Testimonios sobre Rovirosa

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Cuando 50.000 niños son asesinados diariamente, cuando hay más de 400 millones de niños esclavos y el imperialismo promueve una cultura de muerte, la conversión de Rovirosa al amor pobre y crucificado '¡por nosotros!', es un signo de esperanza que hay que mantener presente.
CRISTO, LA IGLESIA Y LOS POBRES fueron el trípode en que se manifestaba su vida de FE. Rovirosa soñaba con una IGLESIA de conversos, es decir, de cristianos adultos, con conciencia de lo que son y de por qué lo son, capaces de promover el compromiso bautismal.

Constituye hoy un modelo en lo que debe ser nuestro camino: servicio a la Verdad y a los pobres


 


¡Necesitamos Rovirosas!


Necesitamos tener presente su testimonio, profundamente presente, en este nuevo milenio Cuando 50.000 niños son asesinados diariamente, cuando hay más de 400 millones de niños esclavos y el imperialismo promueve una cultura de muerte, la conversión de Rovirosa al amor pobre y crucificado» ¡por nosotros!», es un signo de esperanza que hay que mantener presente.


 


Un hombre de fe en Jesucristo y en nada más, a pesar de que este «nada más» , lo condujo primero a ser incomprendido y maltratado por los propios cristianos y, posteriormente a ser perseguido, calumniado y expulsado por los que quería.


 


CRISTO, LA IGLESIA Y LOS POBRES fueron el trípode en que se manifestaba su vida de FE. Rovirosa soñaba con una IGLESIA de conversos, es decir, de cristianos adultos, con conciencia de lo que son y de por qué lo son, capaces de promover el compromiso bautismal.


Amigo personal de Pío XII, P. VOILLAUME, CONGAR; MALAGON. Un apóstol que no se dejó utilizar políticamente. Unido a la filosofía de la historia según la cual los pobres son los protagonistas.


 


Viviendo la radicalidad de la identidad cristiana con un profundo amor a la IGLESIA, MADRE Y MAESTRA; se distanció de las posturas secularistas, espiritualistas y de neocristiandad, y se dedicó a aquello que consideraba urgente e importante, lo más sagrado para un laico: la formación de militantes cristianos que entregaran toda su vida en la lucha por la JUSTICIA.


 


Recibido en el Monasterio de Montserrat, el ABAD ESCARRÉ decía a sus monjes:  «fijáos en lo que os diga porque sus palabras son dignas de figurar al lado de las de San Pablo. Rovirosa es un hombre como no ha habido».


El CARDENAL BUENO MONREAL decía de él: «Rovirosa es de los mejores seglares que tiene la Iglesia en España.»


 


J. PONT I GOL, ARZOBISPO DE TARRAGONA


«He ahí un profeta. Eso es, un hombre traspasado por la Palabra candente de Dios. Como Jeremías, como Isaías, como Amós, como el Bautista. ¿vale la comparación? Me tomo el riesgo personal de hacerla…


«Los pobres no son evangelizados», «Cristo les quiere los primeros en su redil, y… en la Iglesia no tienen puesto». Es el grito revulsivo de Rovirosa a la situación nuestra, a la de ahora, en nuestra Iglesia… Es el clamor de Jesús, hecho vida, voz y fuerza en su profeta…


Como san Pablo, fue herido y traspasado de tal manera por la Palabra en un momento dado, que de escéptico y enemigo de los seguidores de Jesús se cambió en apóstol y creador de nuevas comunidades de fe…


Toda la acción apostólica del profeta era avalada por su vida de pobreza, de humildad y de sacrificio. Sin dinero, sin comodidades, viviendo de lo poco que podía trabajar profesionalmente, vistiendo aquella sahariana y aquellos pantalones azules, contento de no tener nada. El recuerdo y el testimonio de quienes le tratamos es el de una persona enviada por Dios, fiel a su Palabra hasta la muerte. Me emociona pensar que yo también me puedo contar entre ellos…


Es menester volver a hablar de Rovirosa. Debemos hacerlo. Ahora es la hora. Es hoy cuando el clamor de su voz, sembrado con dolor en la angustia y en la incomprensión de su tiempo, se hace imperante en nuestras Iglesias. Es necesario que llegue a ellas. Quizás está llegando, empujado por unas fuerzas nuevas y por unas situaciones diferentes, auguradas por el profeta. La fuerza del Espíritu va cambiando en viento de creciente soplo los aires conciliares del vaticano II, aires que Rovirosa justo llegó a respirar, y la mano de Dios, que conduce la historia, pone al mundo en tensión profunda y a su Iglesia, en situación punta de convertirse al Evangelio…


,»Los pobres no son evangelizados», es el clamor, el reto y la urgencia de nuestro momento. Un profeta nos lo ha dicho a la cara».


