EL SECRETO QUE UNE A BUSH Y A KERRY

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Ambos candidatos a la presidencia de EE.UU. pertenecen desde su juventud a la misma secta masónica Skull & Bones. George W. Bush y John F. Kerry, han sido rivales en las urnas , llevan a sus espaldas dos vidas muy diferentes y también una visión diferente de la sociedad norteamericana, pero lo que tienen en común es el hecho de ser ambos unos «bonesmen», o sea, miembros de la elitista secta Skull & Bones (Cráneo y Huesos), en la cual fueron ambos captados durante sus respectivos periodos de estudios en la Universidad de Yale…


Ambos candidatos a la presidencia de EE.UU. pertenecen desde su juventud a la misma secta universitaria. Bush y Kerry son miembros de la elitista secta iniciática «Skull & Bones» (Cráneo y Huesos)

MAURIZIO MOLINARI – 05/03/2004
Fuente. La Vanguardia

George W. Bush y John F. Kerry, posibles rivales en las urnas el próximo 2 de noviembre, llevan a sus espaldas dos vidas muy diferentes y también una visión diferente de la sociedad norteamericana, pero lo que tienen en común es el hecho de ser ambos unos «bonesmen», o sea, miembros de la elitista secta Skull & Bones (Cráneo y Huesos), en la cual fueron ambos captados durante sus respectivos periodos de estudios en la Universidad de Yale. Fundada hace 172 años a partir del modelo de las análogas asociaciones secretas alemanas, y con una sede en el edificio de Yale llamado The Tomb (La Tumba), la secta está entre las más elitistas, poderosas y menos conocidas de todo Estados Unidos.

Durante decenios, ha admitido sólo en su seno a los hijos de la aristocracia «WASP» (blanca, anglosajona y protestante), capaces de demostrar que poseen tres cualidades: pedigrí familiar y escolástico por encima de toda sospecha, pasión por la aventura en las fronteras de la naturaleza y habilidad en el arte militar. Después del final de la Segunda Guerra Mundial cayeron uno tras otro los vetos en relación con los judíos, los afroamericanos, los homosexuales y –sólo en los últimos años– las mujeres, pero basta recorrer el elenco de los casi 800 miembros actuales para darse cuenta de que la gran mayoría siguen siendo sobre todo «WASP», unidos por vínculos de parentesco o de amistad.

No hay que sorprenderse, por tanto, de que La Tumba se haya convertido en una antesala del poder norteamericano. Por esta antesala han pasado tres generaciones con el apellido Bush; el ex presidente William Howard Taft; el ex embajador en el Moscú estaliniano Averell Harriman; el fundador del semanario «Time», Henry Luce; jefes de la CIA como James Woolsey; neoconservadores como el subsecretario para el Armamento, John Bolton, y el brazo derecho de Cheney, Lewis Libby, así como numerosos agentes 007, jueces del Tribunal Supremo, diputados, senadores y diplomáticos, entre los que hay que mencionar a Paul Bremer III, actual jefe de la Administración militar aliada en Iraq. y líderes del Partido Demócrata, como John Kerry. Cuando se trató de designar al nuevo jefe de la SEC (Comisión Reguladora Bursátil norteamericana) para hacer frente a los escándalos financieros que han convulsionado Wall Street, George W. escogió a William Donaldson, un «bonesman» de la clase 1953. A Prescott Bush, abuelo del actual presidente, la tradición le atribuye la guía del «raid» nocturno para apoderarse del cráneo del jefe indio Jerónimo, que fue utilizado en el rito de iniciación como plataforma en la que los neófitos apoyaban sus pies, mientras que es desde hace unos pocos meses, el «scoop» del periódico universitario según el cual la última generación de «bonesmen» había logrado superar a sus antecesores, al apoderarse del cráneo del comandante de los rebeldes mexicanos, Pancho Villa. Ron Rosenbaum, editorialista del «New Yok Observer», ha dedicado treinta años de trabajos para penetrar en los secretos de esta secta espartana, y entre las prácticas de iniciación sobre las que ha recogido testimonios están la lucha libre con el cuerpo totalmente desnudo y el deber de confesar todos los detalles de la pasada vida sexual, estando tendidos desnudos dentro de un féretro, rodeados de los demás miembros de la secta, sentados en el suelo sobre unos paños y en un silencio ritual, y todo ello en una sala gélida y a media luz.

