Lamentablemente, la conciencia política en España está por los suelos y es prácticamente imposible un debate racional sobre la situación política de nuestro país. No vamos a plantear un tema de gran profundidad filosófica ni vamos a intentar evitar que nos calumnien identificándonos con la derecha o extrema derecha. Vamos a hablar del paradigma político de la izquierda en España que es el PSOE y no solo del PSOE de Pedro Sánchez sino del PSOE desde la II República hasta el presente. Partiendo de una metodología muy sencilla que son sus propias siglas: el PSOE ni es un partido político, ni es socialista, ni es obrero, ni es español.
Es una organización corrompida que avala la corrupción, por tanto, como partido está deslegitimado. Su comportamiento se parece más a una organización mafiosa.
No es socialista. Es un partido que practica una doctrina que apenas se diferencia del liberalismo o neoliberalismo materialista, individualista y hedonista. Los modos de vida que propugna y practica son profundamente burgueses y egoístas. No es obrero. Es una organización que de hecho ha conformado todo un cuerpo legislativo y una política económica contra los trabajadores, especialmente contra los trabajadores más empobrecidos. Las llamadas políticas sociales son el maquillaje para no hacer reformas estructurales que pudieran afectar lo más mínimo al sistema financiero que es quien realmente gobierna en España. Ni tampoco es obrero en relación con los empobrecidos de la tierra a los que abandonó hace más de 80 años.
Finalmente, no es español. No ha primado el bien común de nuestro país empezando por potenciar las regiones más pobres, sino que siempre, pero ahora especialmente, favoreciendo a los nacionalistas burgueses de las regiones más ricas, como Cataluña y el País Vasco. Hasta el punto de indultar en contra de la Constitución a los golpistas catalanes de 2017.
Para encubrir su corrupción intrínseca y la propia del sanchismo ha programado un centenar de actos para conmemorar el 50 aniversario de la muerte del dictador Franco. La desvergüenza es intolerable. Le vamos a recordar algunos hechos de la historia del PSOE que obligarían a su disolución.
1.- Fue uno de los partidos que más hizo por destruir la II República de la que tanto presumen. La persecución religiosa; la sublevación de 1934 en Asturias y Cataluña y el terror tras las elecciones de febrero de 1936 lo demuestran, además de muchos otros delitos, incluida la tortura en las checas y el asesinato de opositores políticos. Dentro del PSOE hubo gente honrada que trabajó por la paz y la reconciliación, pero estaban absolutamente marginados. Un ejemplo de ello fue García Quintana o Julián Besteiro. Otros simplemente fueron correa de transmisión de las órdenes de la Unión Soviética.
2.- Una vez perdida la guerra civil, el PSOE en el exilio exterior e interior estuvo de “vacaciones”. No ejercieron ninguna oposición efectiva al dictador. Todo lo contrario. Muchos de sus futuros dirigentes prosperaron durante el franquismo y luego se subieron al carro de la democracia donde siguieron prosperando. Hoy algunos son millonarios con importantes negocios en Hispanoamérica.
3.- El PSOE que aparece en la transición de la mano de Felipe González y Alfonso Guerra viene del Congreso de Suresnes donde decapitaron los restos del PSOE histórico de Rodolfo Llopis. Este PSOE viene con mandato de la CIA, con millones de la socialdemocracia alemana a través de la fundación Friedrich Ebert, y con protección policial de Franco. Por supuesto, se silenció todo el trabajo de promoción obrera y democrática realizada por la militancia obrera cristiana (HOAC, ZYX) que no solo no se fue de vacaciones durante el franquismo, sino que estableció los puentes entre la Iglesia y la clase obrera, evitando otra guerra civil. El PSOE fue una pieza fundamental para garantizar una transición controlada.
4.- Durante la democracia el PSOE desmanteló toda la infraestructura obrera, sindical e industrial de España para entregarla al capitalismo franco-alemán. que es quien ha controlado la Unión Europea. Nos mete en la OTAN por la puerta de atrás, con un pseudorreferéndum, y convierte a España en un laboratorio social de experimentación biopolítica (divorcio, aborto, eutanasia, transgénero) y laboral (ETTs, reconversiones, etc.) para exportar a Hispanoamérica, a la que terminamos de machacar, históricamente hablando, abandonándola tanto al imperialismo anglosajón como a las dictaduras bolivarianas.
5.- De la mano de los nacionalistas burgueses, termina por blanquear al terrorismo de ETA, traicionando a sus propios muertos, para que se olvide el terrorismo de Estado de los GAL; por otorgar un poder político y económico ilegítimo a los independentistas; por perdonarse a sí mismo el mayor caso de corrupción de la democracia (los ERE de Andalucía), y favoreciendo los casos más escandalosos de corrupción institucional y familiar, presuntamente promovidos desde el vértice del aparato.
A los 50 años de la muerte de Franco, el PSOE ha cumplido sobradamente el papel que le asignó el neocapitalismo anglosajón y franco-alemán. Ha desmantelado muchos de los instrumentos necesarios para construir el bien común. Hoy España se ha convertido en el “área de servicios” (prostitución incluida) más barato de Europa. Tenemos la mayor tasa crónica de desempleo y precariedad juvenil de la UE, la economía menos productiva, las leyes biopolíticas más agresivas, y uno de los peores pronósticos demográficos del mundo.
¡No!. Ya está bien de hacer pasar este PSOE por una opción menos dañina y más ética de igualdad y justicia. Ya está bien de idolatrar al “progresismo”.
Editorial de la revista Autogestión