La Iglesia expresa su angustia por la violación de los derechos humanos en Venezuela

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Comunicado de la Arquidiócesis de Ciudad Bolívar, ante la grave situación de Venezuela y del Estado de Bolivar.

Comunicado al pueblo de Dios que peregrina en nuestra Iglesia bolivarense en la actual crisis social, política, económica y humanitaria que vive el pueblo venezolano:

“NO TENGAS MIEDO, PUES YO ESTOY CONTIGO PARA LIBRARTE”… Jr. 1,8

El Arzobispo y el presbiterio de la Arquidiócesis de Ciudad Bolívar, en nuestra condición de pastores del pueblo de Dios, movidos por una creciente preocupación, levantamos nuestra voz para denunciar la trágica situación que sufrimos, sin distinción de pensamiento, credo o ideologías, al tiempo que expresamos nuestra angustia ante la violación constante de los derechos humanos que socavan la dignidad de la persona:

  1. En el Estado Bolívar se sufre, al igual que en el resto del país, el deterioro progresivo y acelerado de la calidad de vida del pueblo Venezolano: el alto costo de la vida producto de la hiperinflación sin precedentes, la carencia de alimentos y medicinas, el deficiente servicio de transporte público y sistema de salud, la precaria y humillante distribución de los servicios básicos. El crecimiento desbordante del hampa y el manejo de nuevas formas autoritarias de control social, promovidos por el Estado, ha generado mafias y pranatos bajo el seudónimo de “colectivos, sistemas o sindicatos”. Agravan estos problemas la presencia de la guerrilla colombiana y la injerencia cubana en los estamentos del Estado.

El llamado Arco Minero del Orinoco, hábitat de las distintas etnias indígenas, en lugar de constituir un factor de progreso, se ha convertido en instrumento de corrupción, deterioro y destrucción del medio ambiente, fomentando la propagación de la malaria, el dengue y otras enfermedades que habían sido erradicadas.

  1. El llamado Arco Minero del Orinoco, hábitat de las distintas etnias indígenas, en lugar de constituir un factor de progreso, se ha convertido en instrumento de corrupción, deterioro y destrucción del medio ambiente, fomentando la propagación de la malaria, el dengue y otras enfermedades que habían sido erradicadas. La migración de personas desde las ciudades hacia las minas conlleva la deserción escolar y riesgos para sus vidas, por las inexistentes condiciones de seguridad y sanidad.
  2. Los pueblos originarios, que fueron bandera política del régimen, hoy son los más desasistidos, humillados y violentados en sus derechos humanos. Como Iglesia Misionera, nos hacemos solidarios y seguimos al lado de nuestros hermanos indígenas, que han sufrido la muerte y desolación en las últimas semanas a consecuencia de querer proteger el ingreso de la ayuda humanitaria tan necesaria para el país. Elevamos nuestra sentida oración a Dios por estos hermanos que han sido víctimas de la dictadura que hoy impera en Venezuela.
  3. No podemos olvidar el importante papel que juegan las empresas básicas en el contexto económico venezolano. Fueron concebidas como fuente de desarrollo integral para la nación. Hoy vemos con tristeza cómo en las últimas dos décadas, la incapacidad gerencial, la politización, y la falta de inversión ha destruido progresivamente nuestras empresas del hierro y el aluminio llevándolas a la debacle, con niveles mínimos históricos de producción y cierres técnicos.
  4. El Estado Bolívar posee el más grande recurso hidroeléctrico del país, que provee cerca del 80% de la energía al territorio nacional. Venezuela depende del correcto funcionamiento de sus centrales hidroeléctricas y sus redes de distribución. Desde hace más de 12 años y muy especialmente en los últimos días, hemos sido testigos de la incapacidad del régimen a la hora de afrontar crisis eléctricas que son producto de su propia falta de gerencia y desidia. Una industria eléctrica abandonada, deteriorada y convertida, como todas las empresas del Estado, en un brazo político del partido del régimen, ha generado un colapso cuyas consecuencias seguimos sufriendo en este momento los venezolanos. El país se ha quedado a oscuras: apagones en el territorio nacional por más de 5 días, han afectado hospitales y clínicas, servicios públicos, comunicaciones, actividades bancarias, paralizando el país como nunca antes en su historia. Ha muerto un número significativo de ciudadanos al no recibir la atención médica necesaria por falta de energía eléctrica.
  5. El responsable de esta situación es el régimen que busca culpables donde no los hay para evadir el desastre que ha propiciado. Son momentos cruciales para la nación, los venezolanos exigimos un cambio urgente que conduzca al país por el camino del progreso y la paz, en justicia y democracia. Los bolivarenses nos unimos al reclamo nacional para una transformación absoluta en la estructura del gobierno y que cese de una vez el secuestro del poder por parte de aquellos que se aferran a él, a costa del sufrimiento, humillación y muerte del pueblo.
  6. Invitamos a las FANB a ponerse de parte del pueblo, haciendo cumplir la Constitución. A su vez, exhortamos a los distintos Organismos de DDHH para que investiguen y denuncien estos crímenes. Pedimos a la Comunidad Internacional para que velen por el ingreso de la ayuda humanitaria, tan necesaria para aliviar el sufrimiento del pueblo.
  7. En este tiempo de cuaresma que estamos transitando, invitamos al pueblo de Dios a orar y convertirse. Desde las Cáritas Parroquiales llamamos al servicio, abriendo nuestro corazón al hermano, viendo en cada uno de ellos el rostro sufriente de Cristo, quien al final de los tiempos nos juzgará sobre el amor. Que Nuestra Señora del Valle, patrona de nuestra Arquidiócesis, nos ayude a trabajar en la transformación de la realidad temporal a través de los valores que identifican la instauración del Reino de Dios.

Con nuestra bendición:

+Mons. Ulises Gutiérrez
Arzobispo de Ciudad Bolívar