Reseña del viaje del Papa Francisco a Cuba y a Estados Unidos
Objetivo del viaje
Como en todos los viajes de los anteriores Papas por el mundo, como vicario de Cristo y de su Iglesia, Francisco está empeñado en ser una Buena Noticia, sobre todo para los más empobrecidos y “descartados” por un sistema imperialista, injusto e insolidario. Ser una Buena Noticia nueva y atrayente, desde la familia que es la base de la sociedad, para una “nueva época” que ya el Concilio Vaticano II puso en marcha y que el reciente Sínodo sobre la Familia ha revitalizado. Francisco en una audiencia lo sintetizó así
Esto nació de la voluntad de participar en el Encuentro Mundial de las Familias, en programa desde hace tiempo en Filadelfia…Mirando bien, no es una casualidad, sino providencialmente es que el mensaje, más bien, el testimonio del Encuentro Mundial de las Familias se haya llevado a cabo en este momento desde los Estados Unidos de América, es decir del país que en el siglo pasado ha alcanzado el máximo desarrollo económico y tecnológico sin renegar sus raíces religiosas. Ahora estas raíces piden: volver a partir de la familia para repensar y cambiar el modelo de desarrollo, para el bien de la entera familia humana.
Estancia en Cuba: Sembrador de misericordia y de perdón
Tras un largo periodo de dictadura comunista con muchas víctimas por en medio y mucho sufrimiento, el régimen se ha ido planteando un cambio, tanto interno como en las relaciones con USA, en el que ha tenido que ver la acción de la Santa Sede.
“No más cierres, no más explotación de la pobreza, sino libertad en la dignidad. Este es el camino que hace vibrar el corazón de tantos jóvenes cubanos: no una vía de evasión, de ganancias fáciles, sino de responsabilidad, de servicio al prójimo, de cuidado de la fragilidad”
Francisco, como lo está haciendo en otros países en guerra y conflictos, quiere que la Iglesia continúe siendo un cauce de perdón y de misericordia, de mirada hacia el futuro con el protagonismo de toda la sociedad que sufre.
“Misionero de la Misericordia”: así me he presentado en Cuba, una tierra rica de belleza natural, de cultura y de fe. La misericordia de Dios es más grande que cada herida, cada conflicto, cada ideología; y con esta mirada de misericordia he podido abrazar todo el pueblo cubano en su patria y fuera, más allá de cada división (1/10/2015).
Importancia de María, Virgen del Cobre
Francisco, en línea del Sínodo de obispos en Aparecida (Brasil) y sintiéndose iberoamericano, insiste en que ha sido María la primera que ha llevado el Evangelio de su hijo Jesucristo y de su Iglesia a las Américas. Evangelio que es un mensaje y vida de promoción y liberación integral, solidaridad, justicia, igualdad radical y de libertad, sobre todo de los más empobrecidos.
“Símbolo de esta unidad profunda del alma cubana es la Virgen de la Caridad del Cobre, que hace cien años ha sido proclamada Patrona de Cuba. Fui como peregrino al Santuario de esta Madre de esperanza, Madre que guía en el camino de justicia, paz, libertad y reconciliación”.
Mirando al futuro desde las raíces cristianas
“Que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba” fue el lema de S. Juan Pablo II. Francisco ha querido seguir alentando este caminar de esperanza cristiana.
“Este es el camino que hace vibrar el corazón de tantos jóvenes cubanos…Un camino que trae fuerza de las raíces cristianas de aquel pueblo que ha sufrido tanto. Un camino en el cual he animado en modo particular a los sacerdotes y todos los consagrados, los estudiantes y las familias.”
Denunciando y construyendo puentes de comunión-solidaridad
Francisco está convencido que, frente a un mundo en guerra de los fuertes contra los más débiles y “descartados” de la sociedad, la Iglesia, y las personas y grupos de buena voluntad, han de ser constructores de solidaridad y comunión, de paz y perdón. Lo está haciendo realidad en muchos países en conflicto, no sólo con la denuncia permanente de sus causas reales, y con sus oraciones públicas, sino también con soluciones a corto y medio plazo, protagonizadas por toda la sociedad que sufre y las anhela. Frente a las nuevas barrera y muros contra los inmigrantes respondió:
“La crisis se convierte en un estado de crisis después de un proceso largo. Esto es el resultado de un proceso de años, porque las guerras de las que aquella gente huye son guerras de años. El hambre es hambre de años. Cuando yo pienso en África, el continente explotado y ahora vienen las guerras rivales, pero tienen detrás intereses económicos”.
