Gloria Fuertes nació el 28 de julio de 1917 en el madrileño barrio de Lavapiés en el seno de una familia humilde, de madre, costurera y sirvienta, casi muere en el parto, tal como ella misma refleja en los versos de una de sus «autobiografías
Durante la guerra empieza a trabajar de contable y de secretaria en la fábrica de Talleres Metalúrgicos, y entre cuenta y cuenta escribía cuentos y poemas. Lo que más le influye a la hora de escribir es la llegada de la Guerra Civil española. Esta experiencia dramática de la guerra agudizó su sentido de protesta. Así escribe su primer libro de poemas a los 17 años, Isla ignorada, aunque no lo publica hasta 1950…
Quienes la conocieron han dicho de ella que era un ser fácil para la sonrisa, para la comprensión, para asumir el error ajeno, y fácil también para llorar en amor y compañía, para escuchar la confidencia última, para encontrar en el semejante un motivo más que sirva para perpetuar su sentido creador. Al final de su vida, cuando Gloria ya conocía la gravedad de su enfermedad le preguntaron qué tal estaba y ella contestó «Estoy a solas con Dios y mi dolor», pero no estuvo sola ni un minuto, siempre había alguien con ella, incluso cuando murió el 27 de noviembre de 1998 estaba rodeada de sus amigos íntimos, los que siempre estuvieron ahí. Recopilamos una fantástica selección de sus poemas y de su literatura infantil como agradecimiento en el quinto aniversario de su muerte…
Apuntes biobibliográficos de Gloria Fuertes
La biografía de Gloria Fuertes está llena de datos confusos que ella misma se encargó de ir difundiendo y cambiando constantemente: el año de su nacimiento o el número de hermanos, ya que no está claro si fueron seis, ocho o nueve… Hemos intentado reconstruir lo más fidedignamente su vida, pero no descartamos que nosotros también hayamos caído en ese juego que mantenía celosamente para preservar su intimidad.
Gloria Fuertes nació el 28 de julio de 1917 en el madrileño barrio de Lavapiés en el seno de una familia humilde, de madre, costurera y sirvienta, casi muere en el parto, tal como ella misma refleja en los versos de una de sus «autobiografías». Debido a la profesión de su padre, bedel, la familia cambió varias veces de residencia en Madrid.
A los tres años ya sabía leer y a los cinco escribía cuentos y los dibujaba. Luego los cosía con hilos para encuadernarlos. Esos fueron sus libros infantiles.
Sus primeras lecturas las componen el famoso TBO y los cuentos de Pinocho que editaba Calleja, ya que según ella manifestó en varias ocasiones le asustaba Blancanieves allí muerta, y le parecía un horror que en el cuento de Caperucita la abuela fuera devorada por el lobo. Por eso, su cuento preferido era Pinocho, y sus juguetes, los que encontraba por la calle.
Asiste a varios colegios, entre ellos uno de monjas del que no guarda un buen recuerdo. Su madre la matriculó en el Instituto de Educación Profesional de la Mujer en todas las asignaturas propias de su sexo: Cocina, Bordados a mano y a máquina, Higiene y Fisiología, Puericultura, Corte y Confección, Taquigrafía y Mecanografía, pero ella no quería ser ni modista, como su madre, ni niñera, no quería servir a nadie, en todo caso quería servir a todos, así que también se matriculó en Gramática y Literatura. Su madre no podía entender sus aficiones, impropias de la hija de un obrero como eran los deportes y la poesía.
Escribe sus primeros versos a los catorce años.
En 1934 fallece su madre:
A los quince se murió mi madre,
se fue cuando más falta me hacía.
Durante la guerra empieza a trabajar de contable y de secretaria en la fábrica de Talleres Metalúrgicos, y entre cuenta y cuenta escribía cuentos y poemas. Aunque sus lecturas de juventud son los poemas de Bécquer, Rubén Darío y Gabriel y Galán, lo que más le influye a la hora de escribir es la llegada de la Guerra Civil. Esta experiencia dramática de la guerra agudizó su sentido de protesta. Así escribe su primer libro de poemas a los 17 años, Isla ignorada, aunque no lo publica hasta 1950.
Soy como esa isla ignorada
que late acunada
por árboles jugosos
– en el centro de un mar que no me
entiende,
rodeada de nada, sola sólo -.
En 1935 publicó sus primeros versos y dio sus primeros recitales de poesía en Radio Madrid y Radio España. En esta época se movía por Madrid con una falda-pantalón y corbata en bicicleta, desde Lavapiés a la Calle Mayor para entregar sus cuentos y poesías en Escuela Española, y compraba libros a hurtadillas en la cuesta de Moyano.
