Venezuela: Escasez, reventa, largas colas y «captahuellas»

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La medida está orientada a fiscalizar el consumo de la población en lugar de atacar las causas que propician la asistencia masiva de consumidores a los supermercados: precios regulados que promueven la reventa y escasez.

El Ejecutivo nacional de Venezuela apuesta al uso de las máquinas captahuellas como una de las medidas para reducir las colas que se generan a las puertas de los comercios para comprar productos de la cesta básica.

La medida está orientada a fiscalizar el consumo de la población en lugar de atacar las causas que propician la asistencia masiva de consumidores a los supermercados: precios regulados que promueven la reventa y escasez.

La deficiencia en la producción interna, derivada de la escasa asignación de divisas para importar insumos y materias primas fundamentales para la manufactura de alimentos, productos de cuidado personas y de mantenimiento del hogar, se evidencia en la insuficiencia de productos que hay en el mercado nacional.

El hecho de que el abastecimiento sea inestable obliga a los consumidor a acudir varias veces a la semana al supermercado para completar la compra.

El presidente de la Asociación Nacional de Supermercados y Autoservicios (ANSA), Luis Rodríguez, explicó que la distribución de productos ha cambiado y que todos los días reciben un rubro diferente. "Eso hace que la gente vaya todos los días, porque un día llega la harina, otro día el aceite, otro el jabón y eso hace que nunca se acabe la cola, porque la demanda está centrada sobre los productos de la cesta básica".

Señaló que el momento en el que llegan los productos a los establecimientos se ha convertido en "un caos", por lo que las empresas han tenido que tomar medidas para manejar la afluencia de personas y proteger a los clientes que no van tras los productos regulados.

"Los supermercados se diseñan para una cantidad finita de personas y de productos. Cuando llegan los productos de la cesta básica, eso se cuatriplica y quintuplica y sigues tiendo la mismas cajas y el mismo espacio. Las quejas de los consumidores que tienen que hacer cola durante horas nos han llevado a buscar alternativas como sacar colas a la calle, colocar toldos y carpas en los estacionamientos, vender por el depósito o en el estacionamiento, habilitar espacios para tratar de buscar la manera de que el cliente que tiene que ir a ese negocio pueda hacerlo", expresó Rodríguez.

Los daños dentro de los comercios y las pérdida de mercancía ha llevado a los comercios a mantener las colas fuera de los pisos de venta.

Indicó que a raíz del nerviosismo que se desprende de la escasez se han generado situaciones de violencia que derivan del desespero de permanecer durante horas en una cola, por lo que los comercios deben solicitar apoyo de los cuerpos de seguridad cuando reciben los productos de primera necesidad.

El modelo de negocio

Los supermercados han identificado unas "mafias" de personas que se dedican a comprar los productos de la cesta básico que están escasos para venderlos con sobreprecio en el mercado informal; una práctica que tiene más de cinco años ocurriendo en el mercado.

La reventa de productos se ha convertido en un negocio y un modo de vida promovido por los precios controlados en un entorno de alta escasez, que lo hace rentable.

"Hay mafias que funcionan así: llega un camión cargado de personas, la gente se baja, compran y cuando entregan la mercancía les pagan. Eso es complicado de manejar porque no tenemos pruebas y no es nuestro trabajo tampoco y es peligroso porque pueden arremeter contra el negocio y los trabajadores. Nuestro trabajo es vender", expresó Rodríguez.

El Gobierno apuesta a que con el uso de máquinas captahuellas podrán identificar esos grupos de personas que se dedican a extraer los productos de los anaqueles para revenderlos o sacarlos fuera del país. Del mismo modo confía en que eliminarán las colas.

Pero en ese plan de "eficiencia mata cola" no ha planteado ninguna solución al problema de escasez que, de acuerdo a los últimos indicadores oficiales, en abril era de 22,5% en los alimentos y 25,5% en general.

Las empresas continúan denunciando retraso en la liquidación de divisas para pagar deudas en el exterior y retomar las importaciones, que es lo que va a permitir producir más para estabilizar la oferta de productos en el mercado.

Fuente :El Universal