«¿Podemos entender y explicar la historia de Europa, sus manifestaciones artísticas, sus peripecias políticas o su desarrollo institucional, sin el conocimiento de la Biblia? Difícilmente (…) Todos los alumnos tienen derecho a conocer determinados contenidos – se refería a la cultura religiosa- si quieren formarse intelectualmente»…
El doctor Izquierdo Alberca, profesor de Historia, ateo, hace alarde de objetividad en su artículo «Cultura religiosa, una cuestión de pragmatismo pedagógico», que publicó la revista «Escuela Española».
Entresaco lo siguiente: «¿Podemos entender y explicar la historia de Europa, sus manifestaciones artísticas, sus peripecias políticas o su desarrollo institucional, sin el conocimiento de la Biblia? Difícilmente (…) Todos los alumnos tienen derecho a conocer determinados contenidos – se refería a la cultura religiosa- si quieren formarse intelectualmente».
Lo entendí muy bien por mi condición de profesora y porque estudié la asignatura de Lengua Árabe en la Universidad ( para la mejor comprensión de su encuadre cultural, nos enseñaban también islamismo, sin que por ello nos fuéramos a hacer mahometanos).
Como madre, le he dado siempre importancia a la enseñanza religiosa. En esta misma línea están el 80% de los padres de alumnos (ocho de cada diez), que eligen Religión católica por su utilidad académica y la formación en valores; la mayoría, además, por coherencia con su fe.
No entiendo, desde una perspectiva democrática, la actitud negativa de ciertos políticos en relación con esta materia. Tampoco entiendo la incoherencia de quienes dicen representar a los padres y batallan contra una asignatura necesaria y deseada por la mayoría de sus representados.
Josefa Romo