Su primer amor fue un obrero que desapareció durante la contienda, el mal de amor pasó rápido y en 1937, vuelve a enamorarse de un médico al que metieron en la cárcel. Gloria iba a verle todos los días. Algunos versos tratan de este sentimiento doloroso.
En 1939, como ella misma relataba, pasó de la oficina de hacer cuentas a una redacción para hacer cuentos.
Debido al horror de la guerra su visión de la vida es triste y no entiende el absurdo de la civilización moderna capaz de luchar por cosas sin importancia, pero ignoran la destrucción de niños. El tema antibélico estará presente en su poesía de forma contundente:
El día que se implante la Paz,
sobre la Tierra
caerá una nevada tenaz
y duradera.
Una vez acabada la guerra comienza a relacionarse con el mundo de las letras en revistas como Pelayos, o Chicos, Chicas y Chiquitito, éstas últimas bajo la dirección de Consuelo Gil, donde publica cuentos de humor desde 1940 hasta 1955. Colabora como redactora en la Revista Infantil Maravillas, suplemento infantil del diario Arriba, portavoz de la Falange y dirigido por Fray Justo Pérez de Urbel. Lo primero que publicó fueron unas aleluyas y unas historietas de una niña de 9 años llamada Coletas. También aquí presentó a Pelines, un niño de 6 años que llegó a ser más popular incluso que Coletas. Al principio ella misma dibujaba las historietas, pero pronto se hizo cargo de esta labor ilustradora Soravilla. Siguió publicando semanalmente cuentos, historietas y poesía para niños en esta revista hasta el año 1953.
Se estrenan diversas obras suyas de teatro infantil y poemas escenificados en varios teatros de Madrid.
En 1942 conoce a Carlos Edmundo de Ory al que le dedica el poema Delirio y a finales de los años cuarenta entró en las tertulias del grupo literario denominado Postismo, un movimiento de postguerra que era lo más avanzado que podía proponer España estéticamente, bajo el régimen de Franco. Colabora en las revistas Postismo y Cerbatana, junto a de Ory, Chicharro y Sernesi. Por tanto, en estos años se combinan perfectamente sus dos facetas creadoras: la infantil con la poesía social de adultos. Para hacer ambos tipos de poesía Gloria analizaba su estado de ánimo y así actuaba. Para escribir poesía infantil «se hacía niño», tenía que estar contenta y graciosa, imaginativa, fantástica, idear un argumento que les hiciera gracia desde el primer momento y con un vocabulario sencillo, en cambio si tenía algún problema la poesía resultante era la del lector adulto. Cambiaba el humor fácil por la risa amarga, complica las figuras de estilo, aumenta las metáforas y los dobles sentidos, eso sí, nunca utilizaba palabras que tuviera que buscar en el diccionario, su lenguaje era claro, sencillo y llano como ella misma fue a lo largo de su vida.
Y aunque nunca se sintió ligada a ningún movimiento y se definía como «autodidacta y poéticamente desescolarizada», la crítica ha unido su nombre a dos movimientos literarios como la Generación del 50, y el Postismo. Con los de la Generación del 50 le une el haber publicado en esa época y el tipo de poesía de denuncia moral que hacía Celaya, Blas de Otero, José Hierro, García Nieto, Ángel Crespo o Buosoño entre otros cuyos temas son: la soledad, el dolor, la injusticia social, el amor, Dios, la muerte… sin embargo, la principal diferencia entre Gloria Fuertes y estos poetas es que, aunque los poemas de ambos salen del dolor, del desamor y del amor, ni ellos ni los postistas supieron llegar al pueblo de la forma en que lo hacía Gloria Fuertes. Y es que ella decía que «antes de contar las sílabas, los poetas tienen que contar lo que pasa». Lo que no se puede negar es que en estos años sí surge una vertiente de la poesía española marcada por la queja más o menos explícita contra la opresión.
Tampoco podemos pasar por alto que Gloria Fuertes fue una de las voces iniciales de la poesía femenina de posguerra con Carmen Conde y Ángela Figuera, entre otras.
Junto a Adelaida Lasantas, María Dolores de Pueblos y Acacia Uceta funda en 1947 el grupo femenino «Versos con faldas» que se dedica durante dos años a ofrecer lecturas y recitales por cafés y bares de Madrid. Fue un grupo tremendamente activo que organizaba lecturas de poesía y colabora en revistas como Rumbos, Poesía Española, con Gabino Alejandro Carriedo, o El pájaro de paja, dirigida por Ángel Crespo.
En este mismo año obtiene el Primer Premio de «Letras para canciones» de Radio Nacional de España.
