UGT contra los inmigrantes

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Ya no se esconden con hipocresías ni medias tintas. Al estilo de algún partido de extrema derecha, UGT Andalucía, a través de su secretario del sector agropecuario lanza la advertencia a los empresarios: ‘LOS ESPAÑOLES PRIMERO’

Vergüenza les debería de dar a todos los afiliados y simpatizantes de este mal llamado sindicato. Las declaraciones tuvieron lugar en Sevilla ante la inminente campaña de recogida de aceituna de mesa, Emilio Terrón, pidió ayer a los empresarios agrícolas que no recurran a contingentes de trabajadores extranjeros, ya que las «oficinas de empleo están llenas de parados». Se justifica afirmando que sospecha que los empresarios intentan traer trabajadores de Rumanía para pagarles menos.

La crisis no afecta a los sindicatos gracias al dinero que les dan los contribuyentes a través del Ministerio de Trabajo. CCOO y UGT recibieron casi 15 millones de euros en 2008. Con esta partida de fondos públicos es difícil que los sindicatos se enfrenten al Gobierno. La crisis española está expulsando del mercado laboral a 6.000 personas diarias, las afiliaciones a la Seguridad Social se hunden desde hace meses y ya nos encaminamos hacia los cinco millones de parados. En este contexto lo normal sería que los sindicatos estuvieran en pie de guerra y se enfrentaran al Gobierno, reclamándole que adopte medidas y reformas de calado para evitar esta sangría laboral.

Pero no, de hecho le echan la culpa a los empobrecidos, culpándolos del paro en España. Este tipo de declaraciones dividen a los trabajadores más de lo que están. El sindicalismo ha sido históricamente internacionalista. Pero a base de subvenciones y burocracia “bailan” cada vez más al son del Capital y el Imperialismo supranacional. El Noi del Sucre, sindicalista de principios de siglo XX, siendo Secretario Nacional de la CNT llegó a postular la unión CNT-UGT. UNIDAD de los pobres, frente al capitalismo y al nacionalismo. Nunca cobró del sindicato, y recorrió toda España viajando en tercera, propagando el Ideal. En 1919, invitado por la casa del pueblo socialista de Madrid a pronunciar unos discursos, les dirá a los obreros madrileños, que el problema de Cataluña es el mismo problema que el de Madrid: un sistema injusto que condena a los pobres a la miseria. Los burócratas del sindicato de hoy no podrán decir esto: que el problema de paro en España es el mismo problema de hambre de Rumanía.