Zapatero manipula a los inmigrantes

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Desde principios de año, vienen apareciendo en la prensa diversas informaciones sobre la legalización o nacionalización de miles de extranjeros que viven en nuestro país y de otros muchos ciudadanos que siguen viviendo en otros países pero son hijos o nietos de españoles

Según ha informado el Ministerio de Exteriores, al amparo de la Ley de Memoria Histórica, se han presentado 161.463 solicitudes de opción a la nacionalidad española de origen, desde el 29 de diciembre de 2008, en 183 oficinas consulares de España en el extranjero. El 95,5% de la solicitudes presentadas son de hijos y nietos de  exiliados durante la Guerra Civil y la dictadura, procedentes de Iberoamérica. Recientemente el Consejo de Ministros español acordó ampliar de dos a tres años el plazo para ejercer el derecho a optar a la nacionalidad española, que permitiría a estas personas votar en las elecciones generales y autonómicas de nuestro país. 


En esta misma línea, el 29 de octubre del año pasado, el Congreso dio luz verde al voto en las municipales de 650.000 inmigrantes, que para las elecciones del 2011 podrían ser más de un millón. En esta fecha se cerraron una docena de convenios de reciprocidad sobre la participación en las elecciones municipales de los nacionales de cada país residentes en el territorio del otro. Exteriores, además, trabaja en convenios con otros países.


Podríamos preguntarnos si estamos ante una estrategia del Gobierno para beneficiarse del voto de los inmigrantes. Aún está reciente la famosa Ley del ministro Caldera de «Papeles para todos» que legalizó a más de un millón de inmigrantes, que automáticamente pasaron a formar parte del electorado español en las elecciones municipales. Aunque no hay estudios sociológicos relevantes que acrediten la tendencia del voto de la inmigración, la impresión generalizada es que es favorable al  PSOE. De hecho ya se está hablando de que estos votos serán clave para decidir los ayuntamientos de Madrid, Barcelona y Valencia.


Lo que resulta sencillo de suponer es que Zapatero piense que así se ganará el clientelismo político de los electores inmigrantes colgándose la medalla de la justicia social.


Al mismo tiempo que estas maniobras interesadas se llevan a cabo por el Gobierno, el Parlamento aprueba la reforma de la Ley de Extranjería con los votos del PSOE, CIU y CC dando una vuelta de tuerca más contra los inmigrantes en el endurecimiento de la Ley aprobada en el 2005 por el PP.


 


Si a esta Ley le sumamos otras decisiones de Zapatero como duplicar la altura del muro de Ceuta y Melilla y poner en marcha el dispositivo de vigiliancia Frontex, que es una canallada contra los inmigrantes, nos preguntamos si se puede ir más lejos en la manipulación de los inmigrantes y la hipocresía en la carrera política de un presidente de gobierno.