Fue fundadora y directora de la revista poética Arquero, (1950-1954) junto a Antonio Gala, Rafael Mir y Julio Mariscal. En 1952 estrena su primera obra de teatro en verso Prometeo en el Teatro del Instituto de Cultura Hispánica y se publica Canciones para niños. En 1954 publica en Caracas Antología Poética y Poemas del suburbio, donde se refleja su solidaridad con las clases marginadas de la sociedad urbana, también aparece Aconsejo beber hilo en la colección Arquero y en Caracas Todo asusta (1958) con el que recibe la primera mención del Concurso Internacional de Poesía Lírica Hispana.
Por estos años publica la obra infantil Pirulí, y organiza la primera Biblioteca Infantil ambulante por pequeños pueblos, llevando libros adonde éstos no llegan por falta de dinero o por el analfabetismo que todavía existía en España.
Entre 1955-1960 cursa estudios de Biblioteconomía e Inglés en el International Institute. Aquí conoce a Philys Turnbull, una de sus mejores amigas. Gracias, en parte, a ella en 1961 obtiene la beca Fullbright para impartir clases de Literatura Española en la Universidad de Bucknell (Pensilvania), Mary Baldwin y Bryun Mawr, hasta 1963. Cuando vuelve a España imparte clases de español para americanos en el Instituto Internacional.
En esta década publica algunas de sus obras más conocidas: Que estás en la tierra (1962), Ni tiro, ni veneno, ni navaja, en 1965 con el que obtiene el Premio Guipúzcoa, Poeta de guardia, en 1968, uno de los mejor considerados por la crítica y Cómo atar los bigotes del tigre, en 1969 con el que consigue el accésit del Premio Vizcaya de Poesía:
Mis mejores poemas,
sólo los lee una persona;
son unas cartas tontas
con mucho amor por dentro
faltas de ortografía
y agonía precoz…
En esta obra la vida o ese «tigre», aparecen dentro de una construcción alegórica, un circo en el que el ser humano debe adquirir el papel de domador y «atarle los bigotes», controlarlos. Bajo este prisma alegórico se entienden poemas que tienen que ver con el mundo circense. Tema, que entronca con su literatura infantil.
Como Cangura para todo, que en 1968 fue todo un éxito al obtener una mención de honor en el Premio Andersen de literatura infantil.
A partir de la década de los 70 Gloria empieza a vivir por y para la literatura. Publica Antología poética (1950-1969) en 1970.
En 1972 obtiene la beca de la Fundación Juan March para literatura infantil, y siguió publicando libros de cuentos como La pájara pinta, y La oca loca.
Un año más tarde aparece Sola en la sala, como testimonio de su propia soledad, de su insatisfacción amorosa. Dice que lo escribió estando por primera vez enferma, y que decía lo que tenía que decir «con la rapidez de un dardo, un navajazo, una caricia». También publica Cuando amas aprendes geografía, así como numerosos títulos infantiles: Don Pato y Don Pito, El camello cojito, Las tres reinas magas, entre otros…
Se convierte en una prolífica poeta, y la poesía constituye el motor de su vida. Llega el momento de su antología titulada Obras incompletas (1975) donde reúne poemas de sus libros anteriores.
Comienza a colaborar activamente en diversos programas infantiles de TVE, como Un globo, dos globos, tres globos, del que compone hasta la sintonía, y La cometa blanca (a partir de 1982) convirtiéndose así definitivamente en la poeta de los niños y es que con los niños le gustaba enredar adivinanzas, pareados y juegos de palabras disparatados y ripios. Fue designada por el diario Pueblo como la «figura más popular».
Sigue publicando obras para adultos como Historia de Gloria: (amor, humor y desamor) y Mujer de verso en pecho, en 1995. Toda su poesía se basa en hablarnos de la realidad que vive y de cómo la vive. Relata su vida, pero tapando las miserias con el humor, que lo utiliza como mecanismo de defensa y mezcla la rabia, la dulzura, la preocupación, la alegría y la incertidumbre. Se definía como «yoísta» y «glorista», y su obra está llena de poemas que se titulen «autobiografía».
Los versos de Gloria Fuertes están llenos de frases hechas, de máximas y proverbios, registros infantiles, coloquialismos, con lo que ella juega ingeniosamente para darles un nuevo significado. Por ello, se dedica, sobre todo a la poesía infantil porque era con los niños con los que mejor podía aplicar este sentido de la poética tan libre y tan sencillo. Sabía que su actitud lúdica de desmontar y reinventar palabras llevaba a los niños a un mundo de fantasía y les provocaba la diversión, a través de esos pareados y rimas facilonas. Juega con el lenguaje como jugaría un niño: El libro loco de todo un poco, La ardilla y su pandilla, Coleta payasa, ¿qué pasa?, Don Pato y Don Pito, El hada acaramelada El abecedario de don Hilario, Pelines, Doña Pito Piturra… entre otros.
