Cambio de vía en la política española y europea: Nuevas imposiciones del imperialismo

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El cambio de época que nos toca vivir presentan a los nuevos invitados a la mesa de la política. Plenos de populismo, como dragón de distintas cabezas, adquiere en Europa y en España las distintas formas de la «nueva derecha», la «nueva izquierda» o de los viejos nacionalismos; que se caracterizan por movilizar sentimientos, pulsiones, con el mínimo raciocinio, y lo que es peor con escasos principios donde agarrarse.

La nueva política impuesta, no plantea solo la cuestión de ser antieuropeo o no, sino también de imponer ideologías, de vaciar al pueblo de su capacidad de promoción.

Un plan para España

Para algunos autores, como Cristina Martín Jiménez, el plan de los grandes poderes económicos como el Club de Bildelberg es situar en la cima a (Pedro Sánchez y Albert Rivera), como los líderes que lleven adelante la agenda cultural y económica impuesta.

España ha sido un país tradicionalmente con una derecha (Democracia Cristiana) y muy poco liberal en el sentido al uso en el resto de Europa. Esto parece estar cambiando y los medios servidores (a sueldo) de esta nueva cultura imponen su marchamo y orientación. ¿Quién se le resiste?

La vieja política en España (y en Europa), constituida por una burguesía complacida y complaciente, y movida por el lucro y el poder, se han situado siempre a la sombra de las grandes corporaciones y poderes. Los nacionalismos insolidarios, y la aparición de los partidos xenófobos en Europa, son hijos de la misma corriente de insolidaridad, y del intento de acabar con el protagonismo y la promoción del pueblo. No creamos que son un cuerpo extraño.

Todo ello en medio de una nueva guerra fría geopolítica con China penetrando en todos los continentes y sociedades. Véase sino la guerra por el control de la tecnología 5G (poder digital y del internet de las cosas y las personas), y las derivadas en la disputa con Huawei.

Pero este cambio político va acompañado de un fuerte cambio en el modelo capitalista.

Para José Maria Lasalle el modelo capitalista evoluciona hacia un capitalismo cognitivo basado precisamente en un desapoderamiento del poder político, de una neutralización de la democracia y de un proceso de concentración de riqueza y poder monopolístico inédito desde los trusts de los Estados Unidos de finales del siglo XIX.

La concentación de poder, ha colocado una economía bajo demanda precarizante, como primera premisa económica en nuestras calles, generando esclavos que sirven a esclavos o/y explotados. A la par que la desigualdad aumenta.

Y observamos como a medida que la velocidad del desarrollo tecnológico crece, nuestra capacidad de reacción decrece. China, por ejemplo, está desarrollando su carácter dictatorial a través de la tecnología, el control a través de la inteligencia artificial (IA). O también, como en el Reino Unido la campaña antieuropea del Brexit está teniendo graves consecuencias en las islas durante los últimos meses.

Ante estas situaciones a las que responder, no podemos quedar mirando a la luna. De nosotros también depende.

Juan Rodríguez