INDITEX (Zara), MANGO, CORTEFIEL e INDUYCO-EL CORTE INGLÉS, DENUNCIADAS por EXPLOTACIÓN LABORAL en el TERCER MUNDO

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Un informe sobre la explotación de la MUJER . ¿Denunciaremos a estas empresas el 8 de Marzo: DIA INTERNACIONAL de la MUJER TRABAJADORA?, y el próximo 1º de MAYO, ¿lo harán los sindicatos? Intermón Oxfam ha presentado dos informes en los que denuncia las ESCLAVITUD LABORAL de los empleados de los talleres que producen ropa en países del Tercer Mundo. La organización señala a los grupos españoles Cortefiel, Inditex, Mango e Induyco-El Corte Inglés, como responsables directos de esta explotación

Intermón Oxfam ha presentado dos informes en los que denuncia las ESCLAVITUD LABORAL de los empleados de los talleres que producen ropa en países del Tercer Mundo. La organización señala a los grupos españoles Cortefiel, Inditex, Mango e Induyco-El Corte Inglés, como responsables directos de esta explotación.

Entre un 60% y un 90% de mujeres trabajan en el origen de la producción textil, en recogida de fruta o en floricultura. Lo hacen sin derechos, con horas extras raramente pagadas; si se averigua que pertenecen a un sindicato, las despiden. Las grandes marcas y supermercados de los países ricos (entre ellos España) imponen a sus proveedores unos plazos de entrega que convierten la vida de esas mujeres en un infierno. Según la asociación, el grupo Induyco, que abastece de ropa al Corte Inglés, ha recortado en ocasiones hasta sólo cinco días los plazos de entrega de sus proveedores marroquíes e Inditex (Zara) posee los plazos de entrega más cortos del mercado.

En Marruecos -donde producen Cortefiel, Inditex (Zara), Mango e Induyco (Corte Inglés)- una fábrica textil de Tánger vendía hace tres años por 3,3 euros un pantalón a las grandes firmas españolas; hoy sólo cobra 2 euros. Las trabajadoras tienen jornadas de entre 12 y 16 horas en temporada alta, porque desde España se les piden plazos de entrega de menos de 6 días en aras de los cambios de escaparate. Las grandes marcas de ropa españolas han aumentado la presión sobre las fábricas de países emergentes, lo que ha provocado el trabajo a destajo y rebajas en los precios de hasta el 40. El sector textil de Marruecos cuenta con unas 2.000 empresas.

El director general de Intermón Oxfam, Ignasi Carreras, ha declarado que el modelo de negocio de las cuatro primeras empresas textiles, basado en conseguir una producción «más barata, más rápida y más flexible, genera una presión en el último eslabón de la cadena que conduce a la precariedad», indicó que «las grandes marcas concentran un gran poder y exprimen a los trabajadores que se encuentran al final de la cadena, y que en su mayoría son mujeres».

Asimismo, ha explicado que estas empresas textiles han establecido códigos éticos de conducta para los proveedores a la hora de fijar las condiciones laborales de sus trabajadores, pero «se les plantean condiciones comerciales tan exigentes que no pueden cumplirlos».

Carreras sostiene que estas empresas han de «conocer la realidad de sus subcontratas, que someten a las mujeres a empleos precarios, bajos sueldos y horas extras obligatorias y no remuneradas. Nuestro objetivo es que avancen en la responsabilidad social corporativa, en el diálogo y en un compromiso activo que evite esta situación».

La coordinadora del informe ´Moda que aprieta´, Paloma Escudero, afirma que «Inditex, Cortefiel y Mango se han sentado a dialogar con nosotros con la intención de solucionar el problema. Sin embargo, Induyco-El Corte Inglés se ha negado a participar en el debate porque no reconoce su responsabilidad».

Ambas investigaciones, resultado de más de dos años de trabajo en 12 países, inciden en la relación de este problema con la presión que las empresas ejercen sobre sus proveedores (mayor producción, mayor rapidez y menor coste).

