La Pandemia X. (IV) ¿Prolegómenos de un nuevo totalitarismo biopolítico? Preparando la nueva gobernanza

2580

Preparando la nueva gobernanza

La conformación de un nuevo modelo de poder

En todo análisis político debemos contar con dos planos. Un plano, el visible, el institucionalmente legal y otro plano menos visible, a veces deliberadamente oculto, a la opinión pública donde se suelen tomar las decisiones estratégicas de fondo[1].

En el primer plano, se sitúan los gobiernos, los parlamentos, las grandes organizaciones internacionales, supranacionales que implementan las leyes y reglamentos que nos rigen y que están sometidos a cierto control público. En el segundo plano, se sitúan círculos de influencia concéntricos de diferentes niveles formados por dirigentes y gestores de corporaciones fundamentalmente financieras y tecnológicas.

Ambos planos están conectados y básicamente el primero está subordinado al segundo pero con una misión muy importante: hacer legalmente factible las decisiones estratégicas que se toman en el segundo.

Según un trabajo para el Club de Roma de Yehzel Dror, La capacidad de gobernar (1995), estos círculos dirigentes oscilan, de afuera adentro, según su poder de decisión de la siguiente forma:

50.000 personas en gestión de organismos y empresas globales de los cuales:

5.000 personas toman decisiones importantes, de los cuales 1.000 tienen capacidad de decisión global; de estas, 400 son políticos; de los cuales 200 son políticos elegidos por procedimientos democráticos occidentales.

Evidentemente, estos datos no pueden ser exactos pero nos interesa manejarlos por su orden de magnitud en relación a una población mundial de 7.000 millones de habitantes. Aún así, todavía queda un núcleo reducido básicamente anónimo de cara a la opinión pública donde se toman las decisiones que afectan a toda la humanidad.

En definitiva, la arquitectura del poder global es muy poco democrática, como no podía ser de otra manera. Y en ese «Estado profundo», donde se toman las grandes decisiones, no están precisamente los parias de la Tierra.

Todo esto se visibiliza en parte en los diferentes foros globales: UE, G7, G20, Red de Naciones Unidas en un plano. Y en el otro plano la Comisión Trilateral, Club Bilderberg, Foro de Económico Mundial, etc…

Pero además, en los últimos años se ha generado una «zona gris intermedia» que cada día tiene más visibilidad, en la que se está desarrollando un nuevo concepto de «gobernanza»[2] que integra a los gobiernos y organismos internacionales y supranacionales públicos; al poder económico global de las grandes empresas trasnacionales y a lo que denominan «la sociedad civil» constituida fundamentalmente por las fundaciones «filantrópicas» y ONGs[3] financiadas básicamente por gobiernos y corporaciones.

El nacimiento de esta nueva gobernanza se basa en el principio de que el poder político tradicional fundamentado en la soberanía del estado nación es incapaz de afrontar los retos de la globalización. En el mismo sentido, la arquitectura institucional internacional nacida de la II Guerra Mundial y predominante durante dos tercios del siglo XX también ha demostrado, según los partidarios de esta «gobernanza», que por sí misma tampoco tiene recursos propios para gestionar una sociedad global.

El poder político tradicional, que todavía mantiene alguna relación -aunque sea formal- con el Bien Común y por tanto con los derechos humanos, es sistemáticamente desprestigiado y deslegitimado. A esto le añaden la secular corrupción política, nacional e internacional, que es indudablemente cierta pero que casi siempre se debe, aunque esto se silencia, a que las instituciones políticas son corrompidas por el poder económico[4]. No solo es corrupto el que se «vende», sino también el que «compra».

Al final la conclusión es: solo el poder económico (denominado público-privado + sociedad civil,…) -dicen ellos- es eficaz para la gestión de la globalización.

Pero los promotores de esta nueva gobernanza necesitan dos elementos que no posee por sí misma: la legalidad política y la legitimidad social.

La legalidad se la proporciona el elemento gubernamental y la legitimidad social se la proporciona la llamada «sociedad civil», que de acuerdo con Gramsci es la expresión social y cultural de la hegemonía del poder económico de una clase[5]. Por tanto, esta nueva gobernanza está «trucada»: Primero, porque no tiene ningún mecanismo de control ya que el controlado y el controlador son el mismo sujeto. Y segundo, porque no hay separación de poderes ya que quien hace la ley, la ejecuta y vigila su cumplimiento[6].

