España: ¿Nación plural o Estado plurinacional?

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Y pensar que Zapatero, el Presidente del Gobierno español, dijo que el concepto de nación es discutible y relativo, y que por tanto no debíamos preocuparnos si alguna Comunidad se declaraba tal en su Estatuto…

«No se puede dar mayor ceguera ni ignorancia más supina»

El Blog de Alejo Vidal-Quadras
30 de septiembre de 2005

El Parlamento de Cataluña aprobó, con el voto en contra del PP, el artículo primero del nuevo Estatuto de Autonomía, en el que se proclama que Cataluña es una nación. Si este texto fuese aprobado en su momento por el Congreso de los Diputados, España dejaría de ser una Nación plural, tal como consagra el artículo segundo de la Constitución vigente, para pasar a ser un Estado plurinacional, en flagrante violación de nuestra Ley de leyes.

La diferencia entre ambos conceptos no es sólo jurídica o política, sino que cala mucho más hondo y afecta gravemente al sustrato ético de nuestra convivencia. En efecto, la Nación española definida en la Constitución de 1978 preexiste a la misma y queda definida en nuestra Norma suprema como un proyecto colectivo basado en valores y principios universales, la libertad, la igualdad, la solidaridad, la pluralidad y el respeto a los derechos fundamentales del individuo.

En ningún precepto de nuestra Carta Magna la Nación queda configurada en su esencia por la lengua, la historia o la cultura, que son elementos caracterizadores, relevantes sin duda, pero no definitorios.
En cambio, la nación catalana erigida ayer por los nacionalistas en el hemiciclo del Parc de la Ciutadella es algo radicalmente distinto, es una entidad política construida sobre la lengua, la historia y la cultura, que pasan a ocupar en la jerarquía axiológica el nivel más alto, por encima de cualquier otro valor.

Es absolutamente necesario que todos los catalanes y los españoles en su conjunto comprendamos este cambio decisivo, que destruye de raíz el pacto de la transición y abre una etapa de inestabilidad y de incertidumbre llena de riesgos.

Hemos de movilizarnos para que nuestra moral colectiva no sea degradada por esta agresión inadmisible a nuestro ordenamiento que nos deja inermes frente a la barbarie terrorista, que se verá a partir de ahora legitimada para exigir una denominación similar para el País Vasco.

Y pensar que el Presidente del Gobierno dijo que el concepto de nación es discutible y relativo, y que por tanto no debíamos preocuparnos si alguna Comunidad se declaraba tal en su Estatuto.

No se puede dar mayor ceguera ni ignorancia más supina. Precisamente porque existen varias ideas de nación, hemos de defender sin fisuras la que figura en nuestra Constitución, la nación de ciudadanos, liberal, ilustrada, solidaria e integradora, frente a la nacionalista, arcaica, tribal, excluyente y egoísta. Nos va en ello la dignidad y quizá la vida.