LA FINANCIACIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

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El PP recibió durante la última década auditada por el Tribunal de Cuentas 20,4 millones de euros en donativos, en su mayoría anónimos, 10 veces más que el PSOE, según se desprende de las memorias de fiscalización de dicho organismo. Al PP le siguen en la cabeza de recaudadores CiU y el PNV, con 20,8 y 15,6 millones de euros, respectivamente. Ambos acaparan el 60% de todas las donaciones y son, proporcionalmente, los más agraciados. Pese a las subvenciones públicas, el endeudamiento de partidos como el PSOE y el PSC es preocupante. Juntos suman una deuda de 55 millones de euros; le siguen el PNV, con 19; CiU, 14; IU, 9; y el PP, únicamente 8. La deuda total vencida con la banca se eleva a 37 millones.La partida presupuestaria de subvenciones ordinarias a los partidos políticos, 58 millones de euros, está congelada desde 1997 por razones de austeridad.

Por JOSÉ MARÍA IRUJO
Fuente: EL PAIS 15-02-2004

El PP recibió durante la última década auditada por el Tribunal de Cuentas 20,4 millones de euros en donativos, en su mayoría anónimos, 10 veces más que el PSOE, según se desprende de las memorias de fiscalización de dicho organismo. Al PP le siguen en la cabeza de recaudadores CiU y el PNV, con 20,8 y 15,6 millones de euros, respectivamente. Ambos acaparan el 60% de todas las donaciones y son, proporcionalmente, los más agraciados.
Desde 1992 hasta 2001 las cuatro formaciones políticas citadas obtuvieron por esta vía opaca 60,8 millones de euros.

El Tribunal de Cuentas reclama una nueva ley de financiación de partidos políticos para evitar estas donaciones oscuras que van en aumento y están prohibidas en Francia, Italia, Alemania y Reino Unido. José María Aznar se comprometió en la última sesión de investidura como presidente del Gobierno a aprobar una nueva ley de financiación que no llega, pese a las constantes críticas y recomendaciones del órgano fiscalizador. Todos los partidos consultados reconocen que esta nueva ley es la asignatura pendiente de la democracia.

Los 60,8 millones de euros que entraron en las arcas de los principales partidos en 10 años superan el gasto de las pasadas elecciones municipales y de las generales del próximo 14 de marzo, estimado en unos 50 millones de euros por campaña. En los últimos años el PP y CiU han superado el límite legal para esta clase de donaciones.

Estos donativos, tanto los anónimos como los entregados por personas físicas o jurídicas, tienen un límite, se deben ingresar en cuentas específicas y no se pueden emplear en gastos electorales. Los partidos los utilizan como ayuda para sufragar gastos ordinarios y mantener sus costosos aparatos.

Del examen del citado periodo se deduce que las formaciones políticas que más recaudan son siempre las que gobiernan, y que lo hacen a través de las vías más opacas que permite la ley de financiación de partidos políticos de 1987. Prueba de ello es que los donativos electorales, que también permite la ley -sin límite de recaudación pero con total transparencia- son insignificantes. En la misma década, no superaron 100.000 euros.

Los contables consultados reconocen que las donaciones de campaña son casi inexistentes, porque obligan a identificar al donante con nombre y apellido, domicilio y carné de identidad, y a mostrar al Tribunal de Cuentas el justificante del ingreso.

«La gran mayoría de nuestros donantes, más del 90%, piden que no se conozca su identidad», señala Ramón Moreda, gerente del PSOE. «El derecho de voto se basa en el secreto. Esto es parecido. Hay personas que no quieren que se sepa, y hay que respetarlas», dice Antoni Isaac, secretario de finanzas de Unió Democràtica de Catalunya.

¿Quiénes son los benefactores que entregaron estos 60,8 millones de euros? ¿Estos donativos generan servidumbres? ¿Por qué los partidos políticos se resisten a cambiar la ley de financiación de 1987, pese a las recomendaciones del Tribunal de Cuentas?