Doña Pito Piturra
tiene unos guantes,
Doña Pito Piturra
muy elegantes.
Su fama trasciende los límites de la literatura y Gloria es conocida como poeta y como personaje. Su peculiar voz es familiar en todos los hogares españoles de estos años. Su actividad es imparable: lecturas, recitales, homenajes… y constantes publicaciones. Siempre se sintió querida por la gente, y la aceptación de su popularidad no era vanidad, sino la necesidad afectiva de una persona especialmente sensible. Sin embargo, la crítica y algunos poetas nunca le reconocieron el mérito de ser la figura que más hizo dentro de la literatura infantil y aunque se quejaba de que nunca le habían dado el Premio Nacional de Literatura Infantil, sin embargo, se enorgullecía de haber recibido el Premio Andersen en 1968 por Cangura para todo, así como de contar entre sus amigos nombres tan relevantes como Camilo José Cela que la definió como «una de las más luminosas voces poéticas españolas» incluso en alguna ocasión le confesó que le «gustaría escribir para niños» como ella.
Y es que sus nanas, canciones y poemas están llenas de aliteraciones, anáforas, enumeraciones caóticas, incluso recreaciones de poemas de autores clásicos que parafrasea socarronamente, lo que comporta un gran ingenio. Muchos de sus poemas se siguen utilizado como paradigma de poesía infantil, es decir, poesía hecha con la musicalidad evidente y los mensajes inocentes, que sin embargo, esconden mucho más. Por sus páginas pasan niños, niñas, animales, profesores, montañas, arroyos, lápices, números, payasos, buzos, poetas y hasta un chino llamado Chin-cha-te.
Gloria decía que escribir para niños tenía una gran responsabilidad, ya que lo que pretende es despertar en ellos el amor por la vida, por la gente, las plantas, los animales, pero sin dejar el humor ni la fantasía porque la risa es muy necesaria y constantemente repetía que hay adultos que nunca han sido niños y son seres penosos. Sin pretenderlo, tuvo un gran afán pedagógico ya que consiguió que aprendiéramos la tabla de multiplicar, recitáramos los ríos de España o escribiéramos bien:
Verso para la ortografía
a lavar ropa con uve,
alabar a Dios con be.
Huevo con hache y tomate
apto de aptitud con pe…
En 1997 publicó en la editorial Torremozas, Pecábamos como ángeles, una selección de su poesía amorosa en la que nos presenta su vertiente más apasionada y nos permite escuchar de cerca su corazón, que, entre bromas y verdades, tiene la rara virtud de emocionar siempre.
Quienes la conocieron han dicho de ella que era un ser fácil para la sonrisa, para la comprensión, para asumir el error ajeno, y fácil también para llorar en amor y compañía, para escuchar la confidencia última, para encontrar en el semejante un motivo más que sirva para perpetuar su sentido creador.
Cuando Gloria ya conocía la gravedad de su enfermedad le preguntaron que qué tal estaba y ella contestó «Estoy a solas con Dios y mi dolor», pero no estuvo sola ni un minuto, siempre había alguien con ella, incluso cuando murió el 27 de noviembre de 1998 estaba rodeada de sus amigos íntimos, los que siempre estuvieron ahí.
Triunfé con mi poesía
pero no asistí a mi triunfo.
Si tengo algo mejor que hacer
tampoco asistiré a mi entierro.
SELECCION DE POEMAS DE GLORIA FUERTES
AUTOBIOGRAFÍA
Gloria Fuertes nació en Madrid
A los dos días de edad,
Pues fue muy laborioso el parto de mi madre
Que si se descuida muere por vivirme.
A los tres años ya sabía leer
Y a los seis ya sabía mis labores.
Yo era buena y delgada,
Alta y algo enferma.
A los nueve años me pilló un carro
Y a los catorce me pilló la guerra;
A los quince se murió mi madre, se fue cuando más falta me hacía.
Aprendí a regatear en las tiendas
Y a ir a los pueblos por zanahorias.
Por entonces empecé con los amores,
-no digo nombres-,
gracias a eso, pude sobrellevar
mi juventud de barrio.
Quise ir a la guerra, para pararla,
Pero me detuvieron a mitad del camino.
Luego me salió una oficia,
Donde trabajo como si fuera tonta,
-pero Dios y el botones saben que no lo soy-.
Escribo por las noches
Y voy al campo mucho.
Todos los míos han muerto hace años
Y estoy más sola que yo misma.
