El SIDA en ÁFRICA se llama POBREZA

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Entrevista a Thabo Mbeki, presidente de Sudáfrica por Joan Shenton, directora de Meditel Productions. ¿Es el control político de continentes?
Sudáfrica está en pleno proceso de reevaluación de lo que se ha venido describiendo como la mayor plaga conocida por la humanidad: el sida. Actualmente muchas sociedades y comunidades de todo el mundo cuestionan seriamente la idea de que sea solo un virus, el VIH, el que causa el sida, y no se concede suficiente importancia a otros cofactores como son el hambre crónica, la pobreza o la inmunodeficiencia por otras causas.

Sus voces sólo se han podido oír en muy contadas ocasiones. Se dice que en Africa subsahariana residen más del 60% de casos de SIDA. Thabo Mbeki presidente de Sudáfrica, preocupado por ello, decidió desde 1998 incrementar radicalmente sus esfuerzos para combatir la enfermedad. Pidió al Ministerio de Salud que se interesara por las distintas controversias que tienen lugar entre los científicos sobre el SIDA y sobre la toxicidad de cierto medicamento antirretro- viral y ha organizado un panel de expertos para profundizar el problema.

Presidente Thabo Mbeki.- Porque hemos vivido en una situación que ha estado acaparada por la visión ortodoxa; ciertas cosas que uno creía saber: el VIH es igual a sida, que es igual a muerte… Una de las cosas que han quedado claras, y que, la verdad, resulta muy inquietante, es el hecho de que existía un punto de vista diferente, expuesto por personas cuyas credenciales científicas son incuestionables. Con ello no quiero decir necesariamente que tengan razón, pero no parece que se ha intentado por todos los medios excluir sus voces, silenciarlas.

Joan Shenton.- Se dice que Vd., el año pasado, declaró en el parlamento que le preocupaba el hecho de que se estuviese dando AZT a las mujeres embarazadas. ¿Por qué le preocupaba?

T.M.- Bueno, porque se han planteado muchas preguntas sobre la toxicidad de este fármaco; las dudas eran muy serias (…) Y, a mi parecer, al existir dudas y surgir preguntas en torno a la toxicidad y la eficacia del AZT y otros fármacos, se hacía necesario estudiar estos temas de nuevo (..).

J.S.- Algunos médicos del sida afirman que las pruebas son abrumadoras, que el VIH es la causa del sida y que el AZT resulta beneficioso. ¿Qué diría usted al respecto?

T.M.- Yo diría que por qué no reunimos todos los puntos de vista diferentes sobre esos temas en un mismo lugar. Dejemos que se sienten en torno a una mesa, que discutan sobre todo esto, que presenten todas las pruebas existentes, y veamos qué sale de ese debate(…).

J.S.- La gente dice que a Vd. no le gusta la idea de dar AZT a las embarazadas (por supuesto, estoy yendo al terreno de lo personal), porque es demasiado caro y, en cierto modo, a Vd. se le ve como a un tacaño. ¿Qué responde a eso?

T.M.- (…) El AZT es tremendamente costoso, y eso es algo que debemos tener en cuenta. Pero también digo que, en este contexto, tenemos que responder a determinadas preguntas sobre el efecto tóxico de este fármaco (…), no puedes ignorar un considerable volumen de experiencia en el mundo entero que afirma que este fármaco tiene ciertos efectos negativos.

J.S.- ¿Por qué recientemente ha hablado Vd. con tanta franqueza sobre la codicia de las compañías farmacéuticas?

T.M.- Pienso que se deben discutir muchas cosas; el tema de la salud y el tratamiento de las personas parece, de hecho, estar orientado a obtener beneficios (…) Lo que nosotros decimos es que queremos que las medicinas y los fármacos sean lo más baratos posibles para una población como la sudafricana, que en su mayoría es pobre. Necesitábamos encontrar esas medicinas donde fueran más baratas, controladas como es debido, probadas como es debido; el producto genuino, nada de falsificaciones.

J.S.- En la prensa se le insta a que se limite Vd., cito textualmente, a realizar el trabajo para el cual ha sido elegido, y deje los temas especializados para los que más entienden de ellos. ¿Qué responde a esto?

T.M.- Bueno, no me puedo imaginar a ningún jefe de gobierno diciendo: «no estoy especializado en economía, por lo tanto, no puedo tomar decisiones relativas a la economía; no soy un soldado, por lo tanto, no puedo tomar decisiones que afecten al ministerio de defensa, … La verdad, me parece absurdo.

J.S.- Últimamente, se ha dicho que la industria farmacéutica es más poderosa que los gobiernos. ¿De verdad va Vd. a ir tan lejos, y llevar este debate a otros líderes del mundo, como el presidente Clinton, el primer ministro Blair, o quizás el primer ministro de la India, que, al igual que Vd., ha expresado su deseo de que se realice una investigación sobre estos temas?

T.M.- Claro, por supuesto. Si que quiero presentar el tema a una serie de líderes políticos de todo el mundo. Al menos para informarles de lo que estamos haciendo, hacerles comprender la verdad de todo este asunto; no lo que puedan ver en televisión o leer en los periódicos. Y, sí que nos animó mucho ver que el gobierno de la India se involucraba en el tema. Creo que el interés por estos problemas, que de alguna forma han sido ocultados, va a crecer a nivel mundial. La situación es crítica, porque el objetivo de todo lo que estamos haciendo es poder responder adecuadamente si se cierran los ojos y los oídos a un determinado punto de vista, a cualquier evidencia científica que se pretende. Un punto que parece estar muy claro dentro de la opinión alternativa que estamos presentando, es ¿qué se puede esperar que pase en Africa en lo que respecta a los sistemas inmunes, cuando la gente es tan pobre, y está sujeta a infecciones repetidas y todo lo demás? Claramente, se puede esperar que estos sistemas inmunes se vengan abajo, y no le quepa la menor duda de que eso es precisamente lo que está pasando. Por otro lado, el atribuir tal situación de inmunodeficiencia a un virus produce una respuesta específica, y lo que estamos debatiendo aquí, como gobierno de Sudáfrica, es que nos parece incorrecto responder al reto que supone el sida dentro de una banda estrecha. Si solamente decimos: «hay un virus, sexo seguro, utilizad preservativos», y nada más… no pararemos la expansión del sida en este país.