El órgano fiscalizador que preside Ubaldo Nieto denuncia desde hace varios años su incapacidad para controlar las donaciones anónimas, ya que la propia ley tiene numerosas lagunas que facilitan la trampa. Los donativos anónimos tienen un tope de 60.000 euros por persona o entidad jurídica, y no pueden superar el 5% de las subvenciones que el Estado entrega a los partidos cada año. Pero si las donaciones proceden de particulares o instituciones privadas no se puede saber si exceden el límite legal. «Al ser completamente anónimas es imposible saber si es un mismo donante el que las ha entregado varias veces, saltándose el límite de la donación», señalan miembros de la sección de fiscalización del Tribunal de Cuentas, que dirige el consejero Manuel Núñez.

Donativos nacionalistas

Euskadi y Cataluña son las comunidades donde las donaciones a los partidos se dan y reciben con más naturalidad. Y sobre todo donde más se recauda. La suma de los donativos recibidos por el PNV (15,6 millones de euros) y CiU (20,8) supone el 60% del total recaudado por los principales partidos.

En el caso del PNV parte de los donativos recibidos en 1995 se justificaron con la campaña para la construcción de Sabin Etxea, la nueva sede del partido en Bilbao, que costó más de 10 millones de euros. En 1996, 1997 y 2001 unos cinco millones de euros en aportaciones anónimas se ingresaron en las cuentas ordinarias del partido, pese a que la ley exige que se depositen en cuentas específicas.

¿Por qué el PNV es el partido que más recauda en proporción a su tamaño? El diputado Josu Erkoreka responde así: «Contamos con un fuerte arraigo en Euskadi, el partido pronto cumplirá 110 años y su carácter interclasista e intergeneracional hace que en algunos círculos sociales sea percibido como algo más que un simple partido. En una gran parte de su historia ha estado fuera de la ley y se nutría exclusivamente de aportaciones privadas y clandestinas».

Durante toda esta década sólo se observa en la contabilidad del PNV un donativo identificado. Todos los demás son anónimos, por lo que nadie conoce su origen salvo los contables de este partido, dirigidos por José María Salbidegoitia, miembro del Euskadi Buru Batzar, máximo órgano de dirección del PNV.

«Hay gente que no quiere que se entere ni su mujer y pide el anonimato», reconocía a este periódico el pasado mes de octubre Iñaki Anasagasti, diputado del PNV, quien destacó que su partido es de pymes, no de macroempresas. «No recibimos donativos de grandes empresas. Desde el exilio, hay tradición de pasar la boina. Hemos sido sablistas por naturaleza», reconocía. Para Erkoreka, la discreción «está muy arraigada y tiene su origen en la época de clandestinidad, cuando prestar apoyo a los partidos nacionalistas estaba perseguido». Ambos niegan que el miedo a ETA, «salvo en algún caso», sea la causa de este apego a la opacidad.

Los 7,8 millones recaudados por Unió Democràtica de Catalunya también fueron anónimos. Isaac asegura que ignora la identidad de sus benefactores, a los que define como empresarios y profesionales de alto nivel cultural.

¿Por qué partidos nacionalistas como CiU y PNV recaudan tanto? ¿Gobernar garantiza tener más donantes? «Creo que la fórmula de nuestro éxito es la credibilidad y proximidad al ciudadano. El que gobierna es quien puede llevar a cabo los proyectos que interesan a estos ciudadanos. No creo en motivaciones espúreas, en nada torticero «, explica Isaac.

Carles Torrent, responsable de finanzas de Convergència, lo razona así: «Responde a un análisis sociológico. La razón está en la implantación que tenemos. Ninguna fuerza política tiene una militancia tan repartida, y esto favorece las ayudas de nuestros donantes. Si les pides que te ayuden, te ayudan, pero no quieren significarse. Es más difícil que asistan a un mitin a que te den dinero».

En Convergència Democràtica casi el 90% de los 13 millones de euros que recibió durante el periodo analizado fueron anónimos, totalmente opacos para los fiscalizadores. Desde 1995 este partido emite unos bonos que sus donantes suscriben con un banco por cantidades que van desde 50 hasta 200 euros. El tope se ha fijado en 3.005 euros, porque la ley bancaria exige que se identifiquen los ingresos superiores a esa cantidad. Así garantizan la confidencialidad del donante. El Tribunal de Cuentas denuncia que es incapaz de fiscalizar estas aportaciones anónimas porque una misma persona puede superar los límites que estipula la ley.