Con esta nueva gobernanza, son los titulares del poder económico los que toman las grandes decisiones, no por procedimientos democráticos, sino mediante una especie de «consenso» de las élites dirigentes «capacitadas, legalizadas y legitimadas» según ellos mismos. Se generan alianzas globales público-privadas entre gobiernos siempre de países poderosos, organismos internacionales, empresas, fundaciones y ONGs; que condicionan, determinan y suplantan los mecanismos de decisión democráticos[7] de países y poblaciones enteras. Así, podemos ver como el poder económico asume el control político y el control social consiguiendo implementar decisiones verticalmente desde los niveles internacionales más altos y profundos hasta la base de la sociedad. Y todo esto lubricado, como es lógico, con el control de la opinión pública mediante los grandes y nuevos medios de comunicación social. Hoy las nuevas empresas digitales integran redes sociales, distribución mercantil, seguros, poder financiero, etc..

Esta nueva gobernanza también está suponiendo un cambio en la estructura del poder[8] y es muy probable que la actual crisis suponga no solo un cambio social muy profundo sino también un relevo en el vértice dirigente. Sin olvidar que este relevo en la cúpula puede ser pacífico o violento. La historia del siglo XX en España y en el mundo nos los recuerda[9].

Profundizando más en el concepto de la nueva gobernanza hay que destacar ciertos mecanismos de esta estrategia especialmente relevantes.

El primero es el control científico tecnológico. El aval científico es clave para sostener una propuesta política ante la sociedad cuando la legitimidad democrática no es muy consistente.

La hipoteca del conocimiento científico al poder económico es galopante ya que está orientando y controlando cada día más la producción científica mediante el patrocinio de la universidad y de los centros de investigación. Los principales centros universitarios y científicos del mundo así como las publicaciones científicas trabajan para el poder económico que las financia y patrocina. Pero además, al incrustarse financieramente en estos centros también rentabilizan para beneficio propio las inversiones públicas. Se ha conseguido que la estructura científica pública trabaje para el poder económico privado asumiendo costes muy importantes, como la formación de los investigadores, que no revierten socialmente a no ser que pueda interesar circunstancialmente. Por ejemplo, el desarrollo de una nueva vacuna o un nuevo medicamento socialmente necesario pero no rentable desde el punto de vista económico.

Otro mecanismo de esta estrategia es el de las «puertas giratorias» que permite que los mismos sujetos vayan pasando de unas instituciones a otras. Por ejemplo, Gro Harlem Brundtland[10], la co-autora del informe[11] de la OMS-Banco mundial que preconizaba en septiembre de 2019 la pandemia de coronavirus, está formada en Harvard; miembro del partido laborista noruego; primera ministra de Noruega[12]; directora de la OMS entre 1998 y 2003.

Son las mismas personas rotando en diferentes instituciones públicas y privadas.

Un personaje especialmente de moda en estos días es el propio Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, al que se le acusa de trabajar al servicio de China[13] que parece que presionó mucho en 2017 para su elección.

Por cierto, elección que por primera vez en la historia de la OMS tuvo varios candidatos y no como tradicionalmente se hacía mediante cooptación de un único candidato dentro de la propia tecno-estructura de la OMS que siempre ha estado bajo la influencia predominante de los mayores contribuyentes (EEUU, Reino Unido,…) También conviene recordar que la anterior directora de la OMS, Dra. M. Chan[14], era de la República Popular China y nunca supuso un problema para occidente.

China parece que ha usado toda su tremenda influencia inversionista en África para que los países de este continente eligieran al actual director de origen etíope. Esto ha sido utilizado por EEUU y seguramente por otros gobiernos occidentales para amenazar con la retirada de fondos de la OMS. Sin embargo, parece que se olvidan que el actual director es un funcionario muy importante de la OMS que lleva décadas trabajando en este organismo llegando a asumir responsabilidades muy importantes al servicio de los intereses de muchos de los que ahora le acusan[15]. En 2009 fue elegido Presidente del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, y anteriormente había sido Presidente de la Junta de la Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo y Copresidente de la Junta de la Alianza para la Salud de la Madre, el Recién Nacido y el Niño. Es decir, dos de los programas más importantes tanto a nivel financiero como político del que participan activamente corporaciones y gobiernos del neocapitalismo sanitario global.

