“El lado solidario del sistema bancario aparece en la sociedad para intentar tapar esa imagen tan negativa que se han ido ganando a pulso. Se trata de ladrones de guante blanco”….Cabe preguntarse a estas alturas, por qué el sistema bancario que no crea absolutamente nada para la sociedad, y que actúa únicamente como intermediario del intercambio de dinero, y de la especulación monetaria, puede ser uno de los pilares del sistema capitalista imperante en nuestra economía.”EL SISTEMA BANCARIO ES PERVERSO
1. INTRODUCCIÓN.
Vamos a tratar de explicar, qué es el sistema bancario. La raíz parte del denominado sistema financiero. Este sistema está guiado por los intermediarios y mediadores financieros, (bancos, cajas de ahorro, cooperativas de crédito, comisionistas, etc). Estos están encargados de adquirir dinero de personas con ahorros, prestándoselo a personas que desean invertirlo, es decir, introducirlo en el mecanismo fenerista.
El fenerismo, según G. Rovirosa significa el régimen económico basado en el derecho de arrendamiento de toda clase de bienes. En el caso del sistema bancario, se trataría del arrendamiento del dinero.
Según palabras del Cardenal Ars, el sistema bancario debe considerarse como un sistema perverso. Esta será la premisa que determine nuestro análisis.
2. EL SISTEMA BANCARIO NO CREA VALOR. SE BASA EN LA ESPECULACIÓN
El sistema bancario toma partido diariamente en ese término denominado “especulación”. Es decir, actividad con el objetivo único de conseguir beneficios. El sitio predilecto de la especulación es la Bolsa. La Bolsa compra y vende, incluso cosas ficticias, que no existen, con la única finalidad de que al final, unos pocos se lucren con el dinero de unos muchos.
Para entender la dimensión de este planteamiento especulativo y que carece de creación de todo valor para la sociedad, queremos poner el ejemplo de lo que Rovirosa denominó “la peseta de Nerón”. Nerón había depositado en un banco de Roma una peseta, dejándola de herencia a un servidor suyo, con la condición de que sus herederos no tocaran este capital con sus intereses durante mil novecientos años. Se contaba con que el interés sería de un 3%. Se trataba de averiguar a cuanto ascendería actualmente el capital acumulado por la peseta, sin más que meterla en la cajita mágica del fenerismo y sin desplegar otra actividad que la de no tocarla. La peseta, sin que sus sucesivos hubieran hecho otra cosa que no hacer nada con ella, se había convertido en: 2.574.754.000.000.000.000.000.000 pesetas, con lo que no habría recursos en el planeta para cubrir esta cantidad.
Cabe preguntarse a estas alturas, por qué el sistema bancario que no crea absolutamente nada para la sociedad, y que actúa únicamente como intermediario del intercambio de dinero, y de la especulación monetaria, puede ser uno de los pilares del sistema capitalista imperante en nuestra economía.
3. EL SISTEMA BANCARIO: CAPITAL SOBRE TRABAJO
Pretendemos ahora, situar al sistema bancario en un entorno social y cultural, y para ello utilizaremos unas palabras de G. Rovirosa que dicen: “El valor fundamental de la humanidad es la persona humana, y es positivo todo cuanto tienda a desarrollar su personalidad, basada en su dignidad y su libertad, en la justicia y en la verdad. Es negativo todo mito que para sostenerse necesita víctimas humanas, sacrificando a veces la vida física, o su dignidad, o su libertad, o sus posibilidades de perfeccionarse…”.
Quisiéramos enfocar este entorno desde dos puntos de vista distintos: el de los empleados del sistema bancario y el de los ahorradores e inversores que participan en su juego:
* Respecto a sus empleados , es común leer artículos en la prensa con titulares como “según el criterio de algunos directivos de Recursos Humanos, el amor por la vida familiar, la libertad, la amistad, la belleza, son valores a destruir a los empleados de banca”, y a la vez observar como cuanto más generosos son los beneficios de esa mole todopoderosa llamada Banca, mayores son los objetivos exigidos a quienes trabajan en ella. Por ejemplo, el Banco de Santander ha obtenido en el ejercicio 97, 110.600 millones de pesetas, con el objetivo de duplicar en tres años dicho beneficio.
