Las cifras son inexactas, no conocemos la realidad de los fallecidos en la migración a Europa, pero organismos internacionales hacen estimaciones que nos permiten ver las terribles e insolidarias tendencias.
La violencia aparece como una de las principales causas de las migraciones en todo el planeta, aunque nunca se puede desligar del hambre y los estados derruidos por los distintos intereses. No podemos separar las migraciones de las causas de la miseria.
Miles de personas se hacinan en campos de refugiados en los países más empobrecidos de la tierra. La migración a Europa solo es la punta del iceberg.
En lo que va de año se han producido al menos 500 muertes de personas migrantes que intentaban cruzar el Mediterráneo central, más del triple que en el mismo periodo del 2020, cuando se registraron 150 decesos, según han informado este martes la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).
El siniestro más grave en lo que va de año se produjo el pasado 22 de abril, cuando un naufragio en esas aguas causó la muerte de 130 personas.
Violencia como causa
Por otro lado, el número de llegadas de migrantes en 2021 a costas de la parte Europea desde el norte de África asciende a más de 10.400, un aumento del 170 % en comparación con 2020, según los datos de Acnur.
«Hay un aumento en las llegadas pero las cifras todavía son manejables», comentó en rueda de prensa la portavoz de Acnur en Italia, Carlotta Sami, desde el puerto de Trapani, en Sicilia, donde han desembarcado desde el sábado 1.500 personas, unos 400 menores, tras ser rescatados por la guardia costera italiana y diversas ONG.
La mayoría de estas personas vienen de Libia, Mali, Eritrea y otras zonas del norte de África, y según los testimonios que ha recogido Acnur, la pandemia no es uno de los principales motivos de su éxodo, sino más bien la violencia persistente en sus lugares de origen.
Acnur registró una alta presencia de menores entre los recién llegados, muchos de ellos no acompañados, que reportaron detenciones y brutalidad «sin ningún respeto por la vida humana» en Libia.
Recordemos solo algunos de las guerras producidas en el Cuerno de África estos decenios:
La profunda inestabilidad que vive el Cuerno de África desde finales de la década de 1980 ha hecho que esta región se convierta en el punto de origen de una serie de flujos migratorios cuyas repercusiones globales están siendo cada vez más destacadas. Estos fenómenos se deben a la confluencia de una serie de causas que están actuando como factores de expulsión, y entre las que destacan: la guerra civil que se ha venido desarrollando 1991 en Somalia; el hambre y las crisis humanitarias intermitentes en toda la zona; los problemas políticos, económicos y sociales de Etiopía; y la represión de las libertades y el aislamiento internacional que han caracterizado la evolución del régimen eritreo durante los últimos quince años. Aunque estos flujos migratorios han sido constantes, el número de migrantes, refugiados y personas desplazadas procedentes del Cuerno de África ha experimentado un incremento significativo desde 2011, coincidiendo así con la gestación y el desarrollo de la crisis de refugiados procedentes de Siria y otros países de Oriente Medio a raíz de la Primavera Árabe. En este sentido, las revueltas en el mundo árabe han propiciado que Europa haya pasado a ser también el destino principal de los migrantes provenientes de Somalia, Etiopía y Eritrea, que tratan de atravesar el Mediterráneo a través de las mismas rutas que siguen los refugiados que huyen de los conflictos y la inestabilidad en Siria y Libia. Un problema que se ve especialmente agravado por la situación este último país. |
La punta del iceberg. Más de cinco millones de refugiados en África
«Un total de 5,5 millones de refugiados o desplazados internos están en países de África, lo que vemos en Italia es solo la punta del iceberg», aseguró Sami.
Acnur agradeció a Italia que mantuviera el puerto de Trapani abierto durante la pandemia, pero insistió en la necesidad de un sistema coordinado por los estados para las operaciones de búsqueda y rescate en el Mediterráneo central.
«Urgimos a la comunidad internacional a que aumente su apoyo para reforzar la protección de las personas que cruzan el Mediterráneo y que ofrezcan alternativas a estos viajes desesperados», concluyó la portavoz de Acnur desde el puerto italiano.
Fuentes: Agencias