Es necesario proclamar hoy más que nunca que las ideologías han nublado el pensamiento. Este día pertenece a la historia de solidaridad de los pobres, y como tal hay que reivindicarlo y celebrarlo de esta manera.
La mujeres muestran sensibilidad por la vida en general, abordan los grandes problemas del mundo: el hambre, las guerras, la esclavitud y explotación de los niños, cuidan de ellos desde el primer día que se encuentran en su seno…y por ello no me queda más remedio que acusar a un feminismo de élite de haberse apropiado de las justas instancias de las mujeres para llevarlas a apoyar la construcción de una ideología de género, una reformulación de la antropología de la que la mayor parte de las mujeres no sentían necesidad, es una clara instrumentalización ideológica, que se basa en acusar, dividir, contraponer… cuando lo que está claro es que en la diferencia se establece la relación.
Con motivo del Día Internacional de la mujer trabajadora, quiero tener presente a uno de los tesoros más preciados en África: A la madre y mujer africana.
Estamos asistiendo con asiduidad a actos y conferencias celebradas tanto en países africanos como europeos para tratar la situación de la mujer africana. Muchos de estos eventos organizados desde la ONU. En todas ellas se presenta el modelo de feminismo euro-africano como ejemplo a seguir por el continente africano. Desde agencias de cooperación, ongs, algunas de ellas españolas, se impone un nuevo colonialismo, pues se trata de imponer una serie de acciones, ideologías radicalmente opuestas a su cultura y formas de vida.
Muestra de ello es la reticencia que la mujer africana muestra hacia el feminismo burgués euro-americano. Fundamentalmente porque está muy centrado en las cuestiones de género o de «liberación sexual». Estas dos cuestiones no son nada importantes para la mujer africana. Evidentemente por mucho que se empeñen en desviar los problemas, el verdadero problema que vive la mujer africana es que a África la están expoliando, no nos cansaremos de repetir que África no es pobre, sino empobrecida, que África no se muere, sino que la estamos matando. África lleva siglos siendo robada y expoliada, aunque nunca como hoy lo ha sido a través de unos mecanismos tan perversos, unas estructuras de pecado bendecidas por los poderosos de la tierra y bajo el silencio canalla del mundo opulento que mira impasible para otro lado mientras disfruta de lo robado.
¿Por qué no puede identificarse con el feminismo euro-americano? Porque para nada se identifica con la realidad que sufre África, ni con la manera de abordar los problemas. La imposición de este feminismo supone una nueva forma de colonialismo. Han rechazado su cultura y sus formas de vida.
Algunos puntos que no aceptan son:
- La oposición y antagonismo que proponen entre el hombre y la mujer. No consienten que presenten al hombre como opresor y causante de las desigualdades existentes. Se oponen al énfasis en su lucha por la «liberación sexual», considerando que muestran demasiada obsesión por los temas sexuales, y se niegan a excluir al hombre de los temas que afectan a las mujeres, sino al contrario, consideran que se encuentran juntos en la resolución de sus problemas y en la lucha por el cambio socio-político.
- Se oponen radicalmente al discurso que contrapone la mujer africana del tercer mundo a la mujer occidental feminista. Para la mujer burguesa, la mujer del tercer mundo es ignorante, pobre, sin educación, cargada de hijos; mientras que la mujer del mundo enriquecido es educada, moderna, controla su cuerpo y su salud sexual… La mujer africana ha plantado cara al estereotipo tan extendido que existe de la mujer en África: oprimida que necesita ser liberada por la ideología del feminismo occidental.
- Respeto al trabajo cooperativo, priorizando el trabajo por encima del capital. La creatividad es nuestra esperanza, incluida la creatividad política. Cuando vemos los desastres de hoy, las proezas tecnológicas, pero también los daños que producen las tecnologías, nos damos cuenta, una vez más, de que África posee unos valores sociales y culturales que pueden proteger el mundo. Pero con la condición de que dejen de machacarnos, de humillarnos.
- Resistencia al rechazo de la maternidad. De ninguna manera se percibe la maternidad como algo ajeno a la mujer, sino todo lo contrario se entrega por la supervivencia de la humanidad. La verdadera ecología es el cuidado de la vida: asegurar la vida humana. Reconocen la maternidad como una fuerza de la mujer africana, poniéndose enfrente de occidente, que con su rechazo a la maternidad han llevado a la desintegración de la familia, niños sin hogar y «viejos» sin ser atendidos. Por eso la mujer en África personifica la paciencia, conocimiento y sabiduría, la vida, espiritualidad y fuerza…
Constatación de ello son las palabras que nos dirigen el grupo de mujeres zaireñas «congo»:
A vosotras mujeres europeas y norteamericanas:
No tenemos por qué recordaros que el lugar de la esperanza de vida en que nos encontramos, más allá de nuestras diferencias, es nuestra feminidad. En nombre de la vida, ese don precioso que el Creador ha puesto en nuestras manos, uníos a nuestro grito de dolor. Luchad contra los sistemas político- económicos de vuestros estados que amenazan la vida allí donde se encuentran, en particular en vuestro continente.
A vosotras, mujeres africanas:
En estas situaciones trágicas que nos aplastan, permanecemos como los únicos testigos del misterio de la vida, anunciadoras de la victoria de la vida sobre la muerte.
Para terminar que sean ellas mismas las que alcen la voz:
Permanezcamos firmes también nosotras en la lucha. No dejemos pudrir la vida que nace de nosotras. Apretémonos bien los riñones hasta dar a luz a un Africa más justa, más libre, más liberadora, fundada en valores humanizadores.
Los occidentales saben que pueden saquear, acusar y ridiculizar a los africanos. No les cuesta nada. Tienen medios de comunicación poderosos que difunden la imagen de una África decrépita que no sale adelante. Pero la verdad es ÁFRICA NO ES POBRE Y TIENE DIGNIDAD. Y es hoy ESPERANZA PARA EL MUNDO.
No quiero terminar sin el recuerdo de mujeres (no solo africanas) que han hecho del PERDÓN una verdadera revolución:
Margarita Barantkise, Kim Phuc, Somaly Mam, Aminata Traoré, China Keitetsi, Irena Sendler, Teresa de Calcuta, Aung San Suu, mujeres zaireñas “congo”… millones de madres y mujeres que han construido y construyen la HISTORIA DE SOLIDARIDAD.
Esperemos que el 8 de marzo no se silencie este grito de la mujer.