He publicado versos en todos los calendarios,
Escribo en un periódico de niños,
Y quiero comprarme a plazos una flor natural
Como las que le dan a Pemán algunas veces.
LA POBRE
Soy tan pobre tan pobre,
que no tengo ni madre.
Soy tan pobre tan pobre,
que no tengo ni nadie.
Que no tengo ni abrigo
que llevarme a los hombros.
No tengo ni belleza
que llevarme a los hombres.
Soy tan pobre tan pobre,
que no tengo ni labios
que llevarme a la boca.
¿Tenéis una mirada de ternura?
¿Os sobra algo de vino en la copa?
¡Un poquito de pez,
que tengo hambre..!
Aunque sólo sea una mirada,
soy tan pobre, tan pobre,
que no tengo una sábana blanca…
pero si no la tengo no te vayas.
No tengo un hombro donde llorar a gusto.
No tengo un hombre donde zurcir palabras.
Unas manos, por caridad,
para las mías largas,
que tengo a mi corazón enfermo
y no tengo que darle una cucharada.
EL CORAZÓN DE LA TIERRA
El corazón de la Tierra
tiene hombres que le desgarran.
La Tierra es muy anciana.
Sufre ataques al corazón
—en sus entrañas—.
Sus volcanes,
laten demasiado
por exceso de odio y de lava.
La Tierra no está para muchos trotes
está cansada.
Cuando entierran en ella
niños con metralla
le dan arcadas
NIÑO SOMALÍ
( dedicado a los mayores )
Hoy tengo la gripe,
pero no me duele la espalda.
Hoy sólo me duele la mirada,
de ese niño somalí.
Es un niño que no tiene nada.
Niño sin juguetes, sin comida,
sin agua.
Estuve allí,
y le dije al niño somalí:
– Te traigo unos cuentos.
Y el niño me dijo con la mirada:
– Yo no estoy para cuentos
ni para nada.
Hoy tampoco estoy para versos
porque me duele la mirada
De ese niño de Somalia.
Es un niño que sólo tiene moscas
en losojos y en los labios secos.
(son de esas moscas
que sólo pican a los muertos).
LA GENTE DICE
La gente dice:
«Pobres tiene que haber siempre»
y se quedan tan anchos
tan estrechos de miras,
tan vacíos de espíritu,
tan llenos de comodidad.
Yo aseguro
con emoción
que en un próximo futuro
sólo habrá pobres de vocación.
TODO EL PASADO
Todo el pasado se quiere apoderar de mí
y yo me quiero apoderar del futuro,
me dislocan la cabeza para que mire atrás
y yo quiero mirar adelante.
No me asustan la soledad y el silencio,
son los lugares preferidos de Dios
para manifestarse.
Mi eterna gratitud a los que me quieren,
siempre les recordaré a la hora del sol.
No puedo detenerme,
perdonad, tengo prisa,
soy un río de fuerza, si me detengo
moriré ahogada en mi propio remanso
ISLA IGNORADA
Soy como esa isla que ignorada
Late acunada por árboles jugosos
-en el centro de un mar
que no me entiende,
rodeada de NADA,
sola solo-.
Hay aves en mi isla relucientes
Y pintadas por ángeles pintores,
Hay fieras que me miran dulcemente,
Y venenosas flores.
Hay arroyos poetas
Y voces interiores
De volcanes dormidos.
Quizá haya algún tesoro
Muy dentro de mi entraña.
¡Quién sabe si yo tengo
diamante en mi montaña,
o tan sólo un pequeño pedazo de carbón!
Los árboles del bosque de mi isla
Sois vosotros, mis versos.
¡Qué bien sonáis a veces
si el gran músico viento
os toca cuando viene del mar que me rodea
A esta isla que soy, si alguien llega,
Que se encuentre con algo es mi deseo
-manantiales de versos encendidos
y cascadas de paz es lo que tengo-.
Un nombre que me sube por el alma
Y no quiere que llore mis secretos;
Y soy tierra feliz -que tengo el arte
De ser dichosa y pobre al mismo tiempo-.
Para mí es un placer ser ignorada,
Isla ignorada del océano eterno.
En el centro del mundo sin un libro,
SÉ TODO, porque vino un misionero
Y me dejó una Cruz para la vida
-para la muerte me dejó un misterio-.
(De Isla Ignorada. Ediciones Torremozas, 1999)
15 de MAYO
San Isidro, estoy cansada,
Yo te dejo mi herramienta.
Tú, que nunca fatigado estuviste
-ni en tormenta-,
tú, que todo lo rezabas
lo labrabas
lo sembrabas
tú, que hablabas
con los santos
con el trigo
con el ave.
