El Papa en África

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La manipulación informativa, planificada y sistemática, que han realizado todos los medios de comunicación europeos sobre la visita de Benedicto XVI a África, y su denigración personal es la manifestación más evidente de que actualmente la Iglesia católica es el enemigo número uno del actual sistema imperialista

Ya D. Quijote decía “ladran, luego cabalgamos”. Los perros del neocapitalismo transnacional, los voceros “progres” han ladrado pero no han podido conseguir que las mentiras propagadas masivamente oculten la auténtica actividad militante de Benedicto XVI en el corazón africano. Por otro lado, una vez más, la mayoría de los católicos de los países enriquecidos y satisfechos han dedicado más tiempo a adaptar el evangelio a sus intereses que a solidarizarse con sus hermanos empobrecidos.

El Papa ha denunciado valientemente la explotación y el genocidio del pueblo africano por parte de las grandes empresas multinacionales de Europa, EE UU, China y Japón que sostienen guerras y gobiernos corruptos para poder saquear materias primas. También ha denunciado el papel neocolonialista de los gobiernos de los países enriquecidos que actúan como auténticos gendarmes de las empresas que saquean las inmensas riquezas de este continente.

Benedicto XVI también ha sido una fuente de esperanza y solidaridad con el sufrimiento de los africanos. No podemos imaginarnos el honor y la fuerza simbólica y real que supone para estos pueblos tradicionalmente explotados, masacrados y vilipendiados que una personalidad religiosa y política como el Papa visite su tierra y los anime a luchar pacíficamente por su dignidad. La Iglesia africana, recordó el Papa, es la que más crece y eso es por su proximidad al dolor de Cristo. Hoy la Iglesia católica es una Iglesia de empobrecidos, de perseguidos, de mártires. En África, la Iglesia encuentra su esencia, la del pesebre y la de la cruz.