 


(Dicho en 1977 por monseñor Pont i Gol, entonces arzobispo de Tarragona)


 


ALFRED ANCEL, OBISPO DE LYON


«Yo pienso que todos los hombres de buena voluntad que leerán la vida de Rovirosa serán invitados, en contacto con este hombre que fue verdaderamente obrero y plenamente católico, a hacer examen de conciencia para ver si su propia actitud es suficientemente evangélica y católica».


 


 RENE VOILLAUME, FUNDADOR DE LOS HERMANITOS DE JESUS


«Quedé profundamente afectado por este hombre. Era imposible no estar cogido por una personalidad tan fuerte. Fue uno de los hombres que han marcado mi vida, excepcional, lleno deje, fuerte como una roca, testigo de Dios, en su constante presencia».


 


CARLOS SANTAMARIA, ESCRITOR


«En San Sebastián, en la Conversaciones Católicas Internacionales, a las cuales asistió durante algunos años, sus asistentes, teólogos, escritores, religiosos de fama, dirigentes, profesores, le llamaban, cariñosamente, con respeto: el hombre de la calle, la voz de la calle. Cuando hablaba, solía empezar así: Hasta ahora han hablado ustedes, los sabios. Ahora va a hablar el hombre de la calle.


Nuestros amigos conversadores me solían decir muchas veces que no era fácil encontrar en Europa líderes obreros de calidad tan excepcional. Ahora, al cabo de los años, lejano ya el recuerdo de aquellas Conversaciones, puedo decir que la figura de Rovirosa  se agranda para mí».


 


GEORGES MICHONNEAU, TEOLOGO


«Uno tenía la impresión que su oración y su contemplación ponían en el diapasón de los deseos de Dios, de tal manera que uno no puede dejar de creer que sus puntos de vista eran ya luz divina».


 


IVES CONGAR, TEOLOGO


«Rovirosa me ha dejado el sentimiento de una personalidad extraordinariamente fuerte y de lo que yo denominaría un hombre libre. Un hombre enteramente poseído por el servicio de la verdad y por una gran idea a la cual consagró su vida. Rovirosa era profundamente de Iglesia, pero muy opuesto a todo clericalismo, incluso anticlerical en el buen sentido de la palabra, y guardaba su entera libertad de juicio sobre los hombres de Iglesia y sobre la vida histórica de esta Iglesia».


 


DON TOMÁS MALAGON, TEOLOGO


De Rovirosa ha existido una leyenda, en nada acorde con la realidad, y de ella se sirvieron más de una vez ciertos críticos para desprestigiar su figura. Nos le presentaban como un obrero luchador en las filas de las organizaciones políticas de la extrema izquierda, misteriosamente llegado después, sin saber cómo, a la Comisión Nacional de la H.O.A.C….


Cuando después, en sus años de dirigente de la H.O.A.C., oía yo a ciertas Personas hablar despreciativamente de Rovirosa, diciendo que era un obrero autodidacta y sin seria formación, yo, que le conocía, no podía menos de comparar su formación con la de sus despectivos desconocidos, y, testigo como yo era de los profundos conocimientos técnicos y científicos de Rovirosa, investigador y realizador de notables hallazgos en el campo de la electricidad, estudioso de cuanto se publicaba de valor en materia religiosa y filosófico-social, que hablaba correctísimamente el francés y era capaz de entenderse perfectamente en italiano e inglés, que seguía con toda facilidad la Suma Teológica de Santo Tomás, y las oraciones de la Liturgia en latín, conocedor como pocos de las actuales tendencias del pensamiento católico, amigo personal a quien visitaban en su casa Guitton Congar, von Balthasar, Michoneau y Voillaume, traductor al español de las obras de algunos de éstos, colaborador de las más importantes revistas técnicas y religiosas de varios países, yo no podía menos de sentir lástima al recibir la, en comparación con la suya, menguada talla cultural de sus engreídos detractores…


