Del capitalismo meritocrático al capitalismo desregulado. Efectos.

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A partir de la década de los 80 del pasado siglo se desarrollan en los países occidentales, lo que Milanovic B. llama capitalismo liberal meritocrático. Distinto al capitalismo liberal clásico anterior a la Primera Guerra Mundial.

Algunos prefieren llamarlo capitalismo desregulado, pues es el cambio de las reglas bajo las que se desarrolla la economía de mercado, lo que ha impulsado esta nueva forma de capitalismo. El resultado ha sido un sustancial aumento de la desigualdad en prácticamente todos los países, acompañado en contra de las pretensiones de sus defensores e ideólogos de una disminución de la eficiencia y el dinamismo de sus economías.

Bien es verdad, que desde la década de 1990 se ha producido una auténtica avalancha de regulaciones en Estados Unidos que pondría en cuestión el término capitalismo desregulado. Pero son de otra índole, son muy selectivas y no parten de la consideración general de que las deficiencias de los mercados requieren la presencia de regulaciones, sino que se justifican en ocasiones ilegítimamente, para evitar que se produzcan consecuencias negativas específicas para los poderoros. Resulta que a la postre, estas nuevas regulaciones favorecen a las empresas grandes establecidas y juegan en contra de las empresas emergentes.

La característica principal que define la evolución de la distribución de la renta en la mayoría de los países occidentales durante los últimos 40 años es el aumento de la desigualdad.

En la mayoría de los países occidentales hay un estancamiento de la renta del 50% más pobre frente a un crecimiento enorme de la renta del 10% más rico.

Por ejemplo, en Estados Unidos en 2018, el 10% de los más ricos obtuvo el 47 de la renta, entre ellos el 1% más rico, casi el 21%. Mientras que el 50% más pobre solo obtuvo el 12,7%.

Con bastante menor intensidad. Esas diferencias también se encuentran en los países europeos. En prácticamente todos los países europeos se ha producido un aumento de la desigualdad desde 1980. Hay que hacer notar que estamos midiendo siempre en la distribución antes de impuestos y transferencias públicas, pensiones, subsidios, educación y sanidad. Y que en los países europeos, especialmente los continentales, la intervención pública. Mejora la distribución, por lo que las desigualdades de la renta disponible son menores.

Ratio de los ingresos del 10% más rico respecto al 50% más pobre

1980 2017
EEUU 1,76 3,69
ALEMANIA 1,21 1,98
FRANCIA 1,31 1,47

 

En este ecosistema económico se ha promovido el generar dinero moviendo el capital de un sitio a otro, una especie de renta ricardiana que no genera nuevos recursos, y que provoca un bajo nivel de competencia y fallos en el mercado, con el transvase del capital hacia esos «nuevos rentistas».

Otro factor a tener en cuenta el la baja participación del trabajo en la renta de los países. El capital se ha colocado claramente por encima del trabajo en estos últimos 40 años.

Entre las causas evidentes de esta situación está la orientación del cambio tecnológico y de quienes lo lideran, pero no se pueden olvidar los factores institucionales que gravitan sobre las empresas.

El proceso de concentración empresarial también ha favorecido, políticamente, la influencia de estas corporaciones sobre las distintas legislaciones nacionales e internacionales.

Uno de los efectos que han tenido estos procesos es la disminución de la productividad y un descenso del dinamismo económico.