El secretismo de las donaciones alcanza hasta al banco emisor de los bonos. Torrent, el responsable de finanzas del partido, guarda con celo el nombre de la entidad que emite los bonos, con los que han recaudado 10,5 millones de euros, y declina facilitarlo al periodista. «¿Quién no se apunta al carro del ganador? Es cierto que estar en el Gobierno ayuda para recaudar. Estoy seguro de que el PSOE recibía más ayudas cuando gobernaba que ahora. Con el PP ocurrirá lo mismo», dice el jefe de las finanzas de CiU.

El PP es el que más recauda por esta oscura vía prohibida en casi todos los países de Europa. En los 10 años analizados entraron en sus arcas 20, 4 millones de euros, que representan el 34% de todos los donativos obtenidos por las principales fuerzas políticas. Fuentes de este partido han declinado facilitar la cifra total de las donaciones anónimas, aunque fuentes del Tribunal aseguran que éstas representan la mayoría de esos 20 millones.

Luis Bárcenas, gerente del PP, declina contestar a las preguntas de este periódico, y una portavoz del partido define a sus donantes como «representantes de todos los colectivos, desde pensionistas a comerciantes y empresarios de todos los tamaños». Jaime Ignacio del Burgo, el diputado del PP que en 1995 negoció sin éxito una nueva ley, destaca que porcentualmente son los nacionalistas los que más recaudan porque atienden a menos circunscripciones que los partidos nacionales. «Entonces, se cargaron el acuerdo al que llegamos con los socialistas, precisamente porque se negaron a suprimir los donativos anónimos. Son los que más aprovechan esta vía opaca. Queremos una nueva ley de financiación, y en la próxima legislatura podríamos llegar sin problemas a un acuerdo con el PSOE».

El PSOE, pese a haber gobernado durante 13 años, no tiene éxito en la búsqueda de benefactores. Ha recaudado más de dos millones de euros, una décima parte de lo obtenido por el PP. Francisco Fernández Marugán, ex responsable de finanzas del partido, asegura que cuando gobernaban tampoco se dispararon las cifras. «La vía opaca es más susceptible de ser utilizada por los partidos de derecha porque son más ricos que nosotros. El capital tiene más interés en financiar a los conservadores». Moreda, el gerente de los socialistas, lo corrobora: «Ojalá pudiéramos recibir tanto. Hemos rechazado a donantes porque no teníamos claro sus intenciones».

¿Los profesionales y empresarios que llenan las arcas de las formaciones políticas son compensados de alguna forma? Esa pregunta está en la mente de los fiscalizadores y alimenta el halo de sospecha que rodea a los donativos. ¿Le han pedido algo a cambio? «A quién no. El que esté libre de culpa que tire la primera piedra. Al final, la gente se acerca para pedir, pero el mal no está en pedir sino en conceder. Hemos gobernado Cataluña durante 23 años, sin un caso de corrupción con pruebas palpables. No hay contraprestaciones», asegura Torrent, el jefe de finanzas de Convergència.

Las servidumbres

Moreda distingue entre los militantes socialistas y simpatizantes de «buena fe que, quieren un cambio, y los que al día siguiente te piden un favor». Fernández Marugán asegura que los donativos generan servidumbres inconfesables. «Por eso defendemos la financiación pública y no la privada, para evitar la unión de la política y los negocios. No queremos depender de la voluntad de los donantes. Hay muchas maneras de satisfacerles», añade.

El más claro es Anasagasti cuando, refiriéndose a los donantes del PNV, señala: «Tenemos a los idealistas, pero también a los interesados. Esos que te dicen que les tengas en cuenta cuando estés en la Administración. La vida es así». Erkoreka, en cambio, cree que no se generan servidumbres. Rubén Fernández, secretario de finanzas de IU, cuyo partido no recibe donativos, sospecha «que responden a otros intereses».

Para Del Burgo, que reconoce «el riesgo» de las donaciones anónimas, la financiación es correcta «salvo en los territorios nacionalistas». «Ahora, ningún tesorero de un gran partido se arriesga a pasar un calvario del tipo de Filesa [financiación ilegal del PSOE] por recibir un dinero sucio». Y el diputado navarro lanza una pregunta: «¿Cuánto recaudará CiU ahora que no gobierna?». Joan Rangel, gerente del PSC, aventura: «Si bajan la recaudación será muy sintomático». Isaac, secretario de finanzas de UDC, responde: » No tenemos miedo. Seguiremos recibiendo lo mismo que antes». Torrent reconoce que es una incógnita.

