Larrínaga: “Determinados grupos de presión han silenciado la Instrucción Pastoral contra el terrorismo de la CEE”

2527

Jaime Larrínaga, fue párroco de la localidad vizcaina de Maruri, convertido en el primer sacerdote con guardaespaldas en el País Vasco, actualmente en el exilio. Valora de forma “muy positiva” la Instrucción Pastoral de la CEE sobre el terrorismo: “El documento más importante de la Conferencia Episcopal en los últimos 30 años… Condena claramente el terrorismo y la ideología radical totalitaria que lo apoya… Las victimas del terrorismo de ETA son un caso único, tienen un gran corazón porque han perdonado y no se han tomado la justicia por su mano…”

Agencia Veritas 08/06/2004

El sacerdote Jaime Larrínaga, en declaraciones hoy a la Agencia Veritas, afirmó que la única estrategia de la banda terrorista ETA se reduce a “el fin justifica los medios”. En este sentido, añadió que, si “ETA tiene que matar a 800 personas, pues se matan, y si hay que matar a 80 más, pues también”.

Con respecto a la situación de la sociedad vasca, Larrínaga afirmó que «han roto la comunidad en dos». En estos momentos, «hay una parte que vive con todos los derechos y todas las libertades, y otra que no podemos expresarnos, que no tenemos libertad para vivir», denunció.

En su opinión, esta situación se produce “con el consentimiento de determinadas jerarquías políticas y religiosas”, prosiguió. “La fractura ha provocado una sociedad profundamente enferma, donde lo que importa es el fútbol, comer bien… En definitiva, lo políticamente correcto”, subrayó. Cuando la situación real es, que «más de 2.000 personas tienen que andar con escolta», añadió.

A nosotros “nos interesa la España real, no la oficial”, insistió. “La responsabilidad de lo que estamos viviendo es de todos los políticos”, apostilló. Por lo que, a su juicio, presentar el Plan Ibarretxe “ante una sociedad en la que no se respetan los derechos fundamentales es inmoral y demuestra una gran falta de ética”, apuntó.

Por su parte, valoró de forma “muy positiva” la Instrucción Pastoral de la CEE sobre el terrorismo, “el documento más importante de la Conferencia Episcopal en los últimos 30 años”, reconoció. Esta afirmación se debe, al hecho de que “condena claramente el terrorismo y la ideología radical totalitaria que lo apoya”, aclaró.

En este sentido, el sacerdote se mostró “indignado”, porque “determinados grupos de presión han silenciado la Instrucción Pastoral con acuerdos tácitos”. Además, “somos manipulados por los medios de comunicación gracias a la perversión del lenguaje que se está imponiendo”, observó. Por tanto, a su modo de ver, “hay que denunciar, por una parte, la perversión del leguaje, y por otra, a los que quieren imponernos una mentalidad laicista y totalitaria”.

Preguntado por la situación de la Iglesia vasca, afirmó que “la Iglesia, y no solo en la comunidad autónoma vasca, tiene que ser más valiente”. Y aclaró que, “hay que hablar de la situación que se vive en el día a día, donde los derechos más elementales son conculcados”, “hay que condenar el terrorismo sin paliativos”. Esta petición la hizo ostensiva a las autoridades en general.

En lo que fue su declaración de intenciones, el sacerdote aseveró que hay que ser “ejemplares tomando una opción, que a mí mi conciencia me dice que, hay que estar con los más débiles. En este caso, con las victimas“. “Las victimas del terrorismo de ETA son un caso único, tienen un gran corazón por que han perdonado y no se han tomado la justicia por su mano”, prosiguió. “Yo, como cristiano, como creyente, me tengo que fijar en lo que hizo Jesús y Nuestro Señor fue parcial”, opinó. “Estuvo con los más pobres, con los más miserables, con los que más sufren…”, matizó. “En este asunto, los que más sufren son los que no tienen libertad, las victimas del terrorismo, los que no pueden vivir dignamente, siendo respetados sus derechos humanos”, concluyó.

Jaime Larrínaga visitó hoy la capital jiennense para participar, a las ocho de la tarde, en el ciclo de conferencias de la Asociación Víctimas del Terrorismo Verde Esperanza.