Implicación del Gobierno

«El informe descarta que la responsabilidad de esta situación sea sólo de las grandes corporaciones y recuerda que muchos Gobiernos, alentados por el FMI y el Banco Mundial, atraen a los inversores ofreciendo bajos costes y mano de obra flexible», añade Intermón en su pagina web.

ESCLAVITUD FEMENINA

El estudio, centrado en los sectores textil y de productos frescos, señaló que entre el 60 y el 90 por ciento de la fuerza laboral de las principales marcas que operan en esas naciones son mujeres.

Como dato significativo, la organización señaló que los tiempos de producción en las fábricas a nivel global se han reducido un 30 por ciento en los últimos cinco años. En la provincia china de Guangdong, una de las regiones industriales de mayor crecimiento del mundo, las trabajadoras hacen más de 150 horas extras al mes y el 90 por ciento no tiene acceso a la seguridad social.

Menos de la mitad de las mujeres empleadas en el sector de la exportación de textiles y de prendas de vestir en Bangladesh tiene contrato de trabajo y la gran mayoría no tiene bajas de maternidad o cobertura sanitaria… Pero el 80% teme el despido si se queja.

Según el informe, en Florida los cultivadores de tomate -en su mayoría mexicanos- han visto caer el precio que reciben en 25 por ciento desde 1992 y laboran hasta 148 horas extras cada mes sin cobrarlas, pues el sueldo depende de las piezas recolectadas.
En tanto, en Chile el 75 por ciento de mujeres dedicadas a recoger fruta tienen contratos temporales y trabajan más de 60 horas semanales en temporada alta, «a destajo y mal pagadas», sin posibilidad de jubilarse o incapacidad por enfermedad o maternidad.

Empleos precarios, sueldos insuficientes, horas extra obligatorias y no remuneradas, prohibición de sindicatos y malas condiciones higiénicas y sanitarias son el común denominador de una situación que afecta a millones de mujeres y que Intermón-Oxfam atribuye “a las estrategias globales” de supermercados, grandes almacenes y marcas de ropa.

El texto presenta testimonios “desgarradores” de mujeres que trabajan en fábricas de trasnacionales en Bangladesh, Chile, China, Colombia, Estados Unidos, Honduras, Kenia, Marruecos, Reino Unidos, Sri Lanka, Sudáfrica y Tailandia.

Las mujeres, muchas encargadas de la manutención de sus hijos, se ven obligadas a trabajar horas extras, a recibir salarios reducidos, privadas de sus descansos, de bajas por enfermedad o maternidad, y bajo constante acoso sexual.

“En el último escalón de la miseria siempre hay una mujer”, dijo la periodista Isabel San Sebastián, quien agregó que estas trabajadoras deben pagar un precio muy alto para mantener su empleo.

“Las condiciones que les imponen son de esclavitud”, señaló la también periodista Concha García, quien advirtió de los efectos de las políticas empresariales sobre las mujeres, como el deterioro de su salud y la desintegración familiar.

TESTIMONIOS

  • “Como trabajadora temporal, no tengo primas, ni vacaciones pagadas ni indemnización por despido. Estoy buscando un sitio donde instalarme para poder traer a mis hijos a vivir conmigo y ser una madre con mis polluelos bajo mis alas.”
    Ragel. Recoge en Sudáfrica fruta que se exporta a los supermercados de Reino Unido.
  • “Tenemos que hacer horas extras hasta la medianoche para tener unos ingresos decentes. Me da miedo tener hijos porque no podré mantenerlos.”
    Nong, 26 años, cose ropa interior para Victorias’s Secret en Tailandia
  • “No tenemos derecho a ponernos enfermas. Un día no me encontré bien y llevé a mi jefe una nota de mi médico; recibí una amonestación por escrito”.
    Zakia, 36 años, cose prendas de vestir en Marruecos para empresas españolas como Induyco y El Corte Inglés.

De archivo 10/02/2004