Las escuelas, en el punto de mira del ejército estadounidense

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Los militares se cuelan en las escuelas y en las redes sociales en busca de nuevos reclutas





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El requiebro galán dirigido a
Pamela Cárdenas, proveniente de aquel buen mozo, en principio no tendría nada de
especial. Pero si a ello le unimos la proposición posterior, el hecho de que la
muchacha sea una estudiante, el joven un sargento del Ejército de los Estados
Unidos y que el abordaje se produjera en un centro escolar, la situación
adquiere un giro diferente al que se hubiera pensado en un principio.

En el mismo centro escolar donde
Pamela cursa sus estudios y sueña con ser doctora algún día, ya han venido
varias veces a tratar de reclutarla para el ejército de su país. "Quieren que
siga una carrera militar, pero a mí no me interesa." Le ofrecieron pagarle los
estudios, pero ella rechazó la oferta de ingresar en el ejército, "algo en lo
que no tengo el menor interés."

Esta experiencia es vivida y
sufrida casi a diario por los estudiantes del distrito de North Hollywood, que
decidieron tomar cartas en el asunto recientemente. El motivo fue denunciar que
se están produciendo violaciones sistemáticas a la política estrictamente
escolar, ya que reclutadores de las Fuerzas Armadas entran a diario y campan a
sus anchas por los diferentes centros escolares de la zona tratando de convencer
y reclutar a los estudiantes para el ejército.

Los reclutadores se mueven con
total libertad

Como consecuencia de esta
actitud, en días pasados, decenas de estos estudiantes disconformes de este
distrito se concentraron tras finalizar el horario de clases, para denunciar que
a ese campus lleguen frecuentemente los reclutadores que violan los propios
reglamentos del distrito escolar. Así se expresaba Germán Esturban, uno de los
estudiantes: "A menudo vienen aquí, a la escuela durante el tiempo del almuerzo
e incluso se meten dentro de las clases y a algunos de los estudiantes les han
obligado a hacer flexiones y ejercicios en el patio. Yo mismo completé y firmé
un requerimiento a principios del curso para que no me interrogasen con este fin
y, sin embargo, continuamente me están llamando de las Fuerzas Aéreas y Navales,
para preguntarme si tengo interés en irme con ellos."

El director de la escuela, Randal
Delling, tampoco sale muy bien parado y es objeto de las críticas de los
estudiantes por su permisividad hacia estos hechos, que cada vez se están
produciendo con más frecuencia. Los reclutadores llegan con total libertad a
interrogar a los alumnos, y hasta entran en los salones y aulas para sacar a
algún estudiante fuera de clase para hablar con él.

Los padres
también en contra

Los testimonios se multiplican en
este sentido. Es el caso de muchos padres que se ven sorprendidos cuando sus
hijos vuelven a casa en horario escolar y además llegan acompañados de algún
asesor militar. "No tenía ni idea de lo que sucedía", manifiesta Guadalupe
Luján, que tiene un hijo que está a punto de graduarse en la Universidad de San
Diego. "Un día me enteré de que lo sacaron de la escuela sin permiso cuando no
debían haber hecho eso", dijo la madre del estudiante. "Llegaron a casa para
recoger el seguro social de mi hijo, porque lo necesitaban para unos trámites.
Mi hijo nunca me había hablado de ello".

Aquella intervención de su madre,
al enterarse de la maniobra, evitó que su hijo ingresase en las Fuerzas
Armadas. Al margen de la sorpresa, lo que más irritó a la sorprendida madre
fue el constatar que los reclutadores  llegasen a la escuela a interrumpir las
clases de los estudiantes, para tratar de convencerles de una profesión en la
que nunca habían pensado ninguno de ellos. Problemas similares ocurren en
muchos de los planteles del Distrito Escolar Unificado de Los Angeles (LAUSD).

Para Arlene Inouye, en su labor
de coordinadora de la Coalición contra el Militarismo en las Escuelas, el
problema estriba en la inexistencia de una política común para todos los centros
escolares, siendo el director de cada centro quien decide el grado de rigidez o
permisividad para que los reclutadores militares accedan o no al centro en
cuestión.

Una normativa
que no se cumple

Por su parte, la oficina de
comunicaciones del Distrito Escolar Unificado de Los Angeles, ante esta
inquietud latente manifestó que desde el año 2005, el citado Distrito Escolar (LAUSD),
se ha adherido a su política aprobada por una junta en relación con el
reclutamiento escolar en las escuelas. Dicha política establece entre otros
puntos que ningún estudiante está obligado a reunirse o hablar con un
reclutador, ni tampoco es obligatorio hacer ningún tipo de pruebas de aptitud o
vocación hacia las Fuerzas Armadas. Igualmente, los estudiantes de 17 años o
menores pueden pedir que no se les envíe información sobre reclutamiento sin el
permiso de sus padres. Todo esto es lo que consta en el manifiesto de LAUSD,
aunque pareciera entrar en contradicción de acuerdo a las experiencias y
testimonios hasta aquí narrados.

Por su parte, al personal militar
no le está permitido llevar equipos o vehículos a las escuelas, si no tienen la
aprobación del distrito, ni tampoco pueden hacer sugerencias a los estudiantes
tales como que abandonen sus estudios para obtener un diploma de educación
equivalente, mientras estén en el ejército. En este sentido y siguiendo con el
mismo comunicado del LAUSD, sin embargo, los reclutadores pueden interactuar con
los estudiantes, mientras cumplan estas políticas y otros requisitos impuestos
por los directores locales.

Pero no todas las escuelas,
tienen la misma intensidad de visitas por parte de los reclutadores militares.
Es bien sabido que en aquellas zonas más
deprimidas económica y socialmente y por ende con peores resultados y nivel
académico de los estudiantes, las visitas son más numerosas  que en otras donde
el estatus es más elevado
. En este sentido, la misma Inouye confirma que
"los reclutadores insisten más en aquellas escuelas donde hay bajos resultados
académicos o los estudiantes provienen de familias de bajos recursos económicos,
porque saben que es más fácil convencerles de que se unan a las Fuerzas Armadas,
buscando un futuro mejor y más seguro para ellos". Es muy evidente que a las
escuelas de Beverly Hills, sólo acuden los reclutadores una vez al año, pero a
otras como la zona del Valle de San Fernando por citar un ejemplo significativo,
acuden con más frecuencia."

Facebook, nueva
fuente de reclutamientos

A la hora de "perseguir" a
futuros integrantes de las Fuerzas Armadas y reclutar a todo el que se deje, el
ejército y sus representantes en la calle, cuentan con todo tipo de recursos,
incluida la tecnología. Facebook es una herramienta válida y frecuente para
intentarlo, según el testimonio de muchos estudiantes que así lo manifiestan,
cuando los reclutadores tratan de contactarlos a través de este medio. Se trata
de ganar su amistad como paso previo, para hablarles después de la carrera
militar como una opción para sus vidas.


Esos intentos de contactar parece que no
sólo se producen durante los horarios regulares de las escuelas, sino en
cualquier momento.
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