Los amos del mundo deciden a diario quién va a morir de hambre

2572

Ziegler denuncia en este extracto de entrevista cómo las causas del hambre siguen matando, cuando se puede alimentar al doble de la población mundial. Un niño que muere de hambre es ahora un asesinato.

En pleno siglo XXI seguimos enfrentándonos al problema del hambre. ¿Qué ha fallado y qué sigue fallando?

Es el escándalo del siglo. Algunas cifras (de la FAO). En 2011, cada cinco segundos un niño de menos de 10 años moría de hambre. Más de 1.000 millones sufren permanentemente subnutrición, de los casi 7.000 millones de habitantes que somos. La FAO dice que la agricultura mundial podría alimentar a 12.000 millones de personas, casi el doble de la humanidad. Un niño que muere de hambre ahora es un asesinato.

¿Qué falta? ¿Voluntad política?

Es un problema de acceso de alimentos. Vivimos un orden caníbal del mundo. El mercado alimentario está controlado por una decena de sociedades multinacionales inmensamente poderosas. Controlan el 85% del maíz, arroz, aceite… Estos amos del mundo deciden a diario quién va a morir y a vivir. Fijan precios. Este poder debe ser controlado por los Gobiernos democráticos.

¿Cómo?

Es muy fácil. Podemos conseguir que los diputados reformen la ley sobre la Bolsa. Las Cortes pueden votar una línea suplementaria diciendo que está prohibida de modo absoluto la especulación sobre alimentación de base (maíz, trigo, arroz). Es técnicamente muy fácil. Y necesita una movilización popular. El dumping agrícola (exportar productos a precios bajos), la deuda externa, el robo de tierras, la especulación, los agrocarburantes… asesinan a millones y millones de personas…

¿Cuáles son los retos inmediatos por los que empezar?

Uno de los dramas principales es el precio muy alto de alimentos básicos (maíz, trigo y arroz). El vandalismo bancario, los grandes especuladores, los hedge funds, con su obsesión por el beneficio, han arruinado los mercados financieros del mundo. Los grandes hedge han migrado. Han ido a las bolsas financieras de materia prima, especialmente las agrícolas. Con beneficios astronómicos. Cuando los precios aumentan, la muerte se instala. Yo he dicho que necesitamos un nuevo Tribunal de Núremberg para juzgar a los especuladores por crímenes contra la humanidad. Entre el hambre en el mundo y la criminalidad organizada hay una relación muy estrecha.

J. Ziegler: Profesor emérito de Sociología en la Universidad de Ginebra, pertenece a la comisión de Derechos Humanos de la ONU ( * Extracto)

Otros artículos de J. Ziegler