Por tanto, China tiene ahora una fuerza que otrora tenía EEUU y otros países. Y dentro de su estrategia como actor geopolítico internacional es consciente del grado de influencia que puede ejercer a través de la OMS. El afán de poder de China, por tanto, no es menor que el del resto de actores geopolíticos internacionales. El neocapitalismo de estado chino (estado + corporaciones) está exhibiendo su musculatura gestada pacientemente durante las últimas décadas.

El paradigma de la nueva gobernanza

Un ejemplo paradigmático de esta gran estrategia de la nueva gobernanza es a fundación Bill &Melinda Gates[16]. Posiblemente la fundación «filantrópica»[17] más activa y mejor financiada del mundo[18]. Su patrimonio directo puede estar rondando los 40.000 millones de dólares. Los tres patrones de la fundación son Bill y Melinda Gates y Warrent Buffett, tres de las personas más ricas del mundo. Buffett es símbolo del poder financiero y Gates símbolo del poder tecnológico- financiero[19].

Un episodio interesante del devenir de esta fundación fue la creación-financiación de la sección «Planeta Futuro» del periódico El País[20] desde donde genera opinión pública en las sociedades de habla española. Siguiendo esta sección se puede ver directamente la ideología de la fundación a favor de toda la antropología transhumanista actual del gran poder financiero.[21].

La fundación ha tenido siempre un objetivo único: el control de población[22]. Para ello ha utilizado la salud y la ideología de la salud[23] como mecanismo de influencia política global. Su penetración en la OMS, junto con la gran industria farmaceútica, ha sido fundamental[24].

Simultáneamente, los ODS (2015) como los anteriores ODM (2000-2015) han sido penetrados también estratégicamente para ser diseñados en esta dirección del control de población mediante diversos mecanismos financieros y programas globales de salud[25].

En abril de 2017 Bill Gates inaugura en Ginebra la Segunda Reunión Mundial de Asociados sobre Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD), organizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hay representantes de las grandes multinacionales farmacéuticas (Bayer, GSK, Gilead, Novartis, Pzifer, Merck) y representantes de fundaciones privadas (Fundación Bill Gates, la fundación END, la fundación Oswaldo Cruz, la DNDi – Drugs for Neglected Diseases initiative, La fundación CIFF – Children´s Investment Fund Foundation, Fundación Mundo Sano, El Instituto Carter, El Instituto LEGATUM).

En el bienio 2014-2015, los fondos donados por la Fundación Bill y Melinda Gates equivalían a más del 10% del presupuesto ordinario de la OMS, que ascendía a 4.357 millones de dólares, siendo la segunda aportación más importante, por detrás de EE UU. Los discursos de Bill Gates (2005 y 2011) y el de su esposa (2014) en tres Asambleas Mundiales de la OMS, digiriéndose a los representantes de todas las naciones, son clara muestra de su peso en la discusión de los temas y las políticas de esta Organización que, por principio, debe ser intergubernamental. Es este sentido conviene no olvidar que varias compañías farmacéuticas (entre otras GSK, Novartis, Sanofi o Merck) financiaron también a la OMS con más de 91 millones de dólares en 2015, en subvenciones voluntarias y en “especie” (medicamentos).

En resumen, en los últimos años, la mayor entidad sanitaria del mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha ido “privatizándose”[26].

Con la actual crisis sanitaria este proceso ha concluido una etapa. Como decíamos en entregas anteriores, la retirada de EEUU de la OMS supone que la fundación Gates queda como el principal contribuyente de esta organización a nivel mundial con lo que ello supone.

Fin de la parte (IV)

Carlos LLarandi y Alberto Mangas

Militantes del Movimiento Cultural Cristiano

Miembros de Profesionales por el Bien Común

Otros artículos de la serie:

La Pandemia X (I) ¿Prolegómenos de un nuevo totalitarismo biopolítico? Descubriendo la verdad

La Pandemia X. (II) ¿Prolegómenos de un nuevo totalitarismo biopolítico? Una pandemia global muy «anunciada»

La Pandemia X. (III) ¿Prolegómenos de un nuevo totalitarismo biopolítico? Nuevo control de población global e integral

[1] Cf. S. Vitali, J.B. Glattfelder, S. Battiston: The network of global corporate control. The Network of Global Corporate Control

[2] Cf. Hernández Zubizarreta, Juan; González, Erika; Ramiro, Pedro (eds). Diccionario Crítico de empresas trasnacionales. Icaria- Antrazyt. Barcelona.2012.

