El Papa denuncia los intentos de excluir a Dios de la vida pública

2034

Benedicto XVI abre el Sínodo que reúne en Roma, hasta el 23 de octubre, a 256 obispos de todo el mundo como clausura del Año de la Eucaristía, en una asamblea donde participan 12 mujeres (5 de ellas laicas) entre los 32 auditores

forumlibertas.com
3 DE octubre de 2005

La XI Asamblea General del Sínodo de los Obispos, que reúne en Roma a 256 prelados de 118 países hasta el próximo 23 de octubre, inició este lunes sus trabajos después de la Eucaristía de inauguración que tuvo lugar el domingo en la Basílica de San Pedro del Vaticano. En la celebración de apertura, el Papa Benedicto XVI denunció los intentos de excluir el hecho religioso de la vida pública. «La tolerancia que sólo admite a Dios como opinión privada, pero que le niega el dominio público, la realidad del mundo y de nuestra vida, no es tolerancia, sino hipocresía», aseguró en la homilía de la Misa que presidió. En esta línea, el pontífice defendió la libertad de opinión para la Iglesia en todo el mundo. Citando fragmentos del libro del Apocalipsis, lamentó que la civilización occidental busque poseer el mundo y ponga a Dios como obstáculo, y recordó que el Juicio Final también afectará «a la Iglesia en Europa, a Europa y a Occidente en general».

Un sector de la prensa ha dedicado páginas enteras al Sínodo durante estos dos días para focalizar sus informaciones e interpretaciones, a veces de manera obsesiva, en dos cuestiones: la crisis de vocaciones sacerdotales y la pérdida de fieles católicos. Estos dos fenómenos, sin embargo, no son de ámbito mundial, sino que afectan especialmente a Europa y Estados Unidos. Cabe recordar que la Iglesia no concibe esta asamblea episcopal como un foro para decidir lo que podrían ser ‘medidas de choque’ contra estos problemas, sino que se trata de una reunión de alto nivel que incluye numerosos temas y que, en esta ocasión, se centra en la Eucaristía.

Por ejemplo, cuando el diario EL PAÍS dice este lunes que el Sínodo debatirá «incluso sobre el sacerdocio de la mujer y el problema de los curas casados a causa de la ley del celibato obligatorio en la Iglesia latina», simplemente está tergiversando, cuando no falseando, la realidad. «El Papa dibuja un panorama apocalíptico por proscribir a Dios de la vida pública», titula el rotativo del Grupo Prisa. Y por su parte, EL PERIÓDICO, otro diario afín al Gobierno socialista español, subraya que «el Papa censura a aquellos que quieren prescindir de Dios». Con todo este enfoque, se cae en un eurocentrismo muy alejado de nuestro tiempo.

Novedades introducidas por BENEDICTO XVI

Bajo el título La Eucaristía, fuente y culmen de la vida y la misión de la Iglesia, este Sínodo mundial, el último convocado por Juan Pablo II y el primero presidido por Benedicto XVI, presenta dos novedades fundamentales en relación con los anteriores. Una es que el Santo Padre asiste a las sesiones no sólo como oyente, sino también con la posibilidad de intervenir cuando lo considere oportuno. Por ejemplo, este lunes ya lo hizo, concretamente para proponer una meditación sobre la Pasión de Cristo que, en los próximos días, irán dirigiendo los padres sinodales de forma diaria y por turnos. La otra novedad es que durará una semana menos y, por tanto, también serán más cortas las intervenciones en las congregaciones generales, aunque éstas estarán más coordinadas para evitar que se salte de un tema a otro. Las sesiones incluirán, además, intervenciones libres o no programadas, con el objetivo de ampliar, durante una hora al final de cada día, diferentes cuestiones tratadas en aquella jornada.

El funcionamiento del Sínodo se basa en 12 círculos de trabajo menores, clasificados por las 5 lenguas que se usan en la asamblea. En estos círculos, se elaboran las proposiciones que luego vota la Asamblea General. Cabe destacar que, junto con los 256 prelados participantes, también entran en el aula sinodal los auditores y los delegados fraternos que representan a otras Iglesias cristianas y comunidades eclesiales. Se trata de otro gesto de ecumenismo que Benedicto XVI ha querido tener siempre desde el primer discurso de su pontificado. Entre los 32 auditores, hay 12 mujeres, de las cuales 5 son laicas y 7 pertenecen a congregaciones o institutos religiosos. No faltan representantes de movimientos y carismas como Comunión y Liberación (encabezado por su presidente, Julián Carrón), el Camino Neocatecumenal (liderado por su fundador, Kiko Argüello), los Focolares o instituciones universitarias católicas. Por otro lado, esta Asamblea General da cabida a las nuevas tecnologías, ya que se utilizará votación electrónica, traducción simultánea, televídeo y una nueva iluminación para las reuniones.
Entre los obispos españoles, están presentes en este Sínodo el presidente de la Conferencia Episcopal Española y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, y el titular de la diócesis de León, Julián López. Por otro lado, también participaron en la Misa inaugural los 34 presidentes de las conferencias episcopales de Europa, que habían estado reunidos desde el jueves y hasta el mismo domingo en Roma. Este encuentro episcopal europeo sirvió para tratar cuestiones pastorales, de vocación y sobre migraciones, así como para conmemorar los 40 años del final del Concilio Vaticano II.