“De Cuba a los Estados Unidos de América: ha sido un pasaje emblemático, un puente que gracias a Dios se está reconstruyendo. Dios siempre quiere construir puentes; ¡somos nosotros quienes construimos muros! Y los muros caen siempre… Todos, todos los muros caen, hoy, mañana, o dentro de cien años, pero todos caen. No es una solución. El muro no es una solución… En cambio, los puentes sí. Siempre… Dios es un campeón en buscar caminos de solución”.
En Estados Unidos
En su recorrido distinguió tres etapas: Washington, Nueva York y Filadelfia.
*En Washington se reunió con obispos, sacerdotes y religiosos y laicos, con pobres y marginados, así mismo, con instituciones políticas. Igualmente se encontró con el presidente Obama e intervino en el Congreso donde resaltó los valores de cuatro ciudadanos americanos referentes: Abraham Lincoln, Martin Luther King, Dorothy Day y Thomas Merton:
“Estos hombres y mujeres –dijo– nos aportan una hermenéutica, una manera de ver y analizar la realidad”.
A lo largo del viaje puso de manifiesto cómo el Evangelio y su encarnación en cada etapa de la historia, como lo hizo S. Junípero en el siglo XVIII, y a quien canonizó, son la base de derechos inalienables y sagrados y de una sociedad más justa y fraterna.
“He recordado que la más grande riqueza de aquel país y de su gente está en el patrimonio espiritual y ético. Y así, he querido animar a llevar hacia adelante la construcción social en la fidelidad a su principio fundamental, que todos los hombres son creados por Dios iguales y dotados de derechos inalienables, como la vida, la libertad y el perseguir la felicidad. Estos valores, compartidos por todos, encuentran en el Evangelio su pleno cumplimiento, como lo ha evidenciado la canonización del padre Junípero Serra, franciscano, gran evangelizador de la California. San Junípero muestra el camino de la alegría: ir y compartir con los otros el amor de Cristo. Este es el camino del cristiano, y también de cada hombre que ha conocido el amor: no tenerlo para sí mismo sino compartirlo con los otros. Sobre esta base religiosa y moral han nacido y crecido los hijos de los Estados Unidos de América, y sobre esta base pueden continuar a ser tierra de libertad y de acogida y cooperar a un mundo más justo y fraterno”.
*La estancia en Nueva York era la más esperada mediáticamente ya que allí intervino en la sede de la ONU denunciando nuevamente a un “sistema injusto que mata” sobre todo a los empobrecidos y descartados (E.G. y LSi) y animando a construir un mundo más solidario y fraterno. La Iglesia, como Jesús, quiere seguir poniendo, en centro de su vida y acción misionera, a los pobres y descartados (hambrientos, parados, niños esclavos, inmigrantes, niños abortados, víctimas de los conflictos y las guerras, personas sometidas a la prostitución y a la manipulación de la conciencia…).
En el pabellón deportivo y cultural, Madison Square Garden, celebró la Eucaristía por la paz y la justicia poniendo de manifiesto el papel de la Iglesia en la defensa de los inmigrantes, de la vida y de la familia y en los diversos campos de la cultura y política.
*Y por último, en Filadelfia participó en el Encuentro de las Familias poniendo de manifiesto, como lo hizo en todo su recorrido y en las catequesis que ha tenido a lo largo del año sobre la familia, cómo el matrimonio y la familia constituyen la base y esperanza del presente y futuro de la humanidad y de la civilización frente a los grandes desafíos de un modelo económico consumista, injusto e insolidario.
Ella, a imagen de la Trinidad, es creadora de permanente vida humana y tejedora de redes de comunión, de solidaridad, de igualdad y de perdón en la sociedad actual y de futuro. Así lo manifestó con firmeza:
“Culmen del viaje ha sido el Encuentro de las Familias en Filadelfia, donde el horizonte se ha ampliado a todo el mundo, a través del “prisma”, por así decir, de la familia. La familia, es decir la alianza fecunda entre el hombre y la mujer, es la respuesta al gran desafío de nuestro mundo, que es un desafío doble: la fragmentación y la masificación, dos extremos que conviven y se sostienen mutuamente, y juntos sostienen el modelo económico consumista.
La familia es la respuesta porque es la célula de una sociedad que equilibra la dimensión personal y aquella comunitaria, y al mismo tiempo puede ser el modelo de una gestión sostenible de los bienes y de los recursos de lo creado.
La familia es el sujeto protagonista de una ecología integral porque es el sujeto social primario, que contiene en su interior los dos principios base de la civilización humana sobre la tierra: el principio de comunión y el principio de fecundidad. El humanismo bíblico nos presenta este ícono: la pareja humana, unida y fecunda, colocada por Dios en el jardín del mundo, para cultivarlo y cuidarlo”.•
Autor: Víctor Navarro