Más de DOS BILLONES de DÓLARES, LA SANGRÍA de IBEROAMÉRICA en DOS DÉCADAS

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Eric Toussaint, presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), organización internacional con sede en Bruselas, Bélgica, expuso que sólo entre 1996 y 2002 las transferencias de capital de América Latina alcanzaron 310 mil millones de dólares (alrededor de la mitad del PIB de un país como México) sólo por los depósitos líquidos realizados por los grupos de poder locales en los sistemas financieros de los países desarrollados



La Jornada
29 de noviembre del 2003
Por ROBERTO GONZALEZ AMADOR

En poco más de dos décadas, periodo que ha marcado la inserción de América Latina en la actual fase de globalización de la economía, los países de la región transfirieron a los centros de poder económico de las naciones desarrolladas 2 billones 540 mil millones de dólares para cubrir el pago de la deuda externa, por fugas de capital y por el diferencial de precio a que son vendidas las materias primas, revelaron datos del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), citados este viernes por el profesor universitario John Saxe-Fernández. No es una cantidad menor: esa sangría de capitales equivale a 1.5 veces el valor del producto interno bruto (PIB) de Latinoamérica, que es de un billón 700 mil millones de dólares.

«La globalización no es un tema que involucra solamente movimiento de mercancías, inversiones o capitales. Eso es lo que nos quieren hacer creer. Pero el meollo de la globalización es el poder y las contradicciones del capital», expuso el profesor e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y uno de los más destacados investigadores sobre la extranjerización de la economía mexicana.

Así que si la globalización no se da en un contexto de vacío de poder, los dividendos que genera benefician claramente a los centros financieros internacionales y a «las plutocracias» locales, afirmó Saxe-Fernández, colaborador de esta casa editorial.

«Lo que interesa es el marco de poder en que se da lo que llamamos globalización; no es un proceso que fluya en un vacío de poder», señaló.

Para poner a punto este tema, nada como hablar de los dividendos que genera la globalización.
Eric Toussaint, presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), organización internacional con sede en Bruselas, Bélgica, expuso que sólo entre 1996 y 2002 las transferencias de capital de América Latina alcanzaron 310 mil millones de dólares (alrededor de la mitad del PIB de un país como México) sólo por los depósitos líquidos realizados por los grupos de poder locales en los sistemas financieros de los países desarrollados. Mientras, en ese mismo periodo, la región ha recibido préstamos por 267 mil millones de dólares.

Tanto Saxe-Fernández como Eric Toussaint, entre otros especialistas en varias disciplinas, de México y otros países, participaron esta semana en un seminario sobre imperialismo, mundialización y desarrollo, organizado conjuntamente por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades y el Instituto de Investigaciones Económicas, ambos de la UNAM.

Con todas estas cifras sobre la mesa, Saxe-Fernández y otros de los participantes en el seminario creen que es absurdo dejar atrás el debate de conceptos como «imperialismo», que sigue vigente.
«Debemos rescatar el uso de palabras que nos han robado. No sólo la de imperialismo, que es claro que sigue existiendo y recibiendo tributos de los países sometidos económicamente, sino también tenemos que abundar en otros conceptos, como el de resistencia», aseveró el profesor Saxe-Fernández en entrevista después de la clausura del seminario.

Explicó: «En este seminario, especialistas como James Petras nos llamaron la atención sobre cómo recientemente los grupos agredidos por las políticas depredadoras de los países desarrollados y de las oligarquías locales ya están elaborando su propia respuesta alternativa a distintos niveles; este es un hecho central».

Otra información que destacó Saxe-Fernández es que los grupos de resistencia locales ya no se están quedando sólo en el ámbito de sus comunidades y sus países. Ahora, comentó, estas organizaciones se han dado cuenta de que la resistencia también puede ser global, por eso se comunican entre sí y buscan hacer frente a políticas comunes que los han agredido.

Articulo escrito por ROBERTO GONZALEZ AMADOR, La Jornada (México), 29-11-03.