IA: Virtualidad, manipulación y control político

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Imagen generada por IA
Imagen generada por IA

La IA genera y generará contenidos en los que no diferenciaremos lo real de lo virtual, con todas las derivadas políticas, económicas y sociales que supone. Toda esta amalgama de posibilidades fomentan el negocio y el control social.

Algunos entrados en años recuerdan aquella novela de Isaac Asimov, “Yo robot”, cuando la electrónica digital estaba en su infancia (1950), que resultó visionaria, en cuestiones como la relación entre ser humano y robot.

En estos libros formuló Asimov por primera vez las tres leyes fundamentales de la robótica, de las que se valdría para plantear interrogantes que se adentran en el campo de la ética: ¿qué diferencia hay entre un robot inteligente y un ser humano?, ¿puede el creador de un robot predecir su comportamiento?, y ¿debe la lógica determinar lo que es mejor para la humanidad?

Todas estas cuestiones siguen ahora vigentes, pero se han incorporado otras. Sobre todo ahora que la IA generativa nos pone ante contenidos “creados” por sus algoritmos y los datos con los que se entrena: textos, imágenes, vídeo de usuarios…


En tres años el 90% de los contenidos online estarán generados con esta tecnología 


Hace unos meses, tuvo lugar el Digital Enterprise Show 2023, dedicado a la Inteligencia Artificial como motor de transformación de las industrias actuales. En este encuentro, Nina Schick, una de las primeras expertas mundiales en Inteligencia Artificial Generativa, pronosticó que en tres años el 90% de los contenidos online estarán generados con esta tecnología. “Ahora mismo estamos en el último momento de la historia de Internet en el que la mayoría de los contenidos no tienen una capa de IA en su creación”, afirmó Schick.

Para Schlick, nos encontramos ante un punto de inflexión sin precedentes en la historia de la humanidad. «Tendrá un impacto mayor que internet, los smartphones y la computación en la nube”. Según su visión, la gran diferencia con respecto a modelos anteriores que ha hecho que la IA generativa despegue en 2022 es la materia prima de la que se nutre. «Antes se alimentaban de bases de datos enormes, pero ahora esa base de datos es todo internet. Ya no es específico, es general», ha explicado.

Adelantos de esta situación hemos tenido en 2023. Por ejemplo ”deep fakes” que sustituyen el rostro de personajes famosos (la cara de Nicolas Cage o un vídeo falso de Tom Cruise hablando desde Dubai). También ha circulado por las redes de forma viral, una imagen del Papa con un abrigo blanco creada desde una plataforma de IA.

Imagen falsa, creada con IA

La irrupción de ChatGPT y las que vienen en 2024

Schlick afirma que «estos modelos de lenguaje han estado presentes desde 2017, pero ninguno había creado una interfaz tan buena» como ChatGPT. No en vano, ChatGPT alcanzó en sus comienzos 1.000.000 de usuarios en cinco días. Por comparar, Netflix llegó a esa cifra en 3,5 años y Facebook tardó 10 meses en lograrlo. Este éxito de ChatGPT ha desatado una «carrera armamentística» en la que Google, Meta y Amazon intentan ponerse al día en la competición.

Google, también ha diseñado desde cero una IA generativa “multimodal”, que combina texto, audio y vídeo como entradas y como salidas. Se llama Gemini y estará en Europa en 2024. Microsoft también tiene la suya, etc…

 


A partir de ahora vamos a ver qué la mayoría de la red tiene contenido con algo de la IA


Los expertos pronostican que el trabajo creativo va a transformarse por completo y que la IA generativa es un «motor de combustión» para la creación de contenido, la comunicación y el trabajo basado en el conocimiento. «Probablemente estamos ante el último momento en la historia de internet en el que la mayoría del contenido no tiene apenas capas de IA en su creación. A partir de ahora vamos a ver que la mayoría de la red tiene contenido con algo de IA. “Mi pronóstico es que en 2025 el 90% del contenido de internet tendrá alguna capa de IA”, sentencia Schick.

Lo grave de esta situación es que los humanos ya no podremos detectar que algo es mentira, ni siquiera con exámenes “forenses”. Los esfuerzos (en gran parte fallidos) que se han realizado últimamente para detectar textos generados con ChatGPT serán imposibles de aplicar cuando la tecnología alcance su madurez plena.

Limitación de derechos. ¿Dónde está la verdad?

Un grupo de defensa de los derechos humanos, Freedom House, reveló cómo al menos 16 países han usado sistemas de IA generativa «para sembrar dudas, desprestigiar a los adversarios o influir en el debate público» Y no solo las dictaduras y autocracias las usan. Además la protección y los filtros se implementan, Además a partir de febrero de 2024, por las presiones de la UE, plataformas como Google van a silenciar cualquier canal que trate “acontecimientos sensibles”. Un término tan ambiguo que puede abarcar prácticamente cualquier tema o aspecto. Como se ha dicho abiertamente y sin disimulo alguno en el Foro de Davos, todo lo que vaya contra la posición oficial de gobiernos y de la UE será considerado como “desinformación”, cuando no directamente “delito de odio”.

Por tanto las posibilidades creativas serán tan infinitas, como las posibilidades criminales y de manipulación y control social. Nos encaminamos a un mundo en el que audio y vídeo se convertirán en armas para realizar chantajes, agredir y engañar a individuos y poblaciones enteras. Y, en una sociedad donde todo puede ser mentira. ¿Dónde está la verdad?. Estas tecnologías, al servicio de los poderosos, inducen comportamientos y obtienen réditos políticos, económicos y sociales como nunca se habían logrado.

La cuestión es si perderemos nuestra capacidad para entender y procesar el mundo más allá de nuestra experiencia vital inmediata. ¿Sólo podremos creer la realidad física ante nuestros ojos?. Lo presencial y lo humano se vuelve un lujo que posiblemente quede reservado a los más ricos y pudientes. Lo más probable es que los más pobres queden relegados a pelearse o someterse al algoritmo que han diseñado los que controlan estos procesos.

Dividendo del mentiroso

“La gente se muestra más escéptica ante la información veraz, sobre todo en tiempos de crisis o conflicto político”

No sorprende a nadie observar el aumento del rédito denominado «dividendo del mentiroso», por el cual la gente se muestra más escéptica ante la información veraz, sobre todo en tiempos de crisis o conflicto político, o durante un proceso electoral, cuando la información falsa puede y suele proliferar. La mentira es negocio.

El tremendo daño de las redes sociales es insignificante ante el peligro potencial de la IA generativa fuera de control. Es como comparar un mosquete con una bomba nuclear. Si no ponemos coto a su desarrollo, si las compañías no clarifican abiertamente cómo funcionan, si los legisladores no establecen reglas estrictas para su aplicación estaremos sometidos a un nuevo feudalismo. Y no será Elon Musk quien tenga la autoridad moral para decirlo.

La IA puede ser muy bien “virtual o inmaterial”, en el sentido en el que se presenta en forma de software y bases de datos, pero sus efectos son materiales y físicos, involucran al cuerpo y a la mente de millones de personas. Usando la metáfora del vampiro de Marx: “El capitalismo de vigilancia succiona ese trabajo vivo”.

Luis Antúnez

Publicado en la revista solidaria Autogestión

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