La masonería como realidad política: a propósito de la Constitución Europea

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Manifestamos que el proceso de elaboración del Tratado Constitucional europeo ha tenido una importante influencia masónica en todos los ámbitos de poder. Ya en 1984, según Manuel Fraga, 2/3 partes de los europarlamentarios eran masones. ¿Cuántos lo son hoy? ¿Por que no lo hacen público?

Jordi Mercader
ForumLibertas.com.

27/06/2004

Informe publicado por solidaridad.net

El proceso de elaboración del Tratado Constitucional europeo ha tenido una importante influencia masónica en todos los ámbitos de poder

Todo el largo debate que ha dado lugar a la aprobación del Tratado Constitucional Europeo ha puesto de relieve la importante influencia que posee la masonería en el entramado de la Unión tanto en el ámbito de la Comisión, que es el «Gobierno de la Unión Europea” formado por el presidente y los distintos comisarios, como en el Consejo, el máximo organismo decisorio constituido por los jefes de Estado y de Gobierno y la administración (numerosa, por cierto) que los alimenta. Los datos demuestran que todo el proceso constitucional ha tenido un fuerte marcaje del lobby masónico, especialmente del Gran Oriente de Francia. Esta actuación siempre se ha visto facilitada por la circunstancia de que Bruselas y su Universidad Libre han sido, desde siempre, un gran centro de influencia interna de la masonería y que, por tanto, ha resultado relativamente fácil por proximidad física establecer una presencia continuada en los pasillos y grupos de trabajo de la Comisión y el Consejo.

El hecho de que a Valery Giscard d’Estaing le sea atribuido el grado 33 de la masonería podría resultar incluso anecdótico si no fuera por otros datos que han acompañado todo el proceso. Por ejemplo Rafael García Meseguer, presidente de la logia Perfección Lucentum de Alicante, narraba en un artículo, publicado en el diario INFORMACIÓN de fecha 3 de mayo, cómo se había conseguido cambiar el artículo 1.2 del borrador del Tratado Constitucional que establecía que «los Estados y ciudadanos de la Unión Europea, conscientes de su historia y su herencia común espiritual y moral, de los valores indivisibles y universales de la dignidad humana, la libertad, la igualdad y la solidaridad y de lo que Europa debe a su herencia religiosa», por otro en el que había desaparecido totalmente la referencia a la dimensión espiritual y a la herencia religiosa, como puede constatarse leyendo el actual redactado del articulo 1.2. Y estamos hablando del cuerpo del articulado y no ya del Preámbulo. Tampoco es un dato menor que la punta de lanza de la oposición a toda referencia religiosa, incluso con la amenaza de utilizar el veto, ha provenido del Gobierno belga, una coalición de liberales y socialdemócratas receptiva a la influencia francesa y al lobby masónico. En realidad, Bélgica ha hecho en este terreno de mamporrero político de Francia.

Un caso particularmente escandaloso de militancia masónica en nuestro país gira entorno a la Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos (CEAPA), que en teoría es la asociación que expresa la opinión de todas las familias que llevan a sus hijos a la escuela pública. La CEAPA es hoy un organismo políticamente marcado que firma documentos conjuntos con organismos laicistas y políticos, como por ejemplo el manifiesto promovido por la Europa laica aprobado el 19 de octubre del 2002 en Madrid, en el que, entre otros objetivos, se fijan la liquidación de los acuerdos Iglesia-Estado, la derogación de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa, la derogación de los artículos de la LOGSE y la LOCE que hacen posible que se imparta la clase de religión en la escuela, la derogación de los artículos de la Ley Orgánica Reguladora del Derecho de Asociación 2002, que establece un estatuto especifico para las organizaciones religiosas, elimina todo símbolo religioso de las escuelas concertadas y propone que se prohíba la celebración de todo acto litúrgico, tanto en horario lectivo como en actividades complementarias, y que se frene el actual régimen de conciertos por considerarlo “abusivo”.

Como puede verse, existe todo un programa que, en nombre de los Derechos Humanos, es contrario precisamente a estos derechos y a su aplicación, tal como viene siendo contemplado por las diversas constituciones europeas y la jurisprudencia del Tribunal de Derechos Humanos. La influencia de determinados sectores de la masonería en la CEAPA comenzó con la presencia de Francisco Delgado Ruiz, que presidió la confederación.