El dirigió muchos cientos de cursillos y pronunció miles de conferencias. ¡Ese maravilloso propagandista que era Rovirosa! Recorrió muchas veces toda España, viajando siempre en tercera, alojándose y viviendo como pobre entre los pobres, viviendo lo que decía, encendiendo entusiasmo inextinguible en muchos, mientras que en algunas personas, que no le conocían, se iba amontonando el recelo contra aquel que creían un autodidacta demagógico y hasta quizás oculto servidor del comunismo.


¡Cómo se han engañado estos desgraciados, que estaban lejos de poder medir la grandeza del alma de Rovirosa! …


Nunca olvidaremos los que le hemos conocido las grandes virtudes de que estaba adornado nuestro querido Rovirosa.


Aquella espiritualidad centrada en el misterio de la Trinidad, del que en sus últimos años no cesaba de hablar de modo tan impresionante.


Su entusiasmo por el Bautismo, que era uno de los temas principales de su meditación diaria.


Su providencialismo tan desconcertante para los demás, pero que a él le llenaba de aquella paz y alegría que todos sabemos que expandía en torno suyo. Era Rovirosa un hombre de fe. Yo recordaba muchas veces a su lado a aquel coloso de la fe que fue Abrahám… Rovirosa ha ofrecido a Dios sacrificios dolorosísimos, como el que Dios pidió al Patriarca de Ur.


La caridad de Rovirosa. ¿Quién no ha sido testigo de su amor a Cristo, que se manifestaba en su amor a los demás, dándose, y dándoles todo cuánto tenía: su vida, su profesión, su casa, su pan, su tiempo, hasta su cuerpo, en aquel pie que le fue amputado, en realidad, por el comportamiento lleno de caridad, que en momentos difíciles para él quiso observar. Su caridad fue tal, que, de un misántropo que era por carácter, resultaba un hombre lleno de afabilidad.


Ni podremos olvidar el ejemplo sublime de su pobreza a que antes hemos aludido.


En cuanto a su oración y vida interior, ¿quién no recuerda su cara transfigurada cuando ayudaba a la Santa Misa, cuando comulgaba, o cuando rezaba el Santo Rosario?


Muchos ejemplos nos ha dado Rovirosa.


Reciba ahora el premio que el Señor concede a sus elegidos….


Descansa en paz, noble luchador de Cristo.


Tu ejemplo admirable es para nosotros un sendero de luz. Nada podrá arrancarnos de tu camino, que es el de la Iglesia, en el que Juan XXIII y Pablo VI y el Concilio actual nos están, cada día más, asegurando…


 


(Tomado de la ORACION pronunciada por Don TOMAS MALAGÓN, el día 28 de febrero de 1964, en la capilla del Hospital Clínico de Madrid)


MIGUEL ESTRADÉ, monje de monserrat


Muchas son las anécdotas que podría desempolvar si tratara de recordarlas, pero pienso fijarme sólo en un punto para mí fundamental. Rovirosa ingresó en Hospital como ingresa un paciente cualquiera, sin que nadie se preguntara de manera especial quién era aquel hombre. Salió en cambio habiendo dejado una serie de interrogantes por lo menos entre el personal sanitario, monjas y enfermeras, resumidos todos en esta pregunta básica: ¿Quién es ese hombre a quien tanta gente quiere tanto?. La respuesta, después de ver, escuchar y pensar, no podía ser otra: ¡Un hombre que supo muchísimo amar!


Fue el gran secreto de Rovirosa. Pasó por muchas peripecias a lo largo de su vida, pero encarnó siempre en ella aquella sublime secuencia en que se manifiesta la obra de Dios en nosotros: amar, comprender, perdonar, valorar, exigir.


Se lamentaba alguna que otra vez de que la educación religiosa que por aquel entonces se solía impartir, se empezaba exigiendo; era comenzar el edificio por el tejado. Con una fina intuición adivinó que cualquier exigencia que no sea fruto de una valoración nacida de un amor que comprende y perdona está condenada al fracaso. Toda su vida fue un amar a Dios en una búsqueda constante y en un respeto admirado del valor del hermano