«Los ritos y los rituales de esta secta son una especie de vía media entre Harry Potter y el conde Drácula –ha contado a la cadena CBS Alexandra Robbinsd, autora del libro «Secrets of The Tomb»– con identificaciones alternativas con personajes como el Diablo, el Papa y Don Quijote, que nombra «caballero de Euloga» al recién entrado en la secta pasándole una espada sobre el hombro izquierdo». Según algunos testimonios recogidos por esta autora, que son rigurosamente anónimos, con objeto de impresionar a los recién llegados, han de observar a una mujer supuestamente poseída por el demonio que pone un cuchillo ensangrentado en la garganta de un joven. Este rito tiende a crear un vínculo indisoluble entre todos los que pertenecen a la secta. Los adeptos están obligados a un secreto perenne sobre todo cuanto sucede en La Tumba, y esto es lo que determina una hermandad indestructible entre todos los que forman parte de la secta, secreto que será sometido a una dura prueba en el caso de un eventual enfrentamiento electoral entre Kerry y Bush.

Cada año son admitidos apenas quince nuevos miembros. Son seleccionados por sus compañeros de estudios de más edad y la elección es comunicada por sorpresa por la noche a cada uno de ellos por separado. El ritual comienza con unos toques en la puerta de la habitación del interesado. Así sucedió en el caso de George W., que fue despertado mientras dormía plácidamente. Cuando abrió la puerta, se encontró frente a su padre, George H. W. Bush, el cual, sin ni siquiera saludarlo y hablándole con voz clara y fuerte, le pidió: «Haz lo que es justo, entra a formar parte del Skull and Bones y conviértete en una buena persona». Dado que Kerry era del curso de 1966 y George W. del curso de 1968, no se puede excluir que ambos coincidieran en los rituales de La Tumba. El gobernador republicano de Nueva York, George Pataki, otro «bonesman», del curso 1967, se ha limitado a hacer al «The New York Times» esta declaración diplomática sobre estos hechos: «La pertenencia de ambos a Skull & Bones demuestra que los dos gozaban de la consideración y el respeto de sus compañeros».

(Copyright «La Stampa»)


Bush y Kerry: ¿Cómplices secretos?

por Por Luis Padua
1-10- 2004

Imagínese una película que se tratara de lo siguiente: de que George W. Bush y John Kerry -los dos principales rivales en la contienda por la presidencia de los Estados Unidos- fueran algo más que amigos. Que fueran miembros de una misma secta secreta que los compromete a apoyarse incondicionalmente (aunque públicamente parezcan «rivales») y los obliga a proteger los intereses del mismo grupo de empresarios que financian esta secta y que buscan perpetuar su control sobre Estados Unidos. ¿Le suena increíble? ¿Digno de una película hollywoodense? Pues basta con hacer un poco de investigación para encontrar un sinnúmero de pruebas y publicaciones que confirman que esto no es una fantasía, sino una muy probable realidad

BUSH Y KERRY: ¿CÓMPLICES SECRETOS?

Por Luis Padua

A pesar de que los principales medios masivos de comunicación en el mundo simplemente no tocan este punto cuando hablan de las próximas elecciones, en diversas publicaciones y sitios de internet se ha reportado reiteradamente que Bush padre, al igual que el abuelo Prescott Bush, es miembro de un grupo secreto llamado Skull and Bones («Cráneo y Huesos»). Aunque los Bush nunca lo han negado, se rehúsan a comentar públicamente sobre el tema.

Pues resulta –y esto increíblemente tampoco se menciona- que el demócrata John Kerry, al igual que los Bush, también es miembro de Skull and Bones. Esta situación está ampliamente documentada en un reciente libro del periodista Jim Marrs (The New York Times), llamado «Rule by Secrecy» («Gobernando en Secreto»).

¿Significa esto que George Bush y John Kerry están comprometidos a protegerse secretamente? Todo parecería indicar que si. Es muy interesante saber cómo los miembros de Skull and Bones se ayudan y protegen entre sí. El propio Marrs narra una significativa anécdota en la que Kerry ya una vez le «salvó el pellejo» a George Bush padre:

Resulta que en el escándalo sucitado en 1980 donde se involucraba a Bush, entonces presidente de los EE.UU., con las actividades criminales detectadas en el Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI), la investigación formal del caso fue turnada a una comisión del Senado encabezada por John Kerry, entonces senador demócrata por Massachusetts. La investigación nunca llegó a probar nada contra Bush, y de acuerdo a uno de los asesores involucrados en dicha investigación, de nombre Jack Blum, hubo un bloqueo proveniente de «altos niveles». Kerry simplemente detuvo toda investigación profunda. «Yo propuse una investigación seria del BCCI», afirmó Blum, «y me hicieron a un lado.»

