Los INTERESES del DICTADOR OBIANG y de las MULTINACIONALES PETROLERAS, al DESCUBIERTO

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Las cifras del petróleo son un secreto de Estado´. Ésta es una de las frases favoritas del presidente de la ex colonia española de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema. Severo Moto, un opositor que vive exiliado desde hace años en España, afirma: ´Ahora no hay duda de que nos gobierna un ladrón´, y pide una intervención exterior para ´acabar con la dictadura´. El clan Obiang desvió millones de dólares a las cuentas del Banco de Santander…



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Guinea Ecuatorial con medio millón de habitantes se ha convertido en una pieza codiciada en el nuevo tablero internacional. Las cifras del petróleo son un secreto de Estado». Ésta es una de las frases favoritas del presidente de la ex colonia española de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema. Ahora, gracias al informe del subcomité de investigaciones del Senado de EE UU, se sabe algo más: que el régimen desvía beneficios públicos a cuentas privadas extranjeras cuyos titulares son el jefe del Estado y Constanza, su influyente primera esposa (el poder le viene de su madre, Okomo, la gran hechicera del país). (EL PAÍS 17-07-2004)

Estados Unidos quiere conquistar São Tomé y Príncipe y Guinea Ecuatorial. En el primer país, Washington desearía montar una base militar que controlara todo el golfo, lugar que ha pasado a ser de importancia estratégica capital, debido a los inmensos recursos energéticos que alberga. En Guinea Ecuatorial los norteamericanos han conseguido hacerse con la mayoría de los pozos petroleros descubiertos tanto en los alrededores de la isla de Bioco como frente las costas de Bata, en la region continental. El hallazgo de nuevos yacimientos en el estuario del río Muni no ha dejado indiferente a los franceses, que, temerosos de ser excluidos del reparto de la enorme tarta petrolera guineana, están maniobrando ahora para desestabilizar al régimen de Teodoro Obiang, que, en su opinión, ha traicionado su confianza favoreciendo los intereses norteamericanos…África ha pasado a ser una zona prioritaria para ambos países; pero sobre todo para Francia, que no sería lo que es sin el uranio de Gabón o el petróleo del golfo de Guinea. Por eso, sostiene a «sus» dictadores contra viento y marea… (MUNDO NEGRO, Junio de 2003). La empresa multinacional francesa Elf obtiene el 60% de su producción global de petróleo del Golfo de Guinea.

UN POCO DE HISTORIA

Obiang llegó al poder después de derrocar y fusilar a su tío, Francisco Macías, presidente de Guinea Ecuatorial desde su independencia en 1968. Macías había convertido el país en un mísero campo de concentración del que había huido más de un tercio de la población. Por eso Obiang, por aquel entonces un joven oficial de meteórica carrera y vicepresidente de Defensa, se convirtió en «el libertador» de su pueblo. Poco tardó en demostrar lo contrario. Rodeado del clan de Mongomo (su localidad natal) y protegido por su guardia marroquí, Obiang afianzó un poder despótico y corrupto en el que la ausencia de libertades y la violación de los derechos humanos se repiten a diario.

Sin embargo, lejos de encontrarse frente al rechazo y el aislamiento internacional, Obiang cuenta con el apoyo de Francia, Estados Unidos y España. El presidente de la República francesa, Jaques Chirac, es amigo del presidente Obiang y Francia incluyó a Guinea Ecuatorial en su área de influencia económica en 1984, un año antes de firmar un acuerdo de cooperación militar. Es más, militares y mercenarios franceses entrenan a los «ninjas», una unidad de elite a medio camino entre los tontons-macoutes de Haití y los escuadrones de la muerte guatemaltecos. Por su parte, Estados Unidos mantiene excelentes relaciones con Malabo desde que la nueva política energética estadounidense convirtió la región de África Occidental en una prioridad estratégica. Por último, España, la ex metrópoli, no ha podido resistir tan interesante tentación y los tiempos de distensión y las críticas a la violación de los derechos humanos han dado paso a una relación de amistad y cooperación que se intensifica por momentos.

Una clase política corrupta y monopolizada por familiares y próximos a Obiang vampiriza los recursos del país. Su hijo Gabriel Obiang es ministro de Hidrocarburos. Mientras, su primogénito Teodoro, conocido como Teodorín entre sus compañeros de orgías en los hoteles más caros de París, es ministro de Bosques. Cargo que no duda en compatibilizar con la posesión y dirección de empresas madereras, estaciones de radio, canales de televisión, aerolíneas e incluso una discográfica con sede en Estados Unidos. Además, Teodorín es presidente de la única compañía petrolífera del país, Total Guinea Ecuatorial, participada en un 80 por ciento por la multinacional franco-belga Total Fina Elf. El primogénito de Obiang ha tenido que utilizar en diversas ocasiones su inmunidad diplomática para escapar de acusaciones ante la justicia francesa por tráfico de drogas y blanqueo de dinero. No es el único. Diversos diplomáticos (como el embajador de Guinea Ecuatorial en Ginebra) han sido expulsados de los países en los que se encontraban, acusados de narcotráfico. Es más, Víctor Guy, tesorero del Cártel de Medellín, disfrutó a mediados de la década de los noventa de pasaporte guineano. Por último, la ayuda al desarrollo, antes española y ahora fundamentalmente francesa, se pierde en una tupida red de intereses y comisiones tejida a uno y otro lado.

