Habla el Papa: El hambre, escándalo del mundo

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Carta al señor Jacques Diouf, Director General de la FAO




 En este año en que se celebra el sexagésimo aniversario de la creación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la celebración de la Jornada Mundial de la Alimentación nos recuerda que el hambre y la malnutrición se encuentran, por desgracia, entre los más graves escándalos que siguen afectando a la vida de la familia humana, algo que hace cada vez más urgente la acción emprendida, bajo su dirección, por la FAO.


<>Los millones de personas amenazadas en su misma existencia por estar privadas de la alimentación mínima necesaria, exigen la atención de la comunidad internacional, pues tenemos el deber de atender a nuestros hermanos. De hecho, el hambre no sólo depende de situaciones geográficas y climáticas, o de circunstancias desfavorables ligadas a las cosechas. También es provocada por el mismo hombre y por su egoísmo, que se traduce en carencias de organización social, en la rigidez de las estructuras económicas que, con demasiada frecuencia, sólo buscan la ganancia, incluso en prácticas que van contra la vida y en sistemas ideológicos que reducen a la persona, privada de su dignidad fundamental, a un mero instrumento. El auténtico desarrollo mundial, organizado e integral, deseable por todos, exige más bien conocer de manera objetiva las situaciones humanas, discernir las auténticas causas de la miseria, y ofrecer respuestas concretas, teniendo por prioridad una formación adecuada de las personas y comunidades.




(20-X-2005)