Hoy existen 400 millones de niños esclavos: ¿esto es trabajo decente?

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¿Por qué la OIT no denuncia las causas de esta situación y permite que se perpetúen?

Nos preguntamos el día del “trabajo decente”, porqué no se tiene en cuenta esta realidad que aplasta a millones de niños a la par que millones de personas son condenadas al paro, a la explotación y a la precariedad.

En pleno siglo XXI más del 80% de la población mundial pasa hambre siendo este, con diferencia, el principal problema de la humanidad al que hay que dar respuesta. No podemos obviar que vivimos en un mundo en guerra de los enriquecidos contra los empobrecidos, que se traduce en miseria, explotación, esclavitud y fundamentalmente la negación de la dignidad humana, aborto…

Si queremos luchar por un trabajo decente tenemos que denunciar con fuerza que la mayoría de trabajadores del mundo son empobrecidos, y reciben salarios que no les permiten subsistir con dignidad o viven en el desempleo y la esclavitud; 1.800 millones de trabajadores, el 60% de la población activa mundial, trabaja sin contrato laboral ni prestaciones sociales.

Este robo planificado a los empobrecidos de la tierra, les condena a la violencia, al trabajo informal, al hambre, a la guerra o a emigrar a los países enriquecidos, que luego cierran sus fronteras…Muchos de ellos son paradójicamente, los países más ricos de la tierra: Congo, Venezuela, Nigeria…

En España, hemos de recordar, que estamos en cifras insoportables de paro, (2,5 de cada 10 parados en la eurozona son españoles), con un 23% de paro registrado.

En este año 2016 las grandes corporaciones transnacionales han planificado el futuro del trabajo y de la economía en Davos y no se ha oído ninguna voz que de forma seria se ponga en frente de esta economía que descarta y mata. En menos de 300 años, el mundo ha vivido tres revoluciones industriales. En la segunda década del siglo XXI, nos adentramos en la cuarta, acelerada en velocidad, amplitud e impacto social, y gestionada por los que quieren aplastar a los pequeños.

¿Qué mirada ante esta realidad? Una mirada internacionalista y solidaria con los últimos de la tierra.

Desgraciadamente, durante décadas, el sindicalismo y los partidos políticos de “izquierdas”, han mirado hacia otro lado, sin poner a los últimos y las causas que provocan la injusticia en el primer lugar de su estrategia, perdiendo así la perspectiva y el horizonte de su propia lucha en los países enriquecidos. Cada reconversión industrial en España, por ejemplo, ha sido mirada en clave local o sectorial, enfrentando en muchas ocasiones a trabajadores del norte y del sur, o del mismo país incluso, con guerras entre localidades que no iban a ningún lado…

No podemos asumir una lucha por un trabajo decente si poner el nivel de justicia, en la medida que piden los últimos de la tierra.

Por eso queremos en este día, que los 400 millones de niños esclavos, estén en el centro de la mesa, como primer problema a erradicar.

Redacción solidaridad.net