La otra cara de Caja Navarra

2245

Ellos mismos reconocen que al negociar préstamos acaban pagando más los que menos dinero tienen, y pagan menos los que tienen más dinero.
Caja Navarra se presenta así misma como BANCA CÍVICA, y de sí misma escribe maravillas: «Contigo hacemos una banca más humana», «Una banca cívica que se construye día a día, en donde las personas son las protagonistas»  «Queremos contribuir a que la sociedad sea más participativa y crear una comunidad en la que la solidaridad sea el denominador común» . Pero ¿¿¿qué hay detrás de estas bonitas palabras??? Una fantástica idea para seguir ganando dinero, sin que nada cambie.

 Tú elijes, tú decides: Los proyectos sociales de la CAN. No es generosidad lo que mueve a la CAN. Al ser caja de ahorros, por ley, debe destinar un porcentaje de sus beneficios a proyectos sociales. ¿Cuál ha sido su brillante idea? En vez de que se decida comúnmente dónde destinar el dinero, qué proyectos pueden ser más beneficiosos para el conjunto de la población, o cuáles son los que tienen necesidades más acuciantes, la CAN ha decidido que sea cada cliente quien diga dónde va su dinero. Aunque sean proyectos no relevantes, cada uno apoya su preferencia y hasta su capricho. Con un plus, todos los que quieren recibir las migajas de sus beneficios se hacen clientes, e invitan a sus amigos a hacerse también clientes y apoyar «su» proyecto. Es triste decirlo, pero en esta dinámica se han metido también muchas parroquias, que de forma indirecta están haciendo publicidad a la CAN.


 Política de transparencia: «En Caja Navarra te decimos cuánto ganamos contigo». Y nos lo dicen. Sin ningún tipo de rubor. Sin plantearse si puede ser moral o inmoral este beneficio. Con una cuenta corriente de 12.000 euros, al año ganan 240 euros, ni más ni menos. Beneficios que surgen fundamentalmente de la especulación. Eso sí, transparentemente. También ellos mismos reconocen que al negociar préstamos acaban pagando más los que menos dinero tienen, y pagan menos los que tienen más dinero en cuenta, más inversiones, más negocio… 


 Y un paso más. Su nueva campaña de marketing, queriendo llegar a la conciencia nos grita: «¿Estas financiando inversiones que no aprobarías?», ahora nos explican en qué invierten nuestros ahorros e incluso podemos elegir qué financiar con ellos, entre otros…


-Préstamos para inmigrantes, «que necesitan apoyo para organizar su vida aquí»,


-Préstamos «para financiar las necesidades de familias numerosas».


-Préstamo para jóvenes «que necesitan más apoyo a la hora de independizarse»… ¿Pero, cuál es el apoyo real que hacen a los jóvenes, familias numerosas o inmigrantes? Un joven que necesite 6.000 euros, y pida un préstamo a 5 años, acabará pagando no los 6000 euros que recibió, sino 7300 euros. La CAN, debe considerar muy cívico quitarle a los jóvenes 1.300 euros cuando estos tienen necesidades.


 Que no nos engañen, si es una vergüenza enriquecerse haciendo negocio con armas, es otra vergüenza enriquecerse a costa de las necesidades de los jóvenes, los inmigrantes, la gente de la calle, o las familias numerosas. El beneficio que obtienen con  préstamos e hipotecas ni es ético, ni cívico, ni moral. Su afán de «revolucionar la banca» no es más que una estupenda campaña publicitaria y de imagen para hacer más ricos a los de siempre.


Ya lo dijo hace años el Cardenal Arns: «El sistema bancario es perverso». La claridad del Cardenal Arns sí es revolucionaria, Caja Navarra, no.