«Selma», algo más que una marcha

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En 1965, el pastor bautista Martin Luther King Jr. y su grupo, encabezaron una marcha entre los pueblos de Selma (Dallas) y Montgomery (Alabama) para promover y exigir el derecho al voto de la población de raza negra. 87 kilómetros de marcha en el marco de otras acciones que iban programando en esos años.

Aunque la ley ya lo permitía, las trabas legales y administrativas para ejercer el derecho al voto, así como la falta de voluntad de la estructura burocrática, sobre todo en los estados del Sur, lo impedían de hecho.

La marcha se organiza a pesar de la represión que la policía y otros grupos ejercen de forma violenta; a pesar de ello los manifestantes mantienen una actitud no violenta y firme. Fue un punto de no retorno en la lucha por los derechos civiles.

En definitiva el film dirigido por Ava DuVernay, «Selma» recoge el hecho histórico conocido como ‘Bloody Sunday’, de la reciente historia de los Estados Unidos.

Algunas reflexiones sobre lo que me ha aportado la película.

Martin Luther King y su equipo eligen Selma porque hay un trabajo militante de base, con personas y grupos que han demostrado permanencia y lucha no violenta, no porque allí haya intelectuales o líderes.

Aparecen de forma clara los duros momentos que pasan ante los asesinatos y las palizas recibidos por personas humildes… Algo que fortalece a los militantes, cuando ponen la mirada en los que han dado la vida por la Justicia, sin olvidar una fuerte espiritualidad de fondo que los mantiene.

La estrategia del gobierno era debilitar las familias de los militantes, ir al corazón que sostiene su vida de lucha; puntos débiles como la lejanía de la familia, con la esposa a cargo de los hijos, en comunión con la labor de su esposo Martin Luther King, aunque no sin dificultades.

En definitiva transpiran estas escenas un apoyo mutuo, entre las mismas familias y amigos, una renuncia por un bien mayor.

También hay que destacar el momento político oportuno elegido: antes de las elecciones a la presidencia, con la guerra de Vietnam en pleno apogeo, que comienza 3 años antes de «Selma» y se está llevando vidas exponencialmente.

No cabe duda de que realizaron un buen análisis sociopolítico del momento, eran plenamente conscientes de la situación de pobreza e injusticia; para ellos no era todo exigir el derecho al voto. Denunciaron también la falta de acceso a la educación y condenaron la violencia usada por grupos como los seguidores de Malcom X…

Los organizadores tenían claro que la violencia se vuelve al final contra el opresor, porque el corazón humano busca la paz y la solidaridad en lo más hondo de su ser, y ya tenían experiencia de ello.

Por último, destacar la importancia de la creación de una opinión pública solidaria, con la televisión como medio de comunicación que se asentaba en las casas de la sociedad estadounidense.

Muchas otras cosas se podrían decir, como por ejemplo, el apoyo recibido por miembros de otras confesiones religiosas… Que valga esto como inicio de un diálogo.

Autor: Juan Rodríguez