TORTURADO hasta la MUERTE por PROFESAR su FE

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Javed Anjum se convirtió en un nuevo mártir de la Iglesia el pasado mes de abril. Fue secuestrado y torturado hasta la muerte durante cinco días para lograr su conversión al islam. Este estudiante de economía se detuvo en Toba Tek Singh, en Paquistán, para beber agua. Fue entonces cuando un profesor y algunos estudiantes de una escuela coránica cercana lo secuestraron…


FUENTE: La Razón
(1-02-2004)

Javed Anjum se convirtió en un nuevo mártir de la Iglesia el pasado mes de abril. Fue secuestrado y torturado hasta la muerte durante cinco días para lograr su conversión al islam. Este estudiante de economía se detuvo en Toba Tek Singh, en Paquistán, para beber agua. Fue entonces cuando un profesor y algunos estudiantes de una escuela coránica cercana lo secuestraron.

Según Joseph Coutts, obispo de Faisalabad, «sus verdugos quisieron obligarlo a recitar el credo musulmán, suficiente para convertir a alguien oficialmente en musulmán. Pero él no quiso». Su cuerpo quedó tan demacrado que sus captores decidieron entregarlo a la Policía con la excusa de que Javed había intentado robarles. Allí, el joven permaneció dos largos días en el calabozo hasta que un médico pudo atenderle. Pero ya era demasiado tarde y sus heridas eran irreversibles.

La intolerancia hace hoy de Pakistan un lugar en el que los cristianos vuelven a sufrir las persecuciones de la antigua Roma. Este país se encuentra hoy entre dos mundos: uno, el del integrismo islámico, y otro, el que pretende su presidente. Pervez Musharraf es acorralado a menudo en el Parlamento por los islamistas radicales cuando cuestiona las normas inspiradas en la ley coránica. Su interés en convertir Paquistán en un país moderno y en diálogo con Occidente choca con los más de 140 millones de musulmanes, lo que equivale al 99 por ciento de la población.


Actualmente en Paquistán, como dice el obispo de Faisalabad, hay un nuevo mártir, «la gran fe de Javed y su sangre, como la de todos los mártires, nos hará más fuertes».

Actualmente en Paquistán, como dice el obispo de Faisalabad, hay un nuevo mártir, «la gran fe de Javed y su sangre, como la de todos los mártires, nos hará más fuertes». El por qué la Policía jamás inició investigaciones sobre los incidentes que provocaron la muerte de este joven es una cuestión que quedará, a buen seguro, sin resolver.