Toma, planta mi bolígrafo,
A ver qué coño son sale.
San Isidro, estoy cansada.
(De Sola en la Sala, Javalambre, 1973).
ORACIÓN
Que estás en la tierra, Padre nuestro,
Que te siento en la púa del pino,
En el torso azul del obrero,
En la niña que borda curvada
La espalda, mezclando el hilo en el dedo.
Padre nuestro que estás en la tierra,
En el surco,
En el huerto,
En la mina,
En el puerto,
En el cine,
En el vino,
En la casa del médico.
Padre nuestro que estás en la tierra,
Donde tienes tu gloria y tu infierno
Y tu limbo; que estás en los cafés
Donde los pudientes beben su refresco.
Padre nuestro que estás en la tierra,
En un banco del Prado leyendo.
Eres ese viejo que da migas de pan a los pájaros del paseo.
Padre nuestro que estás en la tierra,
En la cigarra, en el beso,
En la espiga, en el pecho
De todos los que son buenos.
Padre que habitas en cualquier sitio,
Dios que penetras en cualquier hueco,
Tú que quitas la angustia, que estás en la tierra,
Padre nuestro que sí que te vemos
Los que luego hemos de ver,
Donde sea, o ahí en el cielo.
YO EN UN MONTE DE OLIVOS
Como un volcán dormido de mentira
-parezco al parecer tan descansada-.
Un ocio agotador que así me enciende,
Brotan de mi costado las palabras.
Sudo tinta y tengo sed, sed tengo,
Mucha sed de manos enlazadas.
Por la punta del monte de mis senos
Por la punta del lápiz va la lava.
Va balada a tus pies o bien protesta,
En una piedra al sol, arrodillada
Y la pasión del hombre se me representa:
Veo celdas con rejas, hospitales sin camas,
Sabios con atómicas, analfabetos con ayuda de cámara,
Viudas con marido, casos sin casa,
Niños crueles, perras apedreadas,
La traición de un amigo, la destrucción de un alma.
¡No puedo más!… Me levanto y dicen:
-Ahí va Gloria la vaga.
-Ahí va la loca de los versos, dicen,
la que nunca hace nada.
(De Cómo atar los bigotes al tigre, El Bardo: Barcelona, 1969).
LOS PAJAROS ANIDAN
Los pájaros anidan en mis brazos,
En mis hombros, detrás de mis rodillas,
Entre los senos tengo codornices,
Los pájaros se creen que soy un árbol.
Una fuente se creen que soy los cisnes,
Bajan y beben todos cuando hablo.
Las ovejas me pisan cuando pasan,
Y comen en mis dedos los gorriones;
Se creen que soy tierra las hormigas
Y los hombre se creen que no soy nada.
(De Carmen Conde: Poesía Femenina Española)
ESCRIBO
Escribo sin modelo
A lo que salga,
Escribo de memoria
De repente,
Escribo sobre mí,
Sobre la gente,
Como un trágico juego
Sin cartas solitario,
Barajo los colores,
Los amores,
Las urbanas personas
Las violentas palabras
Y en vez de echarme al odio
O a la calle,
Escribo a lo que salga.
(De Historia de Gloria, Madrid: Cátedra).
ARTE POÉTICA
Escribo como escribo,
A veces deliberadamente mal,
Para que os llegue bien.
(De Historia de Gloria, Madrid: Cátedra).
SIEMPRE CON LOS COLORES A CUESTAS
No olvido cuando rojos y negros
Corríamos delante de los grises
Poniéndoles verdes.
Cuando rojos y verdes
Temblábamos bajo los azules (de camisa)
Bordada en rojo ayer.
Asco color marrón
Que siempre huele a pólvora.
Páginas amarillas leo hoy
Para encontrar a un fontanero
Que no me clave.
Siempre con los colores a cuestas.
Siempre con los colores en la cara
Por la vergüenza de ser honesta.
Siempre con los colores en danza.
Azul contra rojo
Negro contra marrón
Como si uno fuera Dalí o Miró.
(De Mujer de verso en pecho, Madrid: Cátedra, 1996).
NIÑOS DE SOMALIA
Yo como
Tú comes
El come
Nosotros comemos
Vosotros coméis
¡Ellos no!
(De Mujer de verso en pecho, Madrid: Cátedra, 1996).
CABRA SOLA
Hay quien dice que soy como uina cabra;
Lo dicen lo repiten, ya lo creo;
Pero soy una cabra muy extraña
Que lleva una medalla y siete cuernos.
¡Cabra! En vez de mala leche yo doy llanto.
¡Cabra! Por lo más peligroso me paseo.