Mientras, la represión contra la oposición continúa. De poco sirvió la Constitución aprobada en 1991 en la que se establecía el multipartidismo. Cada elección es una farsa a gran escala en la que el presidente consigue el 99 por ciento de los votos. En diciembre de 2002 las Presidenciales se celebraron con más de un centenar de miembros de la Convergencia por la Democracia Social (CPDS, único partido sólido de oposición) encarcelados. En las elecciones de abril de 2004, el partido de Obiang «obtuvo» el 97% de los votos. Resultados calificados de «decepcionantes» y «poco creíbles» por el senador socialista español Juan José Laborda, uno de los observadores extranjeros en este doble escrutinio. Mientras nuestros políticos callan…

El líder opositor Plácido Micó, ha sido acusado de participar en un complot para derrotar al presidente en 1997. El juicio, celebrado en junio de 2002, fue denunciado internacionalmente por la ausencia de las mínimas garantías para los acusados. Además, la libertad de prensa no existe y el Estado controla todos los medios de comunicación. Por último, las torturas y los ataques contra la etnia Bubi y la violación de los derechos humanos se han convertido en algo cotidiano. (AIS 05/02/2004 Juan Carlos Galindo)

ESPAÑA Y GUINEA ECUATORIAL

El silencio cómplice es la nota característica de la clase política española, que tanto ha hablado de dictadores como Pinochet o Sadam Husein cuando ha interesado políticamente. Que el régimen de Teodoro Obiang violaba sistemáticamente los derechos humanos era una evidencia que nadie se atrevía a negar. Hasta que apareció el negocio petrolero. Aminoraron las críticas a partir de ese instante y la diplomacia desplegó su arma preferida: ocultar cualquier información política procedente de Guinea Ecuatorial, mientras los grandes buitres del negocio petrolero, empezando por los gringos, entraban a saco en el país. España, quiero decir Repsol, llegó algo tarde al expolio, cuando la producción alcanzaba ya los 400.000 barriles diarios. Repsol consiguió un contrato con Malabo en junio de 2003. El dictador visitó al presidente Aznar en diciembre. Unas semanas antes, la ministra Ana Palacio firmó un acuerdo sobre «protección de inversiones mutuas», pero además un compromiso para formar a miembros del ejército de Obiang en España al tiempo que Aznar envió expertos de la Guardia Civil para enseñar a los gendarmes ecuatoguineanos a controlar las fronteras. La ministra viajó posteriormente a Malabo con la idea de amarrar y bendecir el acuerdo de Repsol. El dictador cobra comisiones millonarias que coloca en bancos gringos y suizos…

El dictador Teodoro Obiang dice haber obtenido el 95% de los votos. El gobierno de Zapatero «tan preocupado por los derechos humanos» todavía no ha denunciado la situación de opresión del pueblo guineano… ¿Traicionará al pueblo guineano como ha ocurrido con el pueblo saharaui?…En Guinea no podrá haber elecciones libres mientras se violen además absolutamente todos los derechos humanos, tal y como dicen los informes anuales de Amnistía Internacional que reconocen la existencia de detenidos y presos políticos, desaparecidos, torturas y malos tratos…

El clan Obiang ha desviado millones de dólares a las cuentas del Banco de Santander y del HSBC según DENUNCIA el Senado de EEUU. (EL MUNDO a7 de julio de 2004)

EL MANA NEGRO

Desde que en 1993 varias compañías comenzaron a extraer petróleo en aguas de Guinea, los
ingresos acumulados pueden superar los 3.000 millones de dólares (700 en 2003, según el FMI).

El maná negro representa el 86% del PIB del país, que en los últimos años ha experimentado crecimientos superiores al 70% sin que la riqueza macroeconómica revierta en la población ni aparezca reflejada en los presupuestos del Estado. Según el Fondo, este país africano de 22.051 kilómetros cuadrados (el tamaño de Extremadura) extrae unos 300.000 barriles diarios, aunque otras fuentes lo elevan a 400.000, casi un barril por habitante.

Tampoco este dato es seguro porque no existe un censo fiable de población; el régimen lo infla a su conveniencia para reducir el ingreso medio per cápita, conservar las ayudas al desarrollo y manipular elecciones (en las de abril, el partido de Obiang obtuvo el 97% de los votos).

