Los habitantes de un SUBURBIO CALIFORNIANO frenan al GIGANTE WAL-MART.

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Es la mayor empresa del mundo por ventas, y la octava por beneficios. Sólo tiene 42 años, pero su facturación anual es igual al PIB de Arabia Saudí. Si fuera un país, sería el octavo mayor socio comercial de China. Cada semana compra en ella el equivalente de toda la población de Francia y España juntas. Su plantilla equivale a dos veces los habitantes de Valencia. Y en su consejo de administración se ha sentado Hillary Clinton. Es Wal-Mart, incono del capitalismo americano, también conocida como la Bestia de Bentonville, en referencia a su capacidad para triturar a la competencia y a la ciudad de Arkansas, donde está su sede. El rechazo de los habitantes de Inglewood al centro comercial de Wal-Mart supone un serio problema para el gigante de la distribución, que encuentra una barrera geográfica a su expansión imparable



Por PABLO PARDO

Es la mayor empresa del mundo por ventas, y la octava por beneficios. Sólo tiene 42 años, pero su facturación anual es igual al PIB de Arabia Saudí. Si fuera un país, sería el octavo mayor socio comercial de China. Cada semana compra en ella el equivalente de toda la población de Francia y España juntas. Su plantilla equivale a dos veces los habitantes de Valencia. Y en su consejo de administración se ha sentado Hillary Clinton. Es Wal-Mart, incono del capitalismo americano, también conocida como la Bestia de Bentonville, en referencia a su capacidad para triturar a la competencia y a la ciudad de Arkansas, donde está su sede.

Y ahora, Wal-Mart ha sido derrotada por Inglewood, un condado de Los Angeles cuya población es de apenas 115.000 personas (un 47% negros y un 46% latinos). La quinta parte de ellos vive por debajo del nivel de la pobreza. La tasa oficial de desempleo es del 8,4%, casi tres puntos más que la media del país. Y la renta per capita, un tercio del promedio de EEUU.

Y, sin embargo, Inglewood le ha dicho en referéndum a Wal-Mart que muchas gracias por la atención, pero que no quiere que la empresa coloque en su barrio un centro comercial de 250.000 metros cuadrados de superficie y que iba a dar empleo a 1.500 personas.Todas las teorías sobre la especialización del comercio y los efectos benéficos de la inversión empresarial a hacer gárgaras.Y con ellas, el millón de dólares que Wal-Mart se había gastado en hacer campaña electoral. Los partidarios del no -sindicatos, algunos sectores del Partido Demócrata y asociaciones de vecinos- sólo gastaron 100.000 dólares. Aun así, se llevaron el 60% de los votos.

En realidad, Wal-Mart no ha sido rechazada por Inglewood. Simplemente le han dicho que si quiere construir su centro comercial, adelante, pero que lo haga por el procedimiento habitual, es decir, realizando un informe de impacto ambiental y sometiéndose a un proceso de audiencias públicas. La empresa estaba utilizando una norma legal que declara que, en caso ganar el referéndum, podría empezar a construir su centro comercial de inmediato, sin cumplir esas normas administrativas. No está claro si el ayuntamiento del condado de Inglewood dará luz verde a los planes de Wal-Mart, una empresa tremendamente polémica en California.

La política de expansión de Wal-Mart, que prevé construir en los próximos cinco años 40 centros comerciales en California -facturarán 71.000 millones de dólares cuando estén a pleno rendimiento-, ha desencadenado fuertes polémicas en el estado que, en ocasiones, han tenido que resolver los tribunales. Porque será la mayor empresa del mundo, pero no es precisamente la más querida por sus empleados. Uno de cada 155 trabajadores la ha denunciado.A día de hoy, Wal-Mart tiene 8.000 denuncias pendientes en los juzgados de EEUU.

Polémica política salarial

El plan de al empresa ha enfurecido también al pequeño comercio de la zona, que denuncia la creación de un estado soberano no sometido a las mismas normas que el resto de los establecimientos.Además, según las empresas californianas WalMart se abastece en China, con lo que su centro comercial no aumentaría la actividad económica.

La compañía se ha defendido destacando los efectos beneficiosos que iba a tener su inversión. El más evidente era que WalMart ofrece sus productos entre un 25% y un 35% más baratos que la competencia. Pero, además, afirma que, de construirse el centro comercial, Inglewood aumentaría sus ingresos fiscales en cinco millones de dólares. Y lo más importante: crearía 2.500 empleos mientras durara la construcción y otros 1.500 una vez que estuviera funcionando.

Y ahí fue donde hubo más oposición. La política laboral de Wal-Mart es tremendamente controvertida. Si en los años 90 se hablaba de los McJobs (McTrabajos), en referencia a empleos poco estimulantes, ahora se habla de salarios Wal-Mart para referirse a puestos con sueldos que, literalmente, no dan para vivir.

Los trabajadores cobran unos 8 dólares brutos por hora, un 30% menos que en la competencia. Por si eso fuera poco, Wal-Mart deja sin seguro médico a alrededor de la mitad de su plantilla.Eso, en un país como EEUU, donde apenas existe sanidad pública, significa que, salvo que una persona esté muy grave, puede no tener a donde ir. El salario de Wal-Mart no permite recurrir al médico privado. No hay que olvidar que una cura de urgencias de una simple quemadura no cuesta menos de 500 dólares.

Inglewood plantea un serio problema a Wal-Mart, que se ha encontrado con una barrera geográfica a su formidable expansión. Wal-Mart ha crecido de forma increíble en el sur y en el centro de EEUU.Pero le quedan todavía dos mercados claves por conquistar: la costa Oeste (donde está California) y el Noreste, las dos zonas más ricas de EEUU y también las más rojas. De hecho, el ayuntamiento de Los Angeles -segundo mayor de EEUU- ha prohibido la construcción de centros comerciales en su municipio. La Bestia de Bentonville puede haber encontrado en Inglewood el primer obstáculo a su crecimiento.