¡Cabra! Me llevo bien con alimañas todas,
¡Cabra! Y escribo en los tebeos.
Vivo sola, cabra sola,
-que no quise cabrito en compañía-
cuando subo a lo lato de este valle
siempre encuentro un lirio de alegría.
Y vivo por mi cuenta, cabra sola;
Que yo a ningún rebaño pertenezco.
Si sufrir es estar como una cabra,
Entonces sí lo estoy, no dudar de ello.
(De Poeta de guardia,Barcelona: El Bardo, 1968).
LITERATURA INFANTIL
EL CAMELLO COJITO (AUTO DE LOS REYES MAGOS)
El camello se pinchó
Con un cardo en el camino
Y el mecánico Melchor
Le dio vino.
Baltasar fue a repostar
Más allá del quinto pino….
E intranquilo el gran Melchor
Consultaba su “Longinos”.
-¡No llegamos,
no llegamos
y el Santo Parto ha venido!
-son las doce y tres minutos
y tres reyes se han perdido-.
El camello cojeando
Más medio muerto que vivo
Va espeluchando su felpa
Entre los troncos de olivos.
Acercándose a Gaspar,
Melchor le dijo al oído:
-Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.
A la entrada de Belén
Al camello le dio hipo.
¡Ay, qué tristeza tan grande
con su belfo y en su hipo!
Se iba cayendo la mirra
A lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empujaba al bicho.
Y a las tantas ya del alba
-ya cantaban pajarillos-
los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.
-No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
Le quiero, repitió el Niño.
A pie vuelven los tres reyes
Cabizbajos y afligidos.
Mientras el camello echado
Le hace cosquillas al Niño.
¿DÓNDE VAS CARPINTERO? (VILLANCICO)
-¿Dónde vas carpintero
con la nevada?
-Voy al monte por leña
para dos tablas.
-¿Dónde vas carpintero
con esta helada?
-Voy al monte por leña,
mi Padre aguarda.
-¿Dónde vas con tu amor
Niño del Alba?
-Voy a salvar a todos
los que no me aman.
-¿Dónde vas carpintero
tan de mañana?
-Yo me marcho a la guerra
para pararla.
CANGURA PARA TODO
(Fragmento)
Sonó el timbre.
El señor abrió la puerta.
La escalera estaba muy oscura.
Alguien, con un pañuelo atado a la cabeza,
el entregó una tarjeta que decía:
“Se ofrece cangura muy domesticada
para doméstica”.
-Pase, por favor; llevamos un mes como locos sin niñera ni cocinera.
Siéntese.
El señor abrió de par en par la ventana y de par en par los ojos.
Ante él tenía un canguro imponente.
-¡Pero bueno! ¿Pero como? ¿Pero cómo ha llegado usted aquí?
-Pues saltando, saltando, un día di un salto tan grande
que me salté el mar.
-¡Clo! ¡Clo!- el señor parecía que iba a poner un huevo,
pero era que llamaba a su esposa,
que se llamaba Dulce Mariana Clotilde del Carmen, pero él,
para abreviar, la llamaba Clo.
Apareció Clo y desapareció al mismo tiempo gritando:
-¡Dios mío, hay un canguro en el sofá! ¡Un canguro!
-Cangura, señora, cangura, soy niña- aclaró el animalito
estrando sus orejas y lamiéndose las manos.
-¡ven, Clo! Ten confianza…
Volvió a aparecer Clo muerta de asombro.
-Mírala bien, parece limpia y espabilada,
además a los niños les gustará. Yo creo que conviene
que se quede en casa.
Clo, la señora, miraba a la cangura de reojo, tragando saliva…
¿Cuál es su nombre?- preguntó por preguntarle algo.
-Marsupiana, parra servirles.
Y la cangura se quedó en casa para servirles.
DOÑA PITO PITURRA
Doña Pito Piturra
Tiene unos guantes,
Doña Pito Piturra
Muy elegantes.
Doña Pito Piturra
Tiene un sombrero,
Doña Pito Piturra
Con un plumero.
Doña Pito Piturra
Tiene un zapato,
Doña Pito Piturra
Le viene ancho.
Doña Pito Piturra
Tiene toquillas,
Doña Pito Piturra
Con tres polillas.
Doña Pito Piturra
Tiene unos guantes,
Doña Pito Piturra
Le están muy grandes.
Doña Pito Piturra
Tiene unos guantes,
Doña Pito Piturra
¡lo he dicho antes!
LA VACA LLORONA
La vaca está triste,
Muge lastimera,
Ni duerme, ni bebe
Ni pasta en la hierba.
La vaca está triste,
Porque a su chotito
Se lo han llevado
Los carniceros
Al mercado.