[3] Algunas de estas ONGs tienen casi el mismo presupuesto y personal que la propia OMS. Por ejemplo, Médicos sin Fronteras tiene un presupuesto de unos 1500 millones de euros semejante al de la OMS de unos 1800 millones. Hay que señalar que a pesar de autodenominarse «No Gubernamentales» reciben muchos millones por parte de los gobiernos y los organismos internacionales. Y sabemos que quien paga, manda.

[4] En este sentido es imposible no señalar el desprestigio de la OMS en las «pandemias» recientes de la gripe aviar y porcina…

[5] Todas las donaciones que se están llevando a cabo por el poder económico es una forma de comprar legitimidad social sin modificar ni un ápice la estructura legal y económica que permite la precariedad social y laboral. La donación, por tanto, no es tal sino que es una forma de inversión. En España el paradigma de esta estrategia de inversión es Inditex aunque con la crisis sanitaria este modelo se ha generalizado. Coronavirus: Amancio Ortega dona al SNS 63 millones en material sanitario

[6] Cf. Hernández Zubizarreta, Juan; González, Erika; Ramiro, Pedro (eds). Diccionario Crítico de empresas trasnacionales. Icaria- Antrazyt. Barcelona.2012.

[7] Cierto es que la democracia formal es muy defectuosa y puede ser mejorada para un mayor protagonismo de la sociedad pero es más democrática que esta nueva gobernanza que se está implementando a nivel mundial.

[8] Bancos, petroleras, corporaciones automovilísticas están en una profunda crisis estructural. La próxima crisis financiera llegará en 2020 y así será su impacto en los mercados, según JP Morgan

[9] Las transiciones entre la diversas formas de capitalismo han supuesto guerras y conflictos importantes a lo largo del siglo XIX y XX. Actualmente un nuevo capitalismo emerge de la revolución digital.

[10] Cf. Gro Harlem Brundtland

[11] Cf. Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación (GPMB). Un mundo en peligro. Informe anual sobre preparación mundial para las emergencias sanitarias. 6. Septiembre 2019. https://www.gpmb.org/

[12] Noruega posee el fondo soberano más grande del mundo dotado con más de un billón de euros, casi como todo el PIB español. Tiene inversiones en 10.000 compañías de 73 países. Es un fondo de pensiones y a cada noruego le tocan casi 200.000 euros. Aunque son solo 5 millones de «vikingos» les veremos siempre en algún organismo internacional como la OTAN, Global Compact, la OMS, etc.

[13] Cf. La tormenta política sacude a la OMS, acusada de favorecer a China

[14] Cf. Organización Mundial de la Salud

[15] Cf. Organización Mundial de la Salud

[16]Foundation Fact Sheet

[17] Suele ser el calificativo que se utiliza, pero nos parece que se sitúa más en un nivel de influencia política mundial que el nivel de la ayuda humanitaria desinteresada.

[18] Cf. Fundación Bill y Melinda Gates

[19] Cf. Las mejores películas y series sobre inversión: “Becoming Warren Buffett”. Documental muy interesante para ver sobre todo los títulos de crédito finales.

[20] Cf. Bill Gates subvencionó a ‘El País’ con más de un millón de euros en dos años

[21] .Cf. Una reunión con Bill Gates para impulsar la educación de los jóvenes, la clave de un futuro mejor

[22] Cf.Un arma contra la pobreza

[23] Cf.Biopolítica: la salud como bioideología

[24] Cf. Observatorio de biopolítica

[25] Cf. Llarandi, Carlos. United Nations Global Compact como estructura de pecado del sistema neocapitalista. Ediciones Voz de los sin Voz. Madrid. 2018.

[26] Cf. ¿Por qué Bill Gates inaugura reuniones de la OMS?. Farmacéuticas y Bill Gates condicionan la OMS