Deshacerse de una tonelada de residuos tóxicos frente a las costas de Somalia cuesta sólo 2 euros. Es el vertedero más barato del mundo y una atractiva fuente de ingresos para, entre otros, la mafia italiana. Sin embargo, miles de somalíes están cayendo enfermos envenenados por la basura de otros. Barriles de residuos nucleares acaban con frecuencia en las costas de Puntland y las playas se han cubierto de peces muertos.