8 DE SEPTIEMBRE: ´Día Internacional de la Alfabetización´

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El día internacional de la alfabetización es celebrado cada año, por la UNESCO desde 1967. Este Día busca recordar que un mundo alfabetizado no es simplemente un mundo en donde la población sabe leer y escribir, sino donde la educación es uno de los medios por excelencia que sirve para potenciar las capacidades humanas y ponerlas al servicio del progreso y el bien común…





«Un campesino me pidió que le enseñara a leer y escribir.
Le pregunté por qué tenía interés y dio dos razones:
quería leer la Biblia y quería conocer sus derechos en las leyes.»

Misionero católico

Por Francisco Sandalio
Fuente: Solidaridad.net

El día internacional de la alfabetización es celebrado cada año, por la UNESCO desde 1967. Este Día busca recordar que un mundo alfabetizado no es simplemente un mundo en donde la población sabe leer y escribir, sino donde la educación es uno de los medios por excelencia que sirve para potenciar las capacidades humanas y ponerlas al servicio del progreso y el bien común. La misión, en teoría, de la UNESCO es promocionar una educación para todos tanto en países enriquecidos como en los que están empobrecidos. Decimos en teoría, pues los hechos demuestran lo contrario. Según datos de la Internacional de la Educación, 125 millones de niños no pueden acceder a la enseñanza básica, otros 250 millones reciben una formación precaria, y 870 millones de adultos son analfabetos. En la mayoría de los países no interesa educar al pueblo, porque cuando aprende a leer se interesa por los problemas y pide cuentas; los analfabetos no dicen ni exigen nada. No olvidemos que la UNESCO impidió que los países de Tercer Mundo pudieran contar con sus propias agencias de noticias, (hoy las pocas que existen están en manos de los países enriquecidos del Norte).


El analfabetismo es, pues, parte de la «ceguera» por la cual grandes multitudes de hermanos son excluidos del progreso.

El 19 de diciembre de 2001, la Asamblea General proclamó el periodo comprendido entre el 2003 y el 2012 como Decenio de las Naciones Unidas de la Alfabetización: «La educación para todos» (ONU, Res 56/116). La Asamblea reafirmó que la alfabetización para todos es la esencia de la educación básica, y que la creación de entornos y sociedades alfabetizadas son fundamentales para lograr los objetivos tendentes a erradicar la pobreza, lograr la igualdad entre los géneros y lograr el desarrollo sostenible. La propuesta provino de los siguientes Estados Miembros: Bangladesh, Barbados, Belarús, Bolivia, Burkina Faso, Costa Rica, Ecuador, India, Madagascar, Mónaco, Mongolia, Marruecos, Myanmar, Pakistán, República de Corea y Trinidad y Tobago.

La alfabetización y la educación son los cimientos sobre los cuales se sustenta un mundo más justo y solidario. «La alfabetización permite a la persona desarrollar sus posibilidades, multiplicar sus talentos, enriquecer sus relaciones» escribe Juan Pablo II que no duda en calificar esta situación como «terrible plaga» , como «mal oscuro» , como un hecho que colabora a ahondar situaciones de «hambre, enfermedades, mortalidad infantil y también la humillación, la explotación y los sufrimientos de todo tipo» . El analfabetismo es, pues, parte de la «ceguera» por la cual grandes multitudes de hermanos son excluidos del progreso. En este sentido, Juan Pablo II está convencido de que la mejor manera de combatir la injusticia social es «una educación que promueva, por un lado, el crecimiento y la madurez de la persona humana en todas sus dimensiones: material, intelectual, moral, espiritual y religiosa; y, por otro, una formación integral en la solidaridad y en el sentido cívico, que combata la plaga del analfabetismo y que sea promotora de la paz y del bienestar social». La educación permite que el individuo sea agente de su propio destino. Para que esta labor educativa sea profunda, el obispo de Roma considera que debe «comenzar esencialmente en la familia, pues en ella se forja el mismo futuro de la sociedad».

Según las estadísticas de la UNESCO ( año 2002) , el 20,3 por ciento de los mayores de quince años no sabía leer ni escribir. Actualmente, la mayoría de la humanidad continua empobreciéndose, aumentan las cifras de niños esclavos y sin escolarizar… la educación universal y promoción personal y colectiva de los pueblos es una exigencia moral y una necesidad urgente para conquistar la libertad cultural, política, económica que logre erradicar el hambre, la esclavitud y la miseria sobre la faz de la tierra. Con la educación se forman personas capaces de gobernarse a sí mismas, y no para ser gobernadas por otros. Hoy existen intereses para evitar la toma de conciencia de los pueblos hambrientos y oprimidos, y la mejor forma para este sometimiento es impedir una educación liberadora de los pueblos y por este motivo a nivel mundial se controla desde intereses estatales (hoy no existe escuela pública, más bien es estatal) o desde intereses neoliberales privados. Pero de las escuelas libres, solidarias y democráticas (autogestionarias) y principalmente de los educadores depende que haya en la humanidad un conjunto de esclavos o una asociación de hombres libres… La meta no es sólo erradicar el analfabetismo; la razón de la educación es despertar personas, mucho más por las acciones que por las palabras. Una persona se suscita por invocación, no se fabrica por domesticación, como diría Mounier.


Con la educación se forman personas capaces de gobernarse a sí mismas, y no para ser gobernadas por otros. Hoy existen intereses para evitar la toma de conciencia de los pueblos hambrientos y oprimidos, y la mejor forma para este sometimiento es impedir una educación liberadora de los pueblos.

Mientras las personas acceden a las sociedades de la información y de conocimiento y la tecnología avanza a velocidades impensables, UNICEF advierte que 1000 millones de personas aún en pleno siglo XXI no podrán leer un libro, ni escribir su nombre. Y eso no es todo, porque hay además otro problema que permanece oculto y del cual solemos no tomar conciencia: ocurre que una gran parte de la población mundial que es considerada y se considera a sí misma alfabetizada, en realidad tiene un dominio insuficiente de las habilidades básicas de comunicación para comprender el mundo en que vive (se le llama analfabetismo funcional).

Pero no vale cualquier escuela, no existe escuela neutra. Hoy más que nunca es necesario educarnos en valores como los siguientes: esperanza, solidaridad, confianza en sí mismo y en los otros, sensibilidad humana, indignación ante las injusticias, compromiso con las causas de los empobrecidos, capacidad de soñar, coherencia, alegría de vivir y de luchar por la vida, compañerismo… Y con Paulo Freire decimos, desde la realidad que vive la humanidad, que el verdadero debate se encuentra expresado en esta frase: «en el conflicto entre el poderoso y el desposeído, el no intervenir no significa ser neutral sino ponerse al lado del poderoso.»