* Respecto a los consumidores de banca, podemos hablar del término “apetito de bienes”. El apetito de bienes creado por el sistema bancario, es decir, esa posibilidad que se nos ofrece a través del préstamo con interés, usura, de adquirir bienes más allá de nuestras propias necesidades, entrando así en el mecanismo fenerista, es decir, alquilando a otras personas lo que no necesitamos. Por el contrario, si dichas necesidades nos las planteamos desde el punto de vista de qué es lo que cada uno necesita y qué puede permitirse pagar con su trabajo, ¿para qué hace falta un intermediario que te preste el dinero, que tu mismo vas a recibir cada mes por tu trabajo?, ¿o es que hemos quitado de nuestro vocabulario la venta directa a plazos, según las posibilidades de cada comprador, y hemos introducido una caja negra que ha de lucrarse con nuestras necesidades?.
Y es que, pese a quien le pese, la fuerza de la Banca es el individualismo. Y es que, cuando la insatisfacción que llevan consigo las políticas bancarias es evidente, la rebeldía y el rechazo sólo se pueden evitar si se moldea un ser humano ensimismado, egoísta e insolidario y que no atiende a más estímulo que su satisfacción personal.
Cabría preguntarnos aquí, por todas las familias que por determinados motivos no atienden correspondientemente a los pagos de intereses que el banco le solicita puntualmente. Señores, se les echa a la calle, y sin ningún miramiento, y si no ojeen todos los pisos que poseen los bancos por intereses impagados debidamente. Como ejemplo señalar que cada día 22 familias madrileñas pierden sus viviendas, por no poder pagarlas.
Pero el lado solidario del sistema bancario aparece en la sociedad para intentar tapar esa imagen tan negativa que se han ido ganando a pulso. Se trata de ladrones de guante blanco. Por un lado roban y por el otra ofrecen las sobras a través de sus obras sociales, como recoge la célebre frase que dice: “El Señor Don Juan de Robles, con caridad sin igual hizo este Hospital… pero antes hizo los pobres”.
4. EL SISTEMA BANCARIO: MECANISMO DE USURA
La Banca centra su actividad en la usura, es decir, el préstamo con interés. Mientras que a un ahorrador el banco le paga entre 0,5% y 1% de interés, alguien que desee obtener dinero para comprar una vivienda habrá de pagar aproximadamente el 7%. Esto, a nuestro modo de ver es un robo a los ciudadanos.
Ya a mediados del siglo XVIII el papa Benedicto XIV, en la Encíclica Vix Pervenit se reafirmó en la doctrina tradicional de la ilicitud de los préstamos de dinero con interés, es decir, de la denominada “usura”.
Ante el mandato de ganar el pan con el sudor de tu frente, los cristianos aparecemos ante los ojos del mundo como tolerantes con la injusticia fenerista y lucramos nuestro pan con el sudor del de enfrente. Es decir, que si solamente el trabajo crea valor, aquellos que con el arrendamiento de nuestros ahorros estamos obteniendo rentabilidad, participamos directamente en el sin sentido de la usura en todos sus términos. ¿Será esto acorde con el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo?
5. EL FUTURO DE LA BANCA: EL LUCRO A TODA COSTA
* Por un lado, ante la bajada de los tipos de interés de los últimos años, debido a que España ha de conseguir una determinada tasa para poder entrar en la Unión Europea, el sistema bancario español está invirtiendo en Iberoamérica, y sus negocios ya han dado frutos. Ya en 1998 el 47% del beneficio nombrado del Banco Santander provenía de países iberoamericanos, donde los tipos de interés que pagan quienes necesitan dinero, son más elevados. Cabría preguntarnos aquí por el papel de la Banca en la Deuda externa, es decir, el dinero que a través del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, el sistema bancario ha prestado al Tercer Mundo, y cómo esto está causando tanto daño a nuestros hermanos los empobrecidos.
