Cataluña: «Una mala historia convierte en mala la política»

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Rescatamos las afirmaciones de John Elliot, historiador e hispanista británico, miembro de la Real Academia de la Historia y Premio Príncipe de Asturias, sobre las consecuencias de manipular la historia por parte de los gobiernos, en este caso el catalán.

¿La historia nos duele? Me refiero a la pregunta: ¿qué es España?

En los primeros años de la Transición fue transformándose esa visión del pasado en España. Se concentró más en los logros y no en los fracasos. Es un paso importante para tener una mirada equilibrada. Pero siempre vuelve la mala historia. Ocurre en todas partes. Y la mala historia convierte en mala la política.

¿Cómo ve la relación de España y Cataluña?

Estos temas surgen en momentos en que existen problemas económicos difíciles. Como historiador lo que más me preocupa es la deformación de la historia y el empleo de esa historia deformada por parte de la clase dirigente y algunos políticos. Vicens Vives se pasó toda la vida intentado desmitificar la historia de Cataluña, evitando esa postura de agravio que ha dominado tanto en la historiografía romántica catalana.

Me preocupa que se pierdan esos intentos que Vives hizo, y en parte yo también, para evitar ese reduccionismo. Si los jóvenes no son capaces de aprender esa lección que les hemos intentado ofrecer… Vives quería revitalizar y modernizar la sociedad catalana y hacerla apropiada para la época del postfranquismo. Pensaba que estaba teniendo éxito. Ahora me preocupa que una generación esté aprendiendo una historia deformada que no conecta la historia de Cataluña con la de otras partes de España. Es una deformación de la realidad.

¿La deformación de dónde proviene? ¿De España? ¿Cataluña?

Estoy pensando en algunas reacciones de Cataluña en este momento. Los políticos sacan de la historia sólo lo que les interesa.

¿Qué teme de esta polémica?

Me chocó que el otro día, en una universidad catalana, un joven, que además estudiaba Historia, creyera que la Guerra Civil era una guerra de España contra Cataluña. Cuando vemos esto entre los jóvenes, para mí resulta muy preocupante. Están aprendiendo una historia falsa. Es un ejemplo llamativo de los peligros. Y si surge una generación con una visión del pasado que termina en el río Ebro, por ejemplo, estamos ante una visión defectuosa, incluso muy peligrosa para el pasado, que puede tener repercusiones en el presente y el futuro. […]

Fuente: Lavozdebarcelona.com