Homenaje al Papa de la solidaridad

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Este pasado Domingo De Resurrección, 8 de abril, se celebró una jornada-homenaje a Juan Pablo II con motivo del segundo año de su fallecimiento. El acto lo organizó el Movimiento Cultural Cristiano y Camino Juvenil Solidario en la ciudad de Alcalá de Henares.

Militante, luchador, apóstol, mártir… por la verdad y en defensa de los más débiles es lo que ha sido Juan Pablo II. Ha sido, sin duda, el papa de la solidaridad; el que más nos ha recordado que el DIOS TRINITARIO que se encarna en los pobres ES SOLIDARIDAD.

Cuando él llegó a la sede de Pedro el comunismo dominaba en Polonia y en medio mundo. Parecía, además, que el marxismo constituía una esperanza -al menos una moda- entre muchos intelectuales, y seducía a buena parte de las organizaciones apostólicas y a muchos teólogos de la misma Iglesia católica. Hoy del comunismo ya no se acuerdan ni aquellos que lo querían inculcar a los obreros y campesinos cristianos llevándolos a servir a la falsa izquierda o a morir en las guerrillas. Y cuando Juan Pablo II nos dejó para ir al Padre, pudimos afirmar que es la Iglesia, una comunidad en la que hay más de 800 millones de empobrecidos, la esperanza que les queda a los pobres de la tierra.

La jornada comenzó  a las 12:30 en la que los asistentes se unieron a la Eucaristía en la Catedral Magistral de Alcalá de Henares, presidida por Mons. Jesús Catalá Ibáñez, obispo de la diócesis. Posteriormente, se celebró un homenaje en la Capilla del Oidor. Se recordó en él lo más significativo de su Pontificado y los inmensos dones que dejó a los cristianos y a todo el mundo con su magisterio y sus viajes apostólicos.

De modo especial se destacó su vivencia del trabajo y de la familia en las luchas compartidas como sacerdote con el pueblo polaco contra el nazismo y el comunismo. Una experiencia que le sirvió de aliento militante para promover que los laicos cristianos fueran protagonistas de la misión de la Iglesia y para llamar a las familias a tomar el papel que les corresponde en la vida cultural y política en la sociedad.

Se resaltó también el impulso dado por Juan Pablo II a la Doctrina Social de la Iglesia, con su decidida denuncia de las injusticias, defendiendo los derechos humanos desde la concepción a la muerte natural, y levantando su voz por la promoción de los más pobres. Lo mismo que su trabajo incansable por la paz y la solidaridad entre todos los pueblos de la tierra más allá de las fronteras, religiones y culturas, y su denuncia del Imperialismo, que oprime a millones de seres humanos, al que llamó Cultura de Muerte y Estructura de Pecado.

En todas sus actuaciones puso su sello personal, nacido de una vivencia mística que unía el amor a Dios y la pasión por la dignidad del hombre.  La llamada con que comenzó su pontificado: “No tengáis miedo. Abrir puertas a Cristo” ha provocado miles de vocaciones en la Iglesia y ha sido el aliento que ha promovido la renovación espiritual de la Iglesia entera, de los obispos, sacerdotes, religiosos y seglares. A su muerte se puede decir que la Iglesia vive una auténtica primavera.

A las 18:00, se clausuró la jornada con la escenificación leída de la obra de teatro “LA MURALLA” del comediógrafo Joaquín Calvo Sotelo.  La obra de teatro tuvo lugar en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús.

Los asistentes al acto agradecieron la celebración de homenajes como este por el mensaje de esperanza allí  planteado y por el recuerdo de un hombre de la talla de Juan Pablo II. Manifestaron como a su luz se siente el gozo de ser cristianos y hombres modernos, y la alegría de ser parte de la Iglesia católica.