Sarkozy está dispuesto a sembrar África y el Magreb de centrales nucleares

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El uranio de Níger pasará por Argelia camino de Europa

Fuente: El Imparcial 21/03/10


Nicolás Sarkozy ha hecho de la energía nuclear su privilegio exclusivo. El presidente francés está dispuesto a sembrar África y el Magreb de centrales nucleares, como única alternativa energética al petróleo que se agotará a medio plazo. En la agenda presidencial: garantizarse en la medida de lo posible el monopolio del mineral de uranio procedente de las ex -colonias francesas de África.


Medio siglo después de que Charles De Gaulle hiciese del asunto nuclear la gran cuestión para la defensa del futuro de Francia como nación, Sarkozy retoma el desafío para hacer de la industria nuclear la garantía de la proyección internacional de Francia. El terreno escogido es África y el mundo árabe, las dos grandes zonas de influencia francófonas.


La prensa especializada gala ha desvelado la existencia de un acuerdo franco-argelino para emprender una nueva ruta del transporte de mineral uranífero procedente de Níger en dirección a Europa. El consorcio Areva, la joya industrial francesa especializada en la extracción y transporte de mineral de uranio, ha alcanzado un acuerdo con el régimen de Abdelaziz Buteflika para abrir una nueva ruta. Hasta ahora, Areva encaminaba todo el mineral procedente del norte de Níger, donde lleva cuarenta años extrayendo el yellow cake, hacia Senegal, y desde allí por vía marítima hacia Francia.


El nuevo proyecto consiste en abrir una ruta terrestre por el sur de Argelia y acceder directamente al Mediterráneo. Níger es el tercer productor mundial de uranio, tras Canadá y Australia, y aún posee reservas suficientes para alimentar la energía nuclear europea por varios decenios.


La nueva peregrinación del uranio se inicia en las llanuras del norte de Níger y concluye en el puerto de Argel o algún otro de la costa argelina, desde donde el mineral embarcará hacia Francia. Para completarla hay que terminar la carretera desde Tamanrasset, la capital tuareg del sur argelino, hasta las llanuras uraníferas de Níger. Un total de 400 kilómetros a rehacer, la mitad en territorio argelino desde Tam a Ain Guezzam, la otra mitad en Niger hasta Arlit.


Ambiciones expansionistas


Pero el proyecto diseñado por Areva va más allá. Porque ambiciona concluir un acuerdo de prospección y transporte también de mineral de uranio del Sahara argelino, e incluso del uranio procedente de la región chadiana de Tibesti. Tiene sin embargo fuertes competidores. En 2006, la empresa China Nation Nuclear Corporation consiguió dos concesiones de explotación de uranio en Níger, y otras tres firmas australianas han obtenido también permisos de exploración. En Argelia ya operan la Landmark Minerals de Canadá, y en Maddagascar la Pan African Mining, también canadiense.


No son las únicas. Las australianas también entran en el mercado. La Paladin Resources negocia un permiso en Malawi ; y varias empresas coreanas hacen lo mismo en Zambia, Mauritania y Nigeria. Otro tanto ocurre con la construcción de centrales, donde Francia debe competir duramente con China, Rusia y Estados Unidos, entre otros.


Sin embargo París quiere defender su industria nuclear a cualquier precio, incluído la utilización de «operaciones encubiertas», como la denunciada por el régimen de Níger con la rebelión tuareg en el norte del país, precisamente en donde se extrae el mineral, con ánimos secesionistas.


Por ello, para avanzar en su proyecto y mostrarse más comprensible con las reivindicaciones magrebíes, en París corre el insistente rumor de que Sarkozy va a sustituir a la presidenta de Areva, Anne Lauvergeon, que se formó a la sombra del socialista François Miterrand, por el franco-argelino Yazid Sabeg, actualmente miembro del Ejecutivo galo y que se ocupa de la Comisaría de diversidad e igualdad de oportunidades. Sabeg, un incondicional de Sarkozy, posee una aureola sabiamente destilada, de « sensibilidad pro-magrebí y africana ». Los « errores » cometidos por la presidenta de Areva al perder el contrato de construcción de cuatro centrales nucleares en Abu Dhabi en favor de un consorcio americano-surcoreano, y del retraso en la realización de otro proyecto nuclear en Finlandia que ha hecho gastar a Areva dos mil trescientos millones de euros suplementarios, justificarían el cambio.


Nicolás Sarkozy inauguraba a principios de marzo una conferencia internacional en París dedicada al futuro de la energía nuclear. Acudieron 65 países, árabes y africanos. Salvo Irán y Corea del Norte que no fueron invitados, los presentes aspiran a dotarse de reactores nucleares para uso civil y producir electricidad. Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, Jordania, todos ellos candidatos a adquirir la tecnología gala, enviaron sus ministros de Energía y altos funcionarios del Estado.


Estrategia africana


Por el momento para Francia Níger sigue siendo la piedra angular de su estrategia. Aunque a mediados de febrero París condenó el golpe de estado militar en Níger que destituyó al presidente Mamadu Tandja, la estabilización de la situación en el país y las promesas del Consejo Supremo de Restauración de la Democracia que tomó el poder en Niamey, de proceder pronto a elecciones libres, ha obligado a París a intensificar discretamente relaciones con los militares nigerinos.


Francia quiere pasar página a la crisis suscitada hace meses entre Areva y el anterior régimen. París no puede permitirse prescindir de su segundo proveedor de uranio. Sus 58 centrales nucleares podrían encontrarse paralizadas sin su precioso suministro de materia prima.


Además de garantizar las necesidades internas de Francia, Sarkozy pretende arrancar jugosos contratos en Argelia, Tchad, Libia, Camerún, Centroafrica, Gabón y otras tantas excolonias donde abunda el mineral codiciado. El aumento de precios del uranio ha despertado en estos países sus ambiciones. Según Robert Vance, analista de la Agencia de Energía Nuclear de la OCDE, las reservas mundiales de uranio permiten «abastecer el consumo mundial de electricidad durante otros 270 años». Previsión bastante verosímil teciendo en cuenta que los reactores de cuarta generación actualmente en construcción consumen 50 veces menos de uranio que los existentes en la actualidad.


En la Conferencia internacional de París se barajó el dato de la construcción en los próximos años de 480 centrales nucleares en todo el mundo, y Francia quiere garantizarse su parte. Sólo China tiene previstas la construcción de 27 centrales, y la India otras 17 hasta 2012. Pero la demanda se extiende también a Africa. Sudáfrica tendrá un déficit de energía eléctrica de 10.000 Megawatios para el 2020, lo que exige la construcción de al menos 8 nuevas centrales. Francia ha firmado ya un acuerdo con Túnez para el suministro de una central de 600 MW, y otro con Marruecos para dotar a este país de una central en Sidi Boulbra que debería entrar en funcionamiento en 2016.


La industria nuclear constituye hoy mas que nunca un vector esencial de la politica exterior de Francia. Sarkozy no dudará en utilizar todo lo que esté en su mano, incluido la cooperación antiterrorista como actualmente en relación con Eta, para «convencer» al Gobierno de ZP de atarse al tren nuclear francés