Esa riqueza petrolera se palpa en las calles de Malabo: ya funcionan algunos semáforos, la Mobil Oil asfaltó las calles más céntricas y se ven circular a los ministros en automóviles de gran potencia. Pero el milagro no llegó al extrarradio: a los 10.000 habitantes de Newbili (una ironía local: es la contracción de New Building, casa nueva) les han rifado barro, malaria, desperdicios y pobreza a espuertas. No son la excepción, viven como la mayoría de los ecuatoguineanos: en la miseria absoluta. ¿Dónde está el dinero del petróleo?, preguntó el periodista en 2002. Un joven sentado en el bar Pentágono respondió: «Aquí no ha llegado. Ese dinero debe de buscarlo en el palacio presidencial». El Producto Interior Bruto (PIB) per cápita ha pasado de 330 dólares por habitante en 1990 a más de 6.000 en 2002 y la tasa de crecimiento de la economía guineoecuatoriana alcanzó el 30 por ciento durante 2002. Sin embargo, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el 95 por ciento de la población sobrevive con menos de un dólar al día y Naciones Unidas sitúa la esperanza de vida en 54 años. Paradojas: según la revista Forbes, el presidente Obiang es uno de los hombres más ricos del mundo.

Si los beneficios del crudo no son públicos, tampoco los contratos firmados con las petroleras (casi todas estadounidenses). Pero sí se sabe que son leoninos: en los primeros, Guinea apenas obtiene el 5% del beneficio, según The Economist Intelligence Unit. Los más recientes han mejorado ligeramente; la horquilla se sitúa ahora entre el 15% y el 20%, muy lejos del 40% que obtienen Nigeria y Angola.

COMPAÑÍAS TRANSNACIONALES CÓMPLICES Y PARTE ACTIVA DEL SAQUEO

La Organización Global Witness, dedicada a combatir la corrupción en el Tercer Mundo y las prácticas abusivas de algunas multinacionales, cree que el informe del Senado tiene que provocar la intervención de la justicia norteamericana y un cambio radical en la transparencia y en el código ético de las petroleras en el Tercer Mundo. La organización británica Global Witness publicó el 25 de marzo de 2004 un Informe, titulado «Tiempo para la transparencia», que pone de relieve la escandalosa situación de varios países ricos, inmensamente en más de un caso, en recursos naturales cuyas poblaciones malviven en la pobreza, si no en la miseria. La riqueza de todos es acaparada por unos pocos y las compañías transnacionales son cómplices y parte activa en este saqueo. DE Guinea Ecuatorial dice que las empresas petrolíferas parecen dispuestas a hacer negocios con el brutal régimen del Presidente Obiang Nguema. El gobierno del país se ha visto empañado por las acusaciones de corrupción, violencia política, abuso de los derechos humanos y narcotráfico. Aunque el ‘boom’ de la producción petrolífera ha producido un impresionante aumento del PIB, las condiciones de vida continúan siendo de las peores de África. Esto podría ser porque el dinero procedente del petróleo del país esté en el extranjero: recientemente, diversos periodistas han destapado pruebas de que importantes empresas petrolíferas de EE.UU. están realizando pagos directamente en una cuenta bajo el control del Presidente en el Banco Riggs, en el céntrico barrio de Washington DC.

El Banco Riggs se ha encargado de la compra de mansiones de millones de dólares para Obiang y su familia. La relación entre los ingresos del Estado y las finanzas personales del Presidente no parece muy clara. El gobierno mantiene que es completamente abierto y transparente respecto a los ingresos que percibe del petróleo pero, hasta la fecha, la única forma en que la información ha pasado al dominio público ha sido cuando los medios de comunicación internacionales la han llevado hasta allí».

LA OPOSICIÓN DEMOCRATICA EXIGE ACABAR CON LA DICTADURA

Plácido Micó, secretario general de la Convergencia para la Democracia Social (CPDS), principal partido de la oposición interna también cree el informe debe servir para acabar con la «impunidad» (intervención de los tribunales) y provocar un giro en la política de España y EE UU respecto a Obiang: «Hay que tomar conciencia de lo que significa ayudar a dictadores que esquilman a su país y guardan el dinero en bancos de países democráticos».

Severo Moto, un opositor que vive exiliado desde hace años en España, afirma: «Ahora no hay duda de que nos gobierna un ladrón», y pide una intervención exterior para «acabar con la dictadura». «Los guineanos nos merecemos, igual que los iraquíes, la esperanza de un futuro mejor». Para los partidos democráticos guineanos, las redadas y el virtual estado de excepción que se vive en el país desde hace cuatro meses no se debe al temor de un golpe de Estado ni a los mercenarios, sino «al nerviosismo del dictador» ante la investigación del Senado. Micó destaca que las conclusiones del informe demuestran que «las denuncias de corrupción no eran un invento de la oposición».