¡Perros!…y menos.

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París, la ciudad de la luz. Quién se da un paseo a orilla del Sena y tiene buena forma física puede llegar, pasando la torre Eifel y siguiendo hacia el norte, en la localidad de Asnières. Ciudad de la periferia de París siempre dedicada a la buena vida de la burguesía y al progresismo desconectado de los problemas de los más pobres.

Hoy, Asnières, sigue siendo una ciudad de estética fijada en el final del siglo XX, «Art Nouveau y Belle-Epoque». En una isla del Sena, el cementerio de los perros de Asnières. Cementerio de mascotas desde 1899, perros, gatos, caballos, monos, loros, una leona…Incluyendo perros famosos y mascotas de famosos. Tan bien cuidado y conservado, que el contraste con algunas maneras de sepultar humanos es violento, muchos disfrutamos de menos amor y cuidado post-mortem, o sencillamente respeto a nuestra dignidad humana, por parte de nuestros prójimos que estos perros históricos. Solo interesarse por los entierros «sin nombre» de personas sin hogar en Madrid, París, o Bruselas…Los muertos ahogados en «El Estrecho» y tantos otros…

Pero volvemos a la vida y las preocupaciones del personaje, al origen de este cementerio, merece una atención particular, nos da luz sobre movimientos actuales.

En la misma época Zola toma posición en el asunto Dreyfus y escribe su carta al gobierno «Yo Acuso», la lucha sindical de los recientes creados sindicatos contra los accidentes laborales permite la creación de la primera ley sobre este asunto, se propone la reducción de la jornada de trabajo a 11 horas, y no se lo debemos a las luchas de Marguerite. Tampoco ella lucho ni denunció  la autorización para 119 empresas de colonización la concesión en Africa del Oeste en 1899 de tierras hasta 140.000 km2 por la concesión más grande, la esclavitud infantil en las minas del norte de Francia, las condiciones de trabajo de las hileras, obreras del textil…Pero si, La Durand creó un cementerio  de perros…

La idea del cementerio nace en la cabeza Marguerite Durand, actriz, periodista y feminista de la «Belle-Epoque». Marguerite entra en política de mano de su marido miembro de un movimiento anti-republicano queriendo instaurar la dictadura del general Boulanger, cuando se desploma el movimiento, se divorcia y abraza por oportunismo laboral la lucha feminista. Entra en el feminismo desde su trabajo en el periódico Liberal «le Figaro». Marguerite intenta ser diputada y acaba presentándose por el partido republicano-socialista… No lo conseguirá. Parece que el amor barroco que vive por los animales, y entre ellos por su  leona llamada «tigre», es la idea más constante y la obra más eterna que va a defender. Marguerite es directora de un periódico feminista llamado la Honda, que vivirá 6 años. Con el publicista Georges Armois, constituye una sociedad inmobiliaria. Aprovechando una nueva ordenanza de salud pública y en contra de todos los obstáculos crean el cementerio de los perros en una isla del río Sena.

La Historia no esconde que la isla que compra Marguerite servía de parcela de trabajo a chatarreros que extraían a duras penas el metal de la basura del río Sena. Tuvieron que expulsarles para poder instalar el tan “necesario” cementerio. Antes de morir Marguerite lega sus libros y documentos a la ciudad de París y se funda la primera biblioteca feminista de Francia. desde entonces se habla de ella como La Durand, la gran feminista…

El hecho no es aislado en la época, encontramos en Lausanne, Suiza, el cementerio de mascotas mas antiguo 1885, detiene enterrado a un perro «Moustache», perro del ejercito napoleónico matado en España en julio 1811 y da lugar al primer cementerio de perros de guerra.

Y no es solo historia, es actual: Marguerite fundó el negocio y ha prosperado bien. Hoy en día, existen tres cementerios de mascotas en la región parisina y en Madrid existe el Ultimo Parque, para todas las mascotas. Es más de lo mismo. Un negocio de la sensiblería, entre 200 y 350 euros por mascota sin contar los servicios especiales…. Un derroche de vergüenza cuando vemos la indignidad del trato hecho a los empobrecidos en nuestros tiempos.

Confundir sensibilidad y sensiblería tiene consecuencias como perder la sensibilidad por lo que viven otros seres humanos. Te puede empujar a crear cementerios de perros en plena época de lucha por la dignidad de los más pobres . Seres humanos son esclavizados, marginados, explotados y no tienen funerales dignos, desaparecen de nuestra memoria y lo justificamos por el hecho de su pobreza o abandono.

Esta confusión  justifica y fomenta la búsqueda de la buena vida y los ideales del negocio colaborando a matar a tantos. Le pasó a Marguerite Durand que pasó a la Historia como «progre» y sigue pasando a muchos confundidos hoy, porque las causas del desastre no han cambiado, y es más urgente que nunca de dedicar la energía a luchar contra las causas reales de la injusticia, y para la dignidad de la vida de la persona humana. Tenemos ahí un campo inmenso para nuestra sensibilidad…