes en 1890 y cerca de 20.000 en 1950. A comienzos de los sesenta, el monocultivo industrial vasco precisó obreros jóvenes que llegaron de toda España (Extremadura, Andalucía y Galicia), como alternativa a la emigración a Europa. En los años setenta del siglo pasado, la población de Sestao alcanzó su nivel máximo con 43.122 habitantes.

Este aumento poblacional es lo que permitió crear la ciudad que es hoy, con barrios de vivienda obrera y multitud de servicios. Aparte de esto, está sobradamente demostrada la aportación a la economía española (crecimiento del 4% del PIB desde la regularización llevada a cabo por Zapatero) gracias a los trabajadores venidos de países empobrecidos, iberoamericanos, de Europa del Este o africanos.

Gracias al consumo gravado con impuestos indirectos, a los tributos de aquellos que trabajaron con contrato y al hecho de que los inmigrantes han asumido los peores trabajos en las condiciones más precarias posibles, ponen de manifiesto la aportación a la riqueza de España en estos últimos años. Varios estudios ya lo han puesto de manifiesto. Como dijo hace algunos años el que fuera Ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, “que nadie se engañe; plantear un crecimiento sostenido en España sin recurrir a inmigrantes es sencillamente imposible”.

Merece mención especial las declaraciones de los responsables del resto de partidos políticos del arco parlamentario que, al estar en precampaña electoral para las elecciones Europeas, no desaprovecharon la ocasión de marcarse “un tanto”en tolerancia y buenas maneras. Así Esteban González Pons, del Partido Popular pidió la dimisión del edil y advirtió de que “esta vía para ganar elecciones es muy muy muy peligrosa” o Patxi Lopez del PSOE que afirmó “ la verdadera mierda es el racismo y la xenofobia”. Quizá haya que recordarle a este último el interés de su partido por el FRONTEX (Agencia Europea para la Gestión de Fronteras), la cual constituye una violación reconocida de los derechos humanos de los inmigrantes. O aquel informe elaborado por la Guardia Civil del año 2005, cuando ellos gobernaban, en el que se hablaba de 1.500 mauritanos ahogados en las costas de Canarias y que no trascendió. Y al Partido Popular, la instalación de cuchillas “concertinas” en la valla fronteriza de Melilla, justificadas por el director de relaciones internacionales del Ministerio de Interior, mientras afirmaba que “los Estados tratan de ser lo más humanos posible”. Evidentemente, ningún partido político del arco parlamentario defiende a los inmigrantes. De un alcalde nacionalista como Josu Bergara, tampoco podemos esperar gran cosa: ni siquiera su dimisión.

* Artículo publicado en el nº 81 de la Revista del Ministerio de Trabajo e Inmigración con el título “Inmigración, Mercado de trabajo y S.Social: evidencia empírica e implicaciones de política económica “cuyos autores son Isidro Antuñano, Carlos Ochando y Angel Soler;

* El informe publicado en mayo de 2011 por la “Fundación Ideas” bajo el título: “La contribución de la inmigración a la economía española”,elaborado por el equipo del Área de Economía y Sostenibilidad de dicha Fundación y los colaboradores externos del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Madrid, Ramón Mahía Casado y Rafael de Arce Borda.

* El estudio sobre la contribución de los inmigrantes al IRPF, publicado en el en nº 61/2010 de la Revista de Presupuesto y Gasto Público cuyos autores son Mercedes Sastre, Teresa Pérez Barrasa y Luis Ayala Cañon.

* Y finalmente el estudio publicado en mayo de 2011 en el nº 31 de Colección de Estudios Sociales de la Obra Social “la Caixa”, con el título ” Inmigración y Estado de Bienestar en España”, cuya autoría pertenece a Francisco Moreno y María Bruquetas
 

Autor: Juan Montañés