Pero, ¿qué es Skull and Bones? El investigador Anthony C. Sutton la define como una orden fraternal, «altamente secreta», que al parecer recluta a sus miembros solamente en la Universidad de Yale, y cuyos miembros se apoyan entre sí para obtener importantes puestos en el gobierno y la iniciativa privada en los Estados Unidos, y servir a los intereses de las empresas y familias que lo han ido nutriendo. Su poder actual es tan grande que, de acuerdo a autores como Webster Tarpley y Anton Chaitkin, ha penetrado tanto al partido Republicano como al Demócrata en los Estados Unidos, e influye decisivamente en la toma de decisiones gubernamentales de áreas como política exterior, finanzas, educación y religión. Para estos autores, Skull and Bones representa los intereseses de algunas de las empresas más poderosas de Estados Unidos, incluyendo el complejo Morgan – Rockefeller, el cual -según un estudio realizado en 1980 por el propio gobierno norteamericano- representa «la fuerza dominante» de toda la economía de los Estados Unidos.

Skull and Bones es una secta fundada en la Universidad de Yale en 1832 por el general William Hungtinton Russel y Alphonso Taft. Ambos personajes ocuparon después puestos importantes en el gobierno o la iniciativa privada norteamericana. Taft se convertiría en Secretario de Guerra de los EE.UU. luego en Procurador General y finalmente en embajador de E.U. en Rusia. Su hijo sería Presidente de los Estados Unidos, y también Jefe de la Justicia. Russel, por su parte, incrementaria la riqueza de su ya adinerada familia, cuyo emporio inicio con el trafico de esclavos y crecio con la venta de opio, vinculada también a la llamada «Guerra del Opio» instigada por los británicos en China. Russell se convertiría también en diputado de Connecticut.

A partir de entonces, los miembros de esta secta comenzarían a ocupar puestos cada vez más importantes en la vida política y económica de los Estados Unidos. Algunos nombres recientes incluyen a McGeorge Bundy, presidente de la Fundación Ford entre 1966 y 1979 y asesor de John F. Kennedy y Lindon Johnson; Amory Howe Bradford, director general de New York Times; Henry Luce, presidente de un emporio publicitario que incluye a las revistas Time y Life; además de diversos miembros y ex miembros importantes de la CIA, entre ellos George Bush.

Skull and Bones es, según el periodista Jim Marrs, una secta altamente selectiva. Solo quince estudiantes de Yale son admitidos cada año. Ron Rosenbaum, otro periodista experto en el tema, asegura que con mucha frecuencia las familias ligadas a Skull and Bones casan a sus miembros entre sí. Anthony C. Sutton asegura que el activismo principal de la secta esta repartido en apenas 20 o 30 familias. Algunas son de las primeras familias en haber llegado de Europa a la costa este de Norteamérica, mientras que otras son las familias que se han vuelto más ricas en los últimos 100 años, como los Arriman, Rockefeller, Payne y Davison.

Según los autores Tarpley y Chatkin, la de Skull and Bones es «una historia de opio e Imperio, y de una salvaje lucha por el control político de la nueva república norteamericana».

Algunos autores consideran que Skull and Bones es la secta que dio origen a la idea del «nuevo orden mundial» y a las políticas derivadas de este concepto, así como a diversos proyectos de «globalización» e integraciones comerciales internacionales. Por su parte, el ex candidato presidencial independiente Lindon H. LaRouche manifestó durante su campaña que «Skull and Bones no es una simple fraternidad o asociación de alumnos… Es una muy seria conspiración de culto contra la Constitución de los Estados Unidos… El iniciado en Skull and Bones se convierte en un agente secreto de inteligencia británica de por vida».

Con toda esta documentación e investigación periodística a la vista de la opinión pública, ¿no deberíamos exigir saber más? ¿Hasta dónde es, entonces, la actual contienda política entre Bush y Kerry un teatro para enmascarar un mecanismo que buscará perpetuar a toda costa el poder en las mismas manos? ¿Será el conservadurismo de Bush, frente al liberalismo social de Kerry, de alguna manera una treta para dividir y apasionar a los electores, y darle interés a una supuesta contienda que en realidad no es lo que parece?

Las preguntas son muy fuertes e, inclusive, aterradoras. Lo que se puede afirmar con seguridad es que la existencia de organizaciones secretas como Skull and Bones, y la posibilidad de que controlen en mayor o menor grado las instituciones gubernamentales en los Estados Unidos, son puntos que merecen mucha más atención por parte de los medios y de la opinión pública. Son líneas de investigación que, conforme se revelan, ponen en entredicho el concepto entero de democracia norteamericana y confirman la urgente necesidad de mayor investigación periodística independiente al respecto.