El régimen chino encarcela a Zhang, el abogado que ha evitado la destrucción de miles de iglesias

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Gracias a su compromiso ha logrado salvar a muchas iglesias de la destrucción y abrir una ‘nueva vía’ en la defensa de la libertad religiosa en China.

El abogado Zhang Kai, que ha organizado un equipo de letrados para ayudar a los cristianos perseguidos en China, ha sido detenido en una iglesia al este de la provincia de Zhejiangal acusado de “robar, espiar, comprar o proporcionar ilegalmente secretos de Estado o de seguridad” a agentes extranjeros, así como de “perturbar el orden público”.

Junto a él han sido encarcelados sus dos ayudantes, Liu Peng y Fang Xiangui y varios miembros de un grupo local de abogados. Algunos han quedado ya en libertad, mientras que Zhang Kai ha sido puesto bajo ‘vigilancia domiciliaria’, un procedimiento que permitirá a las autoridades mantenerlo recluido hasta seis meses en un lugar fuera del sistema oficial de detención y sin acceso a familiares ni abogados.

Defensores de los templos de Zhejiang

Zhang ha estado ofreciendo apoyo jurídico a varias iglesias de la provincia de Zhejiang, al sur de Shanghái . El abogado repartía folletos para informar de los derechos que tienen los cristianos en una zona donde las autoridades han derribado iglesias y retirado más de 1.500 cruces. La ofensiva de la dictadura comunista comenzó en 2013 con una campaña llamada ‘Tres ajustes y una demolición’, cuyo fin era eliminar las cruces de cada una de las iglesias del lugar.

Más de 200 detenciones en menos de un mes

Tras estas últimas detenciones, ya son más de 200 abogados y activistas defensores de los derechos humanos los que han sido encarcelados el pasado julio. Aún existen 30 personas detenidas o de las que aún no se tienen noticias. Y al menos diez están arrestadas por “incitar a la subversión del poder del Estado”, cargo por el que podrían ser condenados a 15 años de prisión, según Amnistía Internacional.

A pesar de ello, fieles cristianos han llevado a cabo una serie de acciones gracias a las cuales a medida que las autoridades destruían las cruces, reaparecían en otros lugares. De color rojo y tamaño considerable han sido colocadas en las cimas de las colinas, en los coches o en las puertas de las casas.

Autor: Tamara García Yuste (* Extracto)