Carlos Jiménez Villarejo, ex fiscal jefe anticorrupción, advierte del peligro: «Mantenerlos es un grave error. Son fuente de posible corrupción, porque si los donantes no tienen identidad estamos creando las condiciones para que pidan contraprestaciones. Además, no se pueden detectar ni perseguir».

Superar el límite sin sanciones

La ley de financiación de partidos políticos establece un límite para las donaciones, el 5% de las aportaciones anuales del Estado a las formaciones políticas, que en la actualidad ascienden a 58 millones de euros. Es decir, que el PP y el PSOE pueden ingresar cada año por este concepto casi tres millones de euros cada uno.Pero durante los últimos años auditados el PP ha sobrepasado esa raya sin que haya sido objeto de la sanción prevista en la ley, que obliga a devolver el doble de lo recaudado. «Se han pasado en más de un millón de euros y el tribunal lo ha aceptado. No es justo», se queja Ramón Moreda, gerente del PSOE.Francesc Romeo, diputado socialista en la comisión mixta Congreso-Senado, en la que Tribunal de Cuentas presenta sus trabajos, señala que el pasado otoño el PSOE propuso sin éxito que se sancionara al PP y CiU por superar el límite legal de recaudación de donativos. «Esta práctica no es nueva, pero apareció de forma escandalosa en el informe de 2001», dice.Un portavoz del órgano fiscalizador explica que no se ha impuesto la sanción porque «no está claro si la debe aplicar el tribunal o el Parlamento». Y añade que el organismo cumplió con su deber al advertir en sus informes que se está sobrepasando el techo legal.Vicente Martínez Pujalte, portavoz de la comisión de Economía del Congreso, responde que las principales irregularidades corresponden al PSOE, al que supuestamente le han condonado parte de su deuda varios bancos. Una acusación que a propuesta de los populares investiga ahora el Tribunal de Cuentas. Pese a las subvenciones públicas, el endeudamiento de partidos como el PSOE y el PSC es preocupante. Juntos suman una deuda de 55 millones de euros; le siguen el PNV, con 19; CiU, 14; IU, 9; y el PP, únicamente 8. La deuda total vencida con la banca se eleva a 37 millones.La partida presupuestaria de subvenciones ordinarias a los partidos políticos, 58 millones de euros, está congelada desde 1997 por razones de austeridad. «Desde entonces, el incremento del IPC no se aplica. Tenemos un desfase de equiparación al IPC del 26%. Proporcionalmente, estamos cobrando las mismas subvenciones que en 1992», se queja Moreda. «Es una muestra más del carácter de Aznar, porque sabe que el PP encuentra otras vías de financiación, como los donativos, a los que no llegamos otros. Por eso tienen menos deudas. Han jugado con el B [dinero negro] como los demás, pero no sé la capacidad que tienen de ir al A», dice Francisco Fernández Marugán, ex jefe de finanzas del PSOE refiriéndose a las cuentas del PP.


Mas información sobre LA BANCA Y LOS PARTIDOS



Notas de Solidadidad.net cara a las elecciones generales 2004

La banca nunca ha considerado la deuda de los partidos políticos como pérdidas sino como una inversión negociada. Sin hacer la historia financiera-política de la democracia en España, muy interesante en este sentido, podemos concluir la evidente adulteración de la democracia española:

  1. Los partidos políticos son aparatos burocráticos, de personas que viven de la política y no para la política como servicio al bien del pueblo. Es fundamental el acceso al poder y conservarlo ya que las prebendas aumentan considerablemente.
  2. Carecen de ideal y militancia que los sostenga, por ello siempre van a depender o de las subvenciones estatales que se autoconceden o de las subvenciones bancarias.
  3. Esto convierte a los partidos políticos, de todo el espectro, en sujetos serviles y dependientes de los poderes financieros y mediáticos, estrechamente vinculados.
  4. Los mecanismos legales, fiscales y judiciales para el control financiero de los partidos políticos están totalmente anulados en la práctica, por lo que se puede afirmar la existencia de un estado de corrupción consentida generalizada. ley de Financiación no desarrollada, Tribunal de Cuentas trabajando con tres o más años de retraso… etc.
  5. La retórica democrática de los partidos es falsa por ello es necesario plantearse generar una opinión pública verdaderamente democrática donde el pueblo realmente protagonice y gestione su vida personal y colectiva.