* Y por otro lado, su última adquisición; los denominados fondos de pensiones. En la prensa, se nos cuestiona casi diariamente el futuro de las pensiones en España, pese a estar firmados unos pactos, “Los Pactos de Toledo” que garantizan éstas, pase lo que pase. Por parte de políticos y de personajes financieros se está metiendo el miedo a la miseria a todos los ciudadanos. Pero resulta, que las cuentas de la Seguridad Social están saneadas, e incluso presentan superávit. Entonces, ¿por qué se nos hace creer lo contrario?. Pues bien, imagínense el dinero que podrían tener en sus manos los bancos, si todos los trabajadores españoles tuviéramos un fondo de pensiones en el que ingresaríamos 30.000 pesetas todos lo meses, y que no utilizaríamos hasta que cumpliéramos 65 años. Pero, ¿qué pasaría con las personas que no pudieran acceder a pagar dicho fondo?, ¿no tendrían derecho a la sanidad, a una pensión para cuando no puedan trabajar,etc…?. Pongamos el caso de dos personas que obtengan los mismos ingresos por su trabajo, y una de ellas tenga un fondo de pensiones y la otra no. En su declaración de la renta, el primero obtendría una desgravación y por tanto pagaría menos al Estado, luego se está creando una discriminación.
Además, ¿en qué manos permanece el dinero de los fondos de pensiones hasta que se cumpla la edad de retirarlos?. Ese dinero se utiliza para financiar a las grandes empresas multinacionales.
6. POSTURA DE LA IGLESIA: TRABAJO SOBRE CAPITAL
Ante un sistema neocapitalista que antepone el capital al trabajo, nos encontramos con las reflexiones que Juan Pablo II nos propone en su tercera carta encíclica Laborem Exercens: “con su trabajo el hombre ha de procurarse el pan cotidiano, contribuir al continuo progreso de las ciencias y la técnica, y sobre todo a la incesante elevación cultural y moral de la sociedad en la que vive en comunidad con sus hermanos”.
Sin embargo, el hombre es considerado como un instrumento de producción, al servicio del capital, que es el único fin, mientras él -él solo, independientemente del trabajo que realiza- debería ser tratado como sujeto.
Según Juan Pablo II, no se ve otra posibilidad de una superación radical de este error, si no intervienen cambios adecuados tanto en el campo de la teoría, como en el de la práctica, cambios que van en la línea de la decisiva convicción de la primacía de la persona sobre las cosas, del trabajo del hombre sobre el capital como conjunto de los medios de producción. Para ello nos dice que hace falta el esfuerzo interior del espíritu humano, guiado por la fe, la esperanza y la caridad, con el fin de dar al trabajo del hombre concreto, aquel significado que el trabajo tiene ante los ojos de Dios, y mediante el cual entra en la obra de la salvación.
Se nos plantea el deber particular en la formación de una espiritualidad del trabajo, que ayude a todos los hombres a acercarse a través de él a Dios, a participar en sus planes salvificos y a profundizar en sus vidas la amistad con Cristo.
El cristiano que está en actitud de escucha de la palabra del Dios vivo, uniendo el trabajo a la oración, deberá saber qué puesto ocupa su trabajo no sólo en el progreso terreno, sino también en el desarrollo del Reino de Dios.
Desde la Iglesia, se nos llama a una economía de solidaridad. Se trata de decir sí a la propiedad, pero siempre en función del bien común. No al fenerismo o alquiler, tanto de bienes como de dinero. Sí a la objección bancaria.
Y por eso, si seguimos entregando la sangre a la Banca, aceptando las mil razones que nos ofrece, seguiremos estrangulando a los más débiles.
Por Angela Elósegui y Mª Luisa Sáinz,
economistas y militantes del movimiento Cultural Cristiano
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