Cinco años de ‘píldora del día después’ no reducen el aborto: crece un 50%

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Hubo 90.000 abortos pese a medio millón de píldoras repartidas… y 23 estudios demuestran su ineficacia en hábitos de salud pública.

En el año 2000, en España, no se repartía la «píldora del día después» o píldora postcoital (PDD). La introdujo en 2001 el gobierno de José María Aznar pese a las protestas de los cristianos y los grupos en defensa de la vida. Dijeron las autoridades (y las empresas farmacéuticas) que ayudarían a disminuir el número de abortos y de embarazos precoces indeseados. Dijeron también que se darían en entornos muy controlados, bajo estrictas medidas, para que no se banalizase.

Los cristianos y los grupos provida señalaron que no había sido así en otros países, que allí donde se repartían las PDDs aumentaban abortos y embarazos, porque los jóvenes y adolescentes se confiaban: «venga, lo hacemos y luego te llevo a pedir una pastilla».  Y recordaban que, además, la PDD es anticonstitucional: provoca abortos de seres humanos recién concebidos sin cumplir ninguna de las condiciones que recoge la ley.

Después de cinco años de repartir PDDs, las cifras (del Ministerio de Sanidad español) son contundentes: cada vez se han pedido y consumido más y más y más PDDs; los controles se han eliminado casi por completo y se reparten con facilidad enorme; y sin embargo, el aborto ha crecido mucho. Muchísimo. Un 50% desde que la PDD está con nosotros. A efectos de este artículo no contamos los abortos de embriones tempranos por PDD (muy difíciles de contabilizar); usamos las cifras de «interrupciones de embarazo» reconocidas por el Ministerio de Sanidad español.

Año 2000

No hay píldoras del día después.

Hay 60.000 abortos.

Abortan un 7,5 por mil de las mujeres menores de 20 años.

Año 2001

Se reparten 160.000 píldoras del día después.

Hay 70.000 abortos.

Abortaron un 8,26 por mil de las mujeres menores de 20 años.

Año 2005

Se reparten 506.000 píldoras del día después

Hay 91.000 abortos.

Abortaron un 11,5 por mil de las mujeres menores de 20 años  (12.883 jóvenes).

Por lo tanto, en el año 2005, repartidas medio millón de PDDs, se produce un 50% más de abortos que en el año 2000 (último año sin PDDs en España) y el aborto en menores de 20 años se dispara del 7,5 por mil al 11,5 por mil.

Un nuevo estudio sistemático lo confirma en todo el mundo: a más PDD, más abortos

Ya hace años que se sabía que pasaría esto. Y las cifras españolas son de claridad meridiana. Pero además este mes de enero se ha publicado un estudio que confirma rotundamente que la PDD genera más abortos y embarazos no deseados.

El artículo está en Obstetrics & Gynecology [ 2007;109:181-188; la revista del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos; http://www.greenjournal.org/cgi/content/abstract/109/1/181  ].

El título del estudio es «Population Effect of Increased Access to Emergency Contraceptive Pills: A Systematic Review» (Efecto en la Población del Acceso Incrementado a Píldoras de Contracepción de Emergencia: una revisión sistemática); por  Elizabeth G. Raymond, James Trussell, and Chelsea B. Polis.

Los autores revisaron cientos de artículos científicos sobre anticoncepción de emergencia y seleccionaron los 23 más significativos. En todos ellos (excepto uno) se demostraba que cuando hay más acceso a la PDD, se consumen más PDDs (como es lógico; aunque siempre han habido sectores negándolo, intentando defender que «la gente sólo usa las PDDs en emergencias; no las usan más simplemente por tenerlas a mano»).

Pero además -y esto es lo más importante- ningún estudio demuestra que las PDDs ayuden a reducir las proporciones de abortos o embarazos indeseados. «Se necesita más investigación para definir la mejor forma de usar la contracepción para que produzca un beneficio en la salud pública».

Porque, hoy por hoy, el medio millón de PDDs repartidas en 2005 no han beneficiado en nada a la salud pública. Más aún, parece lógico ver una relación también con el incremento de casos declarados de sífilis (eran 700 en 2001; y 1.255 en 2005) y los de infección gonocócica (de 805 a 1.174 en el mismo periodo).

Esta revisión sistemática de artículos confirma lo que ya se sabía pero las autoridades han ignorado año tras año por presión de la industria farmacéutica y las asociaciones de contracepción: más acceso a la PDD no reduce embarazos ni abortos.

En el año 2005 se publicó un trabajo en la revista médica JAMA (293; 54, 2005) en el que se contemplaba en comportamiento de 2.117 mujeres jóvenes (de 15 a 24 años). Se las dividió en tres grupos: uno que podía adquirir la píldora en la farmacia sin receta médica; otro al que se le proporcionaban las pastillas por adelantado y un tercero en el que se les facilitaban tras la visita a un hospital o una clínica.

A los seis meses se vieron los resultados. Las que tenían las pastillas por adelantado, las utilizaban en un 37,4% de las veces; las que tenían libre acceso a las farmacias, en un 24,2%, y las que debían acudir a un hospital, en un 21%. Pero en todos los grupos los índices de embarazos y enfermedades de transmisión sexual eran similares.

En España, desde que el gobierno del PP aprobó la PDD, miles de parejas se han acostumbrado a correr a hospitales, farmacias, centros jóvenes o de salud los viernes, sábados o domingos por la noche después de «una noche loca». Es decir, otra noche loca más. Y otra. Y otra. Y si no, ahí están las clínicas abortistas. En ellas se abortaron 91.000 bebés en el año 2005