Está tan delgada,
La vaca de Elena
Que en vez de dar leche,
Da pena.
PIENSO MESA Y DIGO SILLA
Pienso mesa y digo silla,
Compro pan y me lo dejo,
Lo que aprendo se me olvida,
Lo que pasa es que te quiero.
La trilla lo dice todo;
Y el mendigo en el alero,
El pez vuela por la sala
El toro sopla en el ruedo.
Entre Santander y Asturias
Pasa un río, pasa un ciervo,
Pasa un rebaño de santas,
Pasa un peso.
Entre mi sangre y el llanto
Hay un puente muy pequeño,
Y por él no pasa nada,
Lo que pasa es que te quiero.
LA POETA
La poeta se casó con el poeto
Y en vez de tener un niño
Tuvieron un soneto.
LOS PAJAROS NO TIENEN DIENTES
Los pájaros no tienen dientes,
Con el pico se apañan.
Los pájaros pescan peces
Sin red ni caña.
Los pájaros, como los ángeles,
Tienen alas.
Los pájaros son artistas
Cuando cantan.
Los pájaros colorean el aire
Por la mañana.
Por la noche
Son músicos dormidos
En las ramas.
Da pena ver a un pájaro en la jaula.
EL DENTISTA EN LA SELVA
Por la mañana
El dentista de la selva
Trabajó intensamente
Con un feroche cliente.
Era el rey de la jungla,
Era un león imponente,
Con colmillos careados
Y que le faltaba un diente.
Por la tarde
Y dijo el doctor dentista
A su enfermera reciente:
-pon el cartel en la choza,
no recibo más pacientes,
ha venido un cocodrilo
que tiene más de cien dientes.
LA INCLUSA DE VIEJOS
LOS VIEJOS EN OTOÑO
Por Gloria Fuertes
Soy la poeta de los niños, y quiero deciros, que también soy la poeta de los viejos. Porque los viejos, los ancianos, los mayores, sufren más que los niños, sobre todo los viejos sin familia (teniendo familia) los ancianos sin casa, (teniendo casa); me voy a referir a los viejos que viven en “Residencias de Ancianos”, -antes se decía asilos-, a mi me parecen “garajes para viejos”, donde los aparcan, o Inclusa de Viejos donde los abandonan.
Allí están, Residencias de Ancianos, no les falta casi nada, pero les falta casi todo, les falta lo esencial: AMOR, COMPAÑÍA Y AMIGOS.
Tienen higiene, tienen médicos, tienen comida, no pasan ni frío ni calor. Ni calor, ahora lo he dicho, no tienen el calor que da el cariño de la familia. Y, no sólo de pan vive el hombre, y sobre todo no sólo de pan vive el anciano. Esto que he escrito es SOBRE los ancianos, pero no PARA ellos (¡Ojalá no me escuchen¡). No quiero hacerles llorar ni siquiera de alegría.
Solamente quiero haceros reflexionar y tocaros un poquito el corazón a los que aún no sois viejos.
Los niños son niños que no saben nada.
los viejos son niños que saben que se van a morir.
Andan como niños, un leve tambaleo,
mendigando un cigarro, una galleta,
una frase, una sonrisa, un beso.
Los viejos.
Yo les he visto,
viven como fantasmas, lentos pasos de niños,
viven mucho (pero mueren antes los que tienen insomnio
y no tienen cariño).
Tienen achaques, goteras,
recuerdos…arrugas,
(nunca se miran en el espejo)
huérfanos de todo,
abandonados,
en la inclusa de los ancianos.
Este dolor es del tiempo, -dice el doctor,
del tiempo, que hace que he nacido- digo yo.
-¡Qué coño de otoño¡- me dijo un interno,
en el otoño caemos como hojas, como moscas caemos,
cuando menudean las visitas, cuando cambia el tiempo.
¡Qué dolor en los huesos¡
El médico, -en rutina-
les viene a visitar. Padecen: Bronquitis, reuma,
(yo digo que padecen soledad)
Negro final
Blanca sien.
Un solo verbo usan: Esperar, esperar…
-Qué ¿cómo está usted?
-Aquí esperando…
(No me dijeron a quien….)
Yo les he visto.
En la Residencia de Ancianos.
Viven mucho.
Algunos no tienen más que años.
Algunos nunca tuvieron nada.
Algunos tiene hijos casados
-en buena posición-
Otros tienen un cáncer calladito,
la mayoría padece locura senil
Y guardan estampitas de la Virgen.
Allí están, sólos
y aún vivos,
solamente esperando.
Viven mucho.
Valen tan poco que ni la muerte